Siempre que puedo, me gusta adentrarme en las páginas de un libro sin saber nada sobre su argumento. Me fío de recomendaciones, de la trayectoria del autor o, incluso, de un título o portada sugerente, pero intento evitar leer su sinopsis, que a veces te destripa o te predispone hacia lo que te vas a encontrar en su interior. Esta vez, así lo he hecho: comencé la lectura de Aritmética del crimen, de Mireia Vancells, fiándome de la recomendación de mis compañeros de Negra y Mortal.
Esta novela, publicada en catalán por Cossetània Edicions en marzo de 2018, ha sido traducida por la propia autora al castellano, llegando así a un público más amplio.
Un crimen violento y una ayuda imprevista
Jan Ribarroja y Carina Gutés, Mossos d’Esquadra, acuden al escenario de un horrible crimen: una ginecóloga ha sido asesinada brutalmente en su consulta del barrio viejo de Barcelona. De esta manera, comienzan las investigaciones sobre tan macabro hecho. Lo que nadie esperaba era la intervención inesperada de Leo, un hombre que trabaja para el CRM (Centre de Recerca Matemàtica) y que les aportará una serie de datos matemáticos, o más bien numéricos, que podrían ofrecer una visión diferente del caso.
Barco a la vista
Hasta aquí, daría la sensación de que nos encontramos ante una novela negra más. Un crimen, una investigación y las pistas para su resolución. Pero nada más lejos de la realidad; Mireia Vancells incluye una narración paralela que, aparentemente, nada tiene que ver con lo que acontece en la Barcelona del presente.
Acompañando a los capítulos protagonizados por los mossos, nos encontramos con otros que nos cuentan la historia del Motín de la Bounty, una embarcación de la Marina Real Británica que se dirigía hacia Tahití. Una historia que tuvo lugar a finales del siglo XVIII que nos será relatada por un narrador muy especial, con gran sentido del humor, y que irá haciendo referencias numéricas que nos resultarán interesantes y atractivas.
Como bien nos dice en más de una ocasión este pintoresco cronista, solo cuando lleguemos al último capítulo, veremos la relación que ambas historias guardan.
Aventuras, matemáticas y mucho más
Hay una cosa en la que —creo— todos los lectores coincidimos, y es lo mucho que se agradece encontrar cosas diferentes, mezclas explosivas, combinaciones insólitas. Y este es el caso de Aritmética del crimen. Una obra que aúna motines ocurridos hace trescientos años, con el mágico universo numérico y con muertes violentas. Todo esto nos da como resultado un libro entretenido, adictivo y especial.
Como especial es toda la información que nos aporta Mireia sobre los números: amigos, perfectos, primos, deficientes… Un sinfín de curiosidades que nos enseñarán que las matemáticas pueden ser divertidas, que te harán sumar, multiplicar, dividir y observar si es cierto que los números se buscan y se relacionan cómo nos dicen los protagonistas de Aritmética del crimen.
Mientras, la historia de la Bounty nos empujará a coger nuestro buscador de Internet e intentar averiguar más información sobre este hecho, aunque os puedo asegurar que la más importante nos la ofrece la autora. Una crónica apasionante que dio lugar a la formación del que hoy en día es el país más pequeño del mundo…
Y hasta aquí puedo contar. Si quieres disfrutar como he hecho yo de este conjunto de historias reales y ficticias, hazte con Aritmética del crimen y disfruta del viaje.