REPORTAJE

El acoso de Leila y Alana: un secreto a voces

Instituto Llobregat, donde estudiaban Leila y Alana   / GOOGLE MAPS
photo_camera Instituto Llobregat, donde estudiaban Leila y Alana / GOOGLE MAPS

Vecinos de Sallent hablan con eltaquigrafo.com para explicar los múltiples episodios de acoso que, según su versión, acumula el instituto Llobregat. Tras años de bullying y silencio el caso de Leila y Alana ha servido para alzar la voz y pedir justicia

La puerta principal del instituto Llobregat de Sallent (Barcelona), el único de esta pequeña población de menos de 7.000 habitantes, reunió este viernes a familiares, amigos y conocidos de Alana y Leila. Tres días después de que las gemelas, de 12 años, tomaran la decisión de precipitarse por el balcón de su casa, decenas de vecinos se agruparon para pedir justicia. Y lo hicieron a las puertas del instituto, con carteles de “justicia” y “stop bullying”.  

La familia lo dice desde el primer día, los amigos más allegados también: el acoso escolar subyace tras la decisión de Alana y Leila, que sufrían, según amigos y familiares, bullying en el colegio.

La Generalitat tuvo que matizar su versión

Aunque en un primero momento, tanto el Departamento de Educación como el Ayuntamiento descartaron el acoso escolar. Ambas instituciones tuvieron que recular y matizar sus versiones ante el aluvión de testimonios que aseguraban todo lo contrario.

Así, Educación y Consistorio abrieron la puerta, aunque tímidamente, al acoso, contemplando todas las hipótesis. Sin embargo, los más próximos a las niñas no tienen dudas: “primero fue por su acento y su origen argentino, luego por su situación económica y lo último desde que Alana manifestó que quería empezar a ser tratada como un niño”, explica Cristina Puga, la prima política de las niñas.

El atestado contempla la hipótesis de la familia

De hecho, el atestado policial, que ya obra en poder del Juzgado de Instrucción 2 de Manresa, apunta claramente al acoso que sufrían las dos hermanas, en especial, Alana, la que quería hacer la transición para ser un niño. Hacía dos semanas se había cortado el pelo y había pedido, en el colegio, que la trataran como Iván, un hecho que desencadenó en más insultos y mofas.

“Desde que Alana nos dijo que quería ser Iván, los niños que les hacían bullying se cebaron más con ella. En el patio las rodeaban para insultarlas y empujarlas. Y los profes lo sabían, pero no haían nada, de hecho ellos también hacen comentarios de vez en cuandoaseguraron un grupo de amigas de Leila y Alana a ELTAQUIGRAFO.COM a las puertas del instituto.

Sin embargo, según fuentes del mismo Departamento de Educación, el protocolo contra acoso en el Instituto Llobregat de Sallent "no estaba activado porque no había habido indicios de este acoso". Afirmación que irrita a amigos y familiares, pues la madre de las gemelas ya se había quejado en varias ocasiones al colegio.

Años de acoso y silencio  

Aun así, parece ser que Leila y Alana no eran las únicas víctimas de acoso en el Instituto Llobregat. A las puertas del centro escolar, otras familias daban apoyo a Cristina, la prima política, y Alejandra, suegra de Cristina y tía de Leila y Alana, para pedir justicia “y que se sepa la verdad, pues el Instituto lleva años amparando episodios de bullying” aseguraba una exalumna.

“Yo hice bullying en este colegio… yo era una abusadora. Nadie me paró los pies, ni me dijeron que lo que yo hacía era acoso. Me enviaban a casa una semana y fin del problema. Me arrepiento de lo que hice y sé de primera mano que los profesores son cómplices, como lo fueron conmigo” explica la misma joven. Y es que los compañeros de clase de Leila y Alana lo que dicen es precisamente eso: que los profesores eran conocedores del acoso y que nunca hicieron nada.

Ni en el caso de las gemelas, ni en otros: “nosotras no íbamos a clase con Leila y Alana, pero las conocíamos del patio y lo del bullying es cierto… bueno, a nosotras, los mismos niños también nos han acosado y nos acosan… pero lo de ellas era peorconfiesan unas niñas a las puertas de su instituto, donde han vivido situaciones, aseguran, similares a las de las gemelas. 

No se habla del suicidio

Además, las mismas niñas y la que era la mejor amiga de Alana añadían a preguntas de esta redacción que “no se puede hablar del suicidio de Alana y del intento de Leila”. Al parecer, y siempre según su versión de los hechos, el colegio les impartió una pequeña charla sobre el suicidio y zanjó el tema, insinuando que se iba a amonestar a aquellas personas que hablaran del suicidio de las gemelas y de las posibles causas.

La familia prevé nuevas manifestaciones

Por todo ello, el próximo martes 28 de febrero, Cristina Puga, que actúa como portavoz de la familia, asegura que volverán a manifestarse. De nuevo, a las puertas del instituto Llobregat. "En casa y en la calle eran felices, el problema lo tenían en la escuela; allí sufrían mucho, y salían llorando", asegura la portavoz. "Lo sabían en el Ayuntamiento y en el instituto", insiste.

Por eso, volverán a la calle a pedir justicia para Leila y Alana. La primera sigue en estado crítico en la UCI del Hospital Parc Taulí de Sabadell, debido a las múltiples lesiones derivadas del impacto contra el suelo, pero ha presentado “una pequeña mejoría”. Alana ha sido despedida este domingo, en una ceremonia íntima, que pone de manifiesto y acerca la cruda realidad del suicidio juvenil.

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