‘La gallera’ de Ramón Palomar

Más de seis años han pasado desde que Ramón Palomar (Nancy, 1966) entrase en tromba en el panorama de las letras negras patrio con ‘Sesenta kilos’. Una novela que no sé cómo diablos cayó en mis manos, puede que esos 'Sesenta Kilos' envueltos en una estridente portada amarillo chillón me cautivase, pero por suerte ya forma parte destacada de mi biblioteca criminal.

Seis largos años esperando a comprobar si esa primera novela del autor era una estrella fugaz o el comienzo de algo grande.

Pues bien, después de consumir con avidez esos ‘Sesenta kilos’, lo he hecho en varias ocasiones en este tiempo, vuelve con otro apetitoso alijo, ‘La gallera’, es mierda de la buena. Merece la pena sufrir el síndrome de abstinencia durante tanto tiempo si al final el resultado es un producto de tanta calidad.

Cuatro hijos de puta y un destino

Se levanta un telón amarillo intenso flanqueado por dos gallos rojo sangre. Entran nuestros protagonistas en escena:

  • Gus, un tipo frío acostumbrado a cumplir órdenes. Un asesino eficaz con cicatrices en el rostro y en el alma.
  • Ventura Borrás, un Caballero Legionario que gestiona un entramado criminal basado en las drogas y la violencia.
  • Rodrigo Anclas, "el Rubio", traficante de campanillas, es discreto, nada en la abundancia y tiene dos pasiones: la neumática Sacramento y los gallos de pelea.
  • Santiago Esquemas, policía de corazón negro, corrupto y con un solo objetivo: encontrar y matar a quién convirtió a su padre en un despojo.

¿Qué tienen en común estos cuatro “angelitos”? Son unos bastardos sin moral ni freno. Harán lo que sea necesario para conseguir sus objetivos. Palabras como compasión, perdón o empatía no forman parte de su vocabulario.

¿Cuántos gallos pueden convivir en una gallera antes de comenzar a matarse? Asistiremos con asombro a este duelo a través de seis asaltos. Una historia contada a cuatro bandas pero con bastantes invitados a los cuales las circunstancias darán papeles fundamentales en el desarrollo de la trama.

Personajes como Basilio, Gusano, Don Niño Jesús, África, Rambito o Germán “Milvidas” son solo unos cuantos de ellos. No es frecuente en una narración tan coral que tantos protagonistas dejen huella en el lector, Ramón Palomar lo consigue con pasmosa naturalidad.

Seguiremos el transcurrir de las vidas de nuestros cuatro gallos a través de sus ojos, con algún salto temporal que agiliza la acción.

Una historia de venganza, violencia y redención donde para mi sorpresa quedan resquicios para el amor.

“Un poco de sangre te vendrá bien” son las palabras que sor Teresa le dice a uno de nuestros protagonistas al principio de la novela. Nunca sabrá cuan proféticas resultan.

El mundo es un pudridero y tú, un perdedor…

A estas alturas, amigo lector, ya tendrás claro lo mucho que me ha gustado esta Gallera. Una novela dura, directa y cruel pero con su puntito de ternura. Pese a que pueda parecer excesivo todo lo que en ella se nos cuenta refleja una realidad, un submundo con el que convivimos.

Juergas de fin de semana, fiestones de gente guapa donde se lucen cuerpazos, joyas y glamour, estudiantes y currelas surfeando sobre olas de farlopa. Eso no pertenece a la ficción, todo aquel que tenga los ojos abiertos y los pies en el suelo lo sabe. Los datos están ahí, somos uno de los principales consumidores de cocaína de nuestro entorno. Y claro, alguien tiene que encargarse de gestionar un negocio que proporciona tan pingües beneficios.

Dinero que compra amistades, sicarios, policías, jueces o políticos. Que asegura tranquilidad y un flujo constante de la materia blanca de la que están hechos los sueños de tantos.

Ramón Palomar con esta novela puramente noir no hace sino sacar a la luz aquello que permanece en las sombras. Nos resulta demasiado incómodo aceptar su existencia junto a nosotros.

Con solo dos libros creo que podemos concluir que ya ha creado un estilo propio, definido y distinguible en el panorama nacional. Noir cañí le llaman, según he leído. Me parece una buena definición.

De lectura obligada, pero ¡ojo!, si tu paladar criminal se nutre de libros denominados novela negra en centros comerciales o aeropuertos. Posiblemente esta Gallera se te atragante, te incomode o directamente espante. Aquí no encontrarás asesinatos de alambicada ejecución ni almibarados romances entre policías de turbulento pasado.

Tampoco el autor se saca conejos de la chistera con giros sorpresa al final. Ahora bien, si tu sustento lo encuentras en tipos como Ellroy, Hammet, o los más cercanos Escribano, Madrid o Cerdán, no lo dudes y lánzate de cabeza a por esta historia.

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