Medio centenar de periodistas han sido asesinados mientras desempeñaban su trabajo durante el año 2020. “La investigación de la corrupción, de la mafia y de los grupos que extorsionan y abusan, así como haberle dado voz a los que no la tienen” los ha condenado a muerte. Con estas palabras lo ha anunciado Alfonso Armada, director de Reporteros Sin Fronteras, durante la presentación del Balance Anual que elabora la organización.
Armada ha tachado de “tendencia inquietante” lo sucedido durante este año. A pesar de que ha muerto un menor número de periodistas que en años anteriores (se contabilizaron 53 asesinatos en 2019) la mayoría, el 68%, lo ha hecho en países en paz. Solo el 32% de los crímenes se corresponden con países devastados por la guerra o con conflictos bélicos activos como Siria, Iraq, Afganistán o Yemen. Además, el 84% fueron eliminados de forma premeditada frente al 64% del 2019. Algunos de estos asesinatos han sido, además, atroces.
El secretario general de RSF, Christophe Deloire, ha denunciado que “los periodistas sufren cada vez más ataques cuando investigan o informan sobre temas delicados” lo que termina por “debilitar el derecho a la información, que es un derecho de todos los seres humanos”.
Malas noticias
Las coberturas que más muertes han causado son, como en años anteriores, la investigación de los casos de corrupción local y malversación de fondos públicos (10 asesinatos en 2020), y aquellas sobre la mafia y el crimen organizado (4 asesinados). Lo que no era habitual hasta este año (7 muertes) es la ejecución de un número importante de periodistas mientras cubrían protestas.
México, el peor lugar
Los peores países para desempeñar la labor informativa, por ser los más mortíferos para los periodistas, son en este orden: México, Iraq, Afganistán, India y Pakistán. El que se ha consolidado como el peor, con diferencia, por la impunidad de los crímenes contra reporteros y periodistas es México. Aquí, donde las estrechas relaciones entre la clase política y los cárteles de la droga son más que evidentes, el crimen organizado campa a sus anchas. En el país andino los sicarios se cobran cada año las vidas de entre 8 y 10 periodistas.
Libertad de expresión entre rejas
Además de los asesinados, RSF ha contabilizado a lo largo de 2020 un total de 387 periodistas encarcelados, 14 por la cobertura de la pandemia del COVID-19, por desempeñar el libre ejercicio de la información, una cifra que ha alcanzado este año, negro para la libertad de expresión, su máximo histórico.