¿Qué es la maldad? ¿Es algo que viene de serie? ¿Nuestra sociedad actual la acentúa? En el mundo tan hostil en el que los periodistas de sucesos nos movemos es importante tener herramientas que nos ayuden a entender la mente de los criminales. Sus razonamientos, motivaciones y conductas. ¿Por qué alguien es capaz de hacer ciertas barbaridades? ¿Qué enciende la mecha? Por suerte, en la actualidad, la maldad es algo que se estudia y que ya no se relaciona con el alma y la parte más mística de nuestro ser. Es gracias a eso, que se pueden predecir conductas, analizar factores y responder a muchas de las preguntas que los que nos movemos por las vísceras de este mundo tan pronto hostil como fascinante.
Paz Velasco de la Fuente, jurista, criminóloga y escritora, es una de esas personas que se dedican a estudiar, en cuerpo y alma, las mentes más perversas de nuestra sociedad. A analizar sus patrones, desencadenantes y motivaciones. Recientemente, publicó su segundo ensayo, Homo Criminalis, una versión ampliada y mejorada de su primera obra, Criminalmente. Un relato científico que no pasa de moda. La evolución del ser humano y de sus conductas es constante, obras como la de Paz ayudan a entender dicha evolución. En particular, la criminal.
Todos podemos matar, pero no todos somos asesinos
Reunidos una cincuentena de amigos, familiares y medios, Paz, acompañada del director de esta redacción, el también escritor y periodista de sucesos, Carlos Quílez, presentó Homo Criminalis, recordando que para ser un asesino (que no, un homicida) se necesitan varias chispas que enciendan la mecha criminal. “Todos los aquí presentes somos capaces de matar” alertaba la criminóloga. “Eso no significa que todos podamos ser o convertirnos en asesinos”.
Y eso, precisamente, es lo que, en sus obras, Paz Velasco, trata de explicar: los factores, algunos de ellos biológicos, recogidos como patologías, que conducen a ciertas personas a actuar con la sangre fría suficiente para terminar con la vida de una o varias personas.
No todos los criminales siguen un mismo patrón
Lo que la criminóloga deja claro es que la criminalidad, el ser o no ser un asesino, es algo multifactorial. Depende de muchos componentes. Y, por supuesto, no en todos los casos esos factores son los mismos. Lo que sí que muchos tienen en común la mayoría de ellos, después de mapear el cerebro de varios criminales, es una cierta predisposición biológica, localizada en el cerebro. Sin embargo, no es determinante, asegura. “Hace falta una buena chispa para encender toda esa materia prima” aseguraba Paz.
Los espectadores a la presentación escuchaban ensimismados el discurso de la escritora. En un lugar escondido en el corazón de Barcelona, en la parte trasera de La Casa del Libro de Rambla Catalunya, un escondite de aspecto bucólico, decorado con grandes plantas enredaderas, potos y otras de hojas muy grandes y muy verdes, Paz Velasco y Carlos Quílez recordaron algunos de los casos más sorprendentes del expediente criminal de nuestro país: Angie, la autora del crimen casi perfecto; Patrick Nogueira, el asesino de Pioz, o Ana Julia Quezada, fueron algunos de los citados. Personas en prisión por matar a sangre fría, con alevosía y bajo un plan orquestado durante meses, algunos, incluso, durante años. Estos son ejemplos, para la escritora, de asesinos. De gente que, por algún motivo biológico, social o ambos ha desarrollado una conducta criminal que ha desencadenado en la muerte de otras personas.
Los nuevos crímenes en la era de Internet
En esta ocasión, Paz Velasco ha dado un paso al frente y ha podido estar mucho más cerca que durante la realización de su primera obra, de personas malas. “Hay temas que me han costado mucho de explicar, sobre todo los más actuales, porque no hay precedentes, ni estudios suficientes”. La escritora y criminóloga ha intentado ponerse en contacto con algunos de los mayores expertos en la materia de todo el mundo para poder narrar y poner sobre el panorama criminal actual los nuevos delitos surgidos a raíz de las nuevas tecnologías: como las snuff movies o los pedófilos digitales.
Satisfecha del resultado y con el deseo de poder aportar algo de luz sobre este mundo tan oscuro, Paz Velasco de la Fuente se despidió de los presentes augurando nuevos proyectos. Y es que el mundo y el cerebro criminal son algo que, por muchas respuestas que sepamos, siempre nos surgen más preguntas.