Solo esta última semana 4 menores han fallecido ahogados en distintas piscinas y playas españolas. A final del año la cifra supera las 400 personas, lo que supone más de una víctima diaria por ahogamiento.
Aun con cifras totalmente abrumadoras, el Gobierno español no destina ni un euro en la prevención de este tipo de muertes. Por eso, asociaciones de expertos como la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) o la Asociación Nacional de Seguridad Infantil se han visto obligados a lanzar sus propias campañas de prevención y concienciación y han declarado la “guerra” a las administraciones públicas con el objetivo de ser escuchadas antes de que más gente muera ahogada en playas, ríos o piscinas españolas.
Y es que, según la Organización Mundial de la Salud, las muertes por ahogamiento se sitúan en la tercera causa mundial de mortalidad infantil. De hecho, en España, esta causa superó en 2016 y 2017 a los menores fallecidos por accidentes de tráfico, como recogen los informes realizados de manera autónoma por la RFESS ante la falta de informes y estadísticas oficiales actualizadas a tiempo real.
Jesica Pino, portavoz de la Federación de Salvamento y Socorrismo, asegura en una entrevista con eltaquigrafo.com que “no existen cifras actualizadas sobre las muertes por ahogamiento. Los informes que nosotros hacemos desde la Federación se basan en las noticias que van saliendo por los medios de comunicación. Las estadísticas del INE ahora publicarán las cifras de 2017 y esto a nosotros no nos vale”.
Objetivo: concienciar a la población
“Al igual que las campañas de la DGT, nuestro objetivo es prevenir y concienciar sobre los riesgos que supone el agua y el dejar a niños solos en el agua, así como dar las claves para saber reaccionar ante posibles ahogamientos”, comentaba, también en una entrevista en exclusiva, Mari Ángeles Miranda, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil.
Y, ante la falta de campañas oficiales, ambas asociaciones han explicado a este medio que han puesto en marcha sus propias acciones, talleres y charlas para intentar minimizar este tipo de fallecimientos. En este sentido, la Asociación de Seguridad Infantil hace dos años que presentó la campaña #OJOPEKEALAGUA. Una iniciativa que pretende dar consejos a los padres cuando sus hijos están en el agua.
“Los adultos, queremos hacer vida de adultos, y eso está muy bien porque también tenemos derecho, pero siempre con la precaución y el ojo puesto a nuestros niños. Por eso es muy importante que la supervisión sea constante y permanente. Hay que tener en cuenta de que un niño puede morir ahogado en menos de un minuto, tiempo en el que un padre puede estar respondiendo un Whatsapp. Por eso es muy importante no mirar el móvil cuando se está vigilando a los niños en el agua”, sentenciaba Miranda.
Por eso, dicha asociación propone la figura del “Guardián del Agua”, una persona adulta que durante un tiempo determinado será la encargada de vigilar a los niños a tiempo completo: jugar con ellos, ayudarles y estar pendientes de ellos.
Los socorristas no son canguros
El problema de muchas familias asegura Pino, “es que creen que un solo socorrista puede vigilar, con el detenimiento que se merece, a centenares de personas en una playa o en una piscina. Y realmente la figura del socorrista no es de canguro, sino de soporte y ayuda en caso de accidente. Pero el salvamento debería ser el último paso, porque la familia debería estar pendiente al 120% de sus familiares, no solo niños, para evitar acciones de salvamento”.
Por eso, desde la RFESS se proponen talleres de socorrismo y primero auxilios en playas y piscinas de todo el país. Creen que “la falta de conocimiento es lo que te hace cometer errores”, y a veces se cometen imprudencias porque no se sabe “cómo actuar o cómo no actuar” en ciertos momentos.
De hecho, este próximo lunes empieza la semana europea de seguridad acuática, y el objetivo de la RFESS es dotar de información a los usuarios para prevenir posibles accidentes. “Sobre todo – comentaba Pino – a la gente mayor”.
Colectivos vulnerables
En este sentido, Pino asegura que unos de los colectivos más vulnerables es el de la gente mayor. “Son personas, que saben nadar, que lo han hecho toda la vida y que en general son muy tozudas. Les cuesta entender que los años pasan y que ya no se tiene la misma agilidad. Además, pueden padecer enfermedades que los pueden llevar a perder el conocimiento dentro del agua”.
El reto de este verano para la RFESS junto con la Cruz Roja, según Pino, es llegar a este colectivo y hacerles entender que “hasta que no empieza la vigilancia de las playas, no se metan en el mar; sobre todo por todos esos que a las 07:00h de la mañana ya están en la playa”.
Pino y Miranda coinciden que las muertes por ahogamiento de menores son muy numerosas, pero la mayoría de las veces, son evitables. “Cuando se ahoga un niño es en el 90% de los casos por una imprudencia de un adulto, por falta de vigilancia”, aseguraba Miranda.
Por desgracia, esta es la tercera causa de mortalidad infantil a nivel mundial y tan solo en esta última semana 4 menores han fallecido ahogados y uno sigue en estado crítico. Para este colectivo, las piscinas privadas sin vigilancia son los principales focos de peligro.
Ambas expertas insisten en que ni flotadores ni manguitos protegen contra el ahogamiento. Tampoco los chalecos, aunque son, en su opinión, el método preventivo más eficaz. "Los padres tienen que dar ejemplo y enseñar a sus hijos que siempre han de seguir las indicaciones del socorrista. También tienen que respetar el color de la bandera y no tirarse desde cualquier acantilado peligroso", advierte la responsable de la RFESS, entidad que suele visitar colegios para inculcar a los más pequeños nociones básicas de seguridad en el agua.
Por otro lado, existe otro colectivo muy rebelde que no es consciente del peligro que suponen ciertas de sus actuaciones. Pino se refiere a los adolescentes. “Son los que menos respetan la figura del socorrista, se piensan que es una persona que quiere amargarles el día, cuando en realidad solo vela por su seguridad. Este colectivo no es consciente del peligro que suponen ciertas acciones como las aguadillas o saltar de según que rocas”, comentaba la portavoz de la Federación de Salvamento y Socorro.
Focos de mayor peligro
Según las expertas, la mayoría de los ahogamientos mortales ocurren en espacios sin vigilancia. Por eso es extremadamente importante tener precaución en estos espacios, ya que no existe la figura de la persona especializada en hacer un salvamento de emergencia.
Dentro de estos espacios, se encuentras las piscinas privadas, espacios que según Miranda deben estar debidamente habilitados. En este sentido, la vicepresidenta de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil recuerda cómo en Francia la entrada en vigor en 2003 de la ley Raffarin -que obligó a vallar todas las piscinas públicas y privadas- hizo que los niños fallecidos por ahogamiento en esos recintos se redujeran en un 75%. La norma lleva el nombre del senador que la impulsó y cuyo hijo murió ahogado en una piscina.
Ambas organizaciones insisten en la importancia del papel del Gobierno en la prevención de estas muertes, y lamentan, que las cifran tendrán que ser todavía más llamativas y dramáticas – de lo que ya son – para que las administraciones se apresuren en reducir y prevenir estos ahogamientos. La mayoría, imprudencias que llegan a ser mortales.