El estafador

Guillem Sánchez siguió la estela del "estafador de mujeres" durante 3 años | Imagen cedida
photo_camera Guillem Sánchez siguió la estela del "estafador de mujeres" durante 3 años | Imagen cedida
Guillem Sánchez, periodista en el diario El Periódico y autor de Crónica del caso Maristas, presenta ahora su segundo libro, El Estafador, una obra en la que repasa la fascinante historia de Francisco Gómez Manzanares, el estafador que llegó a hacerse con un botín de más de 3 millones de euros simulando relaciones sentimentales.

La historia de Francisco Gómez Manzanares llegó a manos de Guillem Sánchez, periodista de sucesos en el diario El Periódico, en abril de 2017. El “estafador de mujeres”, como lo apodaron los medios, había sido detenido en Barcelona tras dos años huido de la justicia. Aunque sobre él pesaban varias denuncias, nadie lo estaba buscando. Su arresto, aunque anunciado, se debió en realidad a un cúmulo de coincidencias. 

De entre los centenares de notas de prensa de los cuerpos policiales, algunas sin ningún tipo de interés informativo para los propios periodistas, la historia de este estafador de carácter adulador y extremadamente carismático consiguió engatusarlo también a él. “Me quedé fascinado por una personalidad, por un tío que atrae por su capacidad para impostar oficios, para fingir ser quien no es y ponerlo al servicio de estafas muy elaboradas”, explica Guillem Sánchez. Cuando el periodista leyó las primeras informaciones lo tuvo claro: este estafador no era como los demás. El suyo, “no era un caso normal y corriente”. 

Estaba en lo cierto. Francisco Gómez Manzanares de nacimiento, o David (Hernández, Pons o Barceló) para sus víctimas, no es un estafador al uso. Su historia, absolutamente fascinante y dramática a partes iguales, llevó a Sánchez a perseguir la estela de este vitoriano durante casi tres años por toda la geografía española. Lo que descubrió lo dejó estupefacto. Guillem se dio de bruces contra una realidad desoladora. Allí por donde había pasado había dejado un rastro de tierra quemada, miseria y centenares de vidas destrozadas. En ese instante, decidió que tenía que recoger estos testimonios en el libro de no ficción que ahora presenta: El Estafador. 

Un mundo de fantasía para escapar de la realidad

En las primeras entrevistas con las víctimas el periodista no podía imaginar la magnitud del dolor que este hombre había causado. Este estafador no es ningún Don Juan, como lo plasmó la prensa durante los primeros días. Un símil tan falso como el propio estafador que añadió más vergüenza y dolor, si cabe, a las víctimas. Francisco Gómez Manzanares es mucho más que un seductor. Es un depredador, un mentiroso compulsivo que se cree sus propios embustes, un adulador capaz de seducir a cualquiera a cualquier precio y que ha ido dejando tras de sí, en sus múltiples vidas ficticias, más de un centenar de personas destrozadas en una permanente huida hacia adelante. Porque este embaucador vivía, hasta su detención, con la justicia pisándole continuamente los talones.

En este apasionante true crime, Guillem reconstruye su rocambolesca biografía y profundiza en las múltiples vidas de este cautivador personaje, todas ellas aparentemente ficticias, en un relato tan atrayente como surrealista que consigue enfrascar al lector en una obra que a ratos semeja ser de ficción. Pero nada más lejos de la realidad. La de Francisco es una historia verdadera. Si es que hubo algo genuino en él. Porque este hombre ha sido capaz de construir un mundo de fantasía para huir de la insoportable realidad y ha conseguido elevarlo al máximo exponente, escapando durante toda su existencia de todo y de todos. Huyendo de sí mismo. 

Todos hubiésemos caído

En otoño de 2017 Guillem decide seguir sus pasos y viajar a aquellos lugares por los que el estafador de mujeres ha pasado. Su primer destino fue Vitoria, la ciudad natal de Francisco. “Tenía la sensación de que la historia estaba incompleta y necesitaba explicarla. La gran sorpresa fue que nadie quería contarla. En Zaragoza, por ejemplo, no pude quedar con nadie. Fue un viaje en balde.”, se lamenta el periodista, “Había algo ahí que tenía que explicarse.”. 

A pesar de sus esfuerzos por contactar con el entorno de este embaucador, finalmente Guillem decidió guardar el libro en el fondo de un cajón. No escribiría este true crime sin antes haber hablado con Francisco, el protagonista de la historia. Sin embargo, el descubrimiento de una valiosísima conversación recogida por el autor en el libro, cambia el devenir de los acontecimientos. Es la única prueba que ha conseguido el periodista de una víctima que, después de ser estafada, consigue ponerse en contacto con él. En un interrogatorio, casi inquisitivo, ella consigue sonsacar una jugosa información acerca de este sujeto. 

El estigma que sufren sus víctimas

La anterior es una de las decenas de mujeres que busca respuestas. “Existe una falta de empatía hacia las víctimas que las hace sentir muy solas y avergonzadas. Se habla de él como un campeón, un Don Juan, pero este tío se acerca mucho más a la personalidad de un psicópata.” puntualiza el autor, “Ha engañado a mujeres, a hombres y engañaría a cualquiera. Todos hubiésemos caído.”

Seguramente este true crime termine en las manos de algunas de sus víctimas, o de las de otros. Eso da igual. Lo que a Guillem le gustaría es que su relato sirviese de terapia de grupo. Una especie de catarsis liberadora que les permita a los afectados perdonarse a sí mismos y dejar de sentirse culpables y estúpidos. “Todo hubiésemos caído. Tienen que perdonarse a sí mismos.”, repite como un mantra, “Hay pocas posibilidades de escapar a un tío así. Me gustaría que se sintieran aliviados”. 

Una entrevista pendiente

Guillem, que ha reconocido haberse obsesionado con la historia de este personaje, tiene una espina clavada: no haber podido entrevistar a Francisco Gómez Manzanares. El autor ha imaginado hasta la saciedad las palabras exactas que le diría si lo tuviese delante. “Me gustaría saber si se cree sus propias mentiras o si era plenamente consciente de que era todo una cortina de humo. Me pregunto si no sentía nada hacia nadie… si no sentía las relaciones de cariño, de amistad, sentimentales, el sexo…”, reflexiona el autor.

En un intento por comprenderlo, durante el proceso de documentación de su libro llegó a contactar con varios expertos para que analizasen su caso. Es posible que fuese víctima antes de victimario, pero esto es una mera conjetura. Probablemente el protagonista de esta historia, que parece haberse inspirado en el protagonista de Atrápame si puedes, de no haber sido porque sus delitos son anteriores al film de Spielberg, intentó cubrir un gran vacío interior con una máscara que, como su realidad, terminó por resquebrajarse.

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