2003 – 2019: Mil vidas perdidas por la violencia machista

La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona
photo_camera La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona
El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ha hecho público un informe estadístico en el que analiza los mil crímenes machistas ocurridos en España entre enero de 2003 y el 20 abril de 2019

En abril de 2019 se cruzó la línea de las mil mujeres fallecidas como consecuencia de la violencia machista en España. En enero de 2003 se empezaron a contabilizar las muertes desencadenas por la violencia de género, estrictamente aquellas que fallecían a manos de sus maridos o exmaridos, parejas o exparejas, y en abril de 2019 superamos el millar.

Ahora, un año más tarde y tras superar esta cifra, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ha hecho público el mayor informe estadístico sobre violencia machista, en el que se analizan los mil crímenes. Con todo, cabe tener en cuenta que las hermanas, madres, hijas, familiares o amigas fallecidas junto a las víctimas registradas en el recuento oficial y a manos del mismo agresor no se contabilizan en dichos análisis estadísticos. Por lo que es importante apreciar que las cifras reales son ligeramente superiores.

Así pues, del estudio se desprende que durante esos dieciséis años y cuatro meses hubo un asesinato machista cada semana y una media de 61,3 víctimas mortales cada año. En 38 de los casos, un total de 44 personas cercanas a las víctimas fueron asesinadas al mismo tiempo; 23 de ellas menores.

Más del 60% convivía con el agresor

En el informe, difundido este miércoles, se pone de manifiesto que el 60,5 % de estas mujeres mantenía la convivencia con su agresor, el 26,1 % había presentado denuncia con anterioridad y el 12,4 % tenía una medida de protección en vigor. La cifras revelan que el año más trágico fue 2008, con 76 víctimas mortales, y el año con menos crímenes machistas fue 2016, con 49 casos.

En 100 casos, la convivencia continuaba pese a la existencia de una denuncia previa y en 29, pese a estar activa alguna medida de protección para la víctima. El 60,6 % de los asesinatos fueron cometidos por la pareja con la que la víctima mantenía una relación cuando ocurrieron los hechos; en un tercio de los crímenes (27,8 %) el autor fue la expareja y en el 11,6 % de los casos el crimen se produjo durante una crisis o cuando la relación se encontraba en una situación transitoria.

Más muertes en las zonas costeras

La tasa media de muertes indica que hubo 3,1 víctimas mortales al año por cada millón de mujeres mayores de 15 años y este índice varía en cada comunidad autónoma, pero también es diferente según el área geográfica: en las zonas costeras se sitúa en 4,4 mujeres, mientras que en las del interior es de 2,5. Siendo las Islas Baleares la región española que registra la tasa más alta de feminicidios.

La mayoría de las mil mujeres asesinadas (655 en total) eran españolas. El análisis por zonas geográficas muestra que la mayor parte de las 345 víctimas extranjeras eran originarias de América Latina (46,1 por ciento), seguidas por las procedentes de Europa (35,7 %), África (14,8 %) y Asia (3,5 %).

765 menores quedaron huérfanos

El estudio confirma que la maternidad es una de las circunstancias que aumentan el riesgo para las víctimas, ya que 3 de cada 4 mujeres asesinadas eran madres y en la mitad de los casos los hijos eran menores de edad. Las mil mujeres asesinadas dejaron huérfanos a 765 menores, de los que 499 eran hijos del agresor.

La edad media de las víctimas mortales de la violencia machista en el periodo sometido a estudio fue de 42,2 años. Algo más de la mitad de las mil mujeres asesinadas (538) tenían entre 26 y 45 años, pese a que esta franja de edad solo representa un tercio de la población de mujeres mayores de 15 años. El 12,8 por ciento de las víctimas (128 mujeres) eran menores de 25 años; el 14,1 por ciento (141) tenían entre 46 y 55 años; el 7,4 por ciento (74) entre 56 y 65 años y el 11,9 por ciento (119) eran mayores de 65.

Denuncias previas

Poco más de la cuarta parte de las mil mujeres asesinadas entre enero de 2003 y abril de 2019 (261) había denunciado a su agresor. El porcentaje de casos con denuncia previa oscila entre el 15,8 % de 2005 y el 34,5 % registrado en 2014. Las víctimas que denunciaron tenían una edad media de 38,9 años, algo inferior al promedio del conjunto de las víctimas (42,2 años).

En 124 de los mil casos analizados, hay constancia de la existencia de una medida de alejamiento en vigor en el momento del crimen. En más de la mitad de esos casos (58 %), el agresor vulneró el alejamiento accediendo al domicilio de la víctima; en el 21,8 % fue en un espacio público.

Domicilio como escenario de referencia

El lugar en el que con mayor frecuencia se producen los asesinatos fue el domicilio (75 % de los casos), el resto de los crímenes se cometieron en la vía pública (7 %), en un paraje o lugar abierto (5 %), en un vehículo (4 %), en el trabajo (3 %), en zonas exteriores del domicilio (3 %) o en otros lugares (3 %).

El uso de arma blanca ha sido el método empleado para cometer el crimen en la mitad de los casos, seguido por los golpes (16 %), la asfixia o estrangulamiento (15 %), el uso de arma de fuego (13 %) y el fuego (2 %).

Características del agresor

Las características más comunes que presentaron los agresores muestran a un varón con una edad media de 46,3 años y nacionalidad española en el 66,4 % de los casos. En un 46,4 % de los casos, el agresor fue detenido y en un 21,2 % de las ocasiones se entregó o se suicidó. La mayor parte de las detenciones (82 %) tuvieron lugar tras la huida del agresor.

Con todo, el informe se ha elaborado a partir de los datos objetivos contenidos en los expedientes judiciales y ha proporcionado una visión global de los mil asesinatos a partir de indicadores como edad de víctima y agresor, relación entre ambos, existencia de hijos e hijas, nacionalidad o lugar en el que se cometió el feminicidio, entre otros.

A partir de esta información y de la elaboración de los perfiles de víctima y victimario, puede afirmarse que la violencia machista afecta a todos los ámbitos y orígenes, sea cual sea la nacionalidad, clase social, grupo étnico, edad o nivel de estudios

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