Cuando gritan los muertos
Si me dieran cinco duros por cada mención o comparación con: Jim Thompson, Dashiell Hammett o Raymond Chandler, sería uno de los más ricos de mi pueblo, sino el que más.
La verborrea facilona de invitar a los más grandes literatos en esto de la novela negra es tentadora, que cojones, mola.
En la portada; en la solapa; en la faja; en el lomo; en la contraportada; en el prólogo; no hay partes, de un libro, exentas en la profanación en ellas de practicar ese costumbrismo tendencioso que es etiquetar a un autor, el que firma la novela en concreto, en el estilo de uno de los grandes, y si este está criando malvas pues mejor, más mérito y calidad se le intuye al escritor.
¡Dejemos a los muertos en paz! Bastante tienen ya desgañitándose con sus gritos en nuestra consciencia.
Uno de esos que se libra de comparaciones es Paco Gómez Escribano, no porque carezca de la calidad de los fundadores de esto, sino porque es una versión original.
Versión original
El Maestro, Paco Gómez Escribano es Ingeniero Técnico Industrial en la rama de Electrónica y ejerce como profesor de Formación Profesional en un instituto público de Madrid. Autor, hasta la fecha, de siete novelas publicadas. Entre ellas, las últimas son las que le dan ese sabor noir de barrio, el suyo, Canillejas, que tanto encandila a sus lectores.
Inmersos en un ecosistema donde reina el perdedor, el malhechor, el chorizo que asalta un supermercado para comer. Ese es al que le caen los quince años en el trullo, y no a los manguis engominados y encorbatados de alto standing.
El estilo de Paco es genuino, inigualable, quizás plagiable, pero allá cada uno. Esta, ‘Cuando gritan los muertos’, es su cuarta novela alrededor de unas calles que conoce más que la palma de su mano. Siempre partiendo de un bar, ese en el cual se cocina la gesta de los protagonistas. El Tente, el Cuqui, el Mochuelo,… personajes de ficción que no son más que frankesteins creados con retales de vecinos del barrio.
El barrio
El escritor madrileño ha descubierto en Canillejas su piedra filosofal, es la poción mágica de la que beben sus personajes convirtiéndose, no en invencibles, sino en inmortales en nuestra memoria.
Los valores literarios de Paco son de cuantiosa valía, su enfoque logrará que empaticemos con yonquis, borrachos y gente que poco, o nada, tiene que perder. Posiblemente sea ese desparpajo, el que reflota de tu interior cuando el peaje a pagar por una meta sea la muerte, el que hace brotar nuestra emoción.
La prosa honra a los que ya somos unos carcas, esos que rondamos de entre los 45-55 años. Un vocabulario garrulo, ese que hoy pueda parecer un código morse para los millenials.
Estilo quinqui le llaman al de esta novela.
Esta novela
‘Cuando gritan los muertos’ es una obra reconocida, a fecha de hoy ha sido finalista del Premio Novelpol, ganó el Ciudad de Santa Cruz de Tenerife Noir, y de momento es también finalista de la prestigiosa Semana Negra de Gijón.
En Negra y Mortal estamos honrados y muy orgullosos de que Paco sea nuestro primer escritor galardonado. Una novela negra de la que saldremos de ella desparramados, con el alma en los pies.
“Soltándome el pelo” y tirando de valentía, te digo Paco, en segunda persona: ese halo que te acecha por la noches, ese ente extraño que no te deja dormir, no son los muertos canillejeros, es la sombra del gigantón Bianquetti que viene a por lo suyo. Asómate a la ventana, ¿no ves el Kadett piojoso aparcado en tu puerta?