ENTREVISTA

Así vivió Pablo, un estudiante de Valencia, la noche de los 5.000 misiles en Israel

Pasajeros se refugian tras sonar la alarma antiaérea en el entorno del aeropuerto internacional israelí de Ben Gurion (Tel Aviv)  / Twitter
photo_camera Pasajeros se refugian tras sonar la alarma antiaérea en el entorno del aeropuerto internacional israelí de Ben Gurion (Tel Aviv) / Twitter
Pablo N., un joven valenciano de 21 años, se encontraba de Erasmus en una ciudad próxima a Tel Aviv cuando Hamas atacó Israel por tierra y aire. El estudiante relata con mucha serenidad a eltaquigrafo.com cómo ha vivido estos dos últimos días 

Sobre las 6:30 horas de la mañana del sábado 7 de octubre, el grupo islamista palestino Hamas sorprendió al estado de Israel con un ataque por tierra y aire. Más de 5.000 misiles sobrevolaron el cielo del país hebreo en una ofensiva sin precedentes desde 1973. La más sangrienta desde que este grupo islamista tomó el control de la Franja de Gaza en 2007.

Un ataque sin precedentes por tierra y aire

Mientras que el cielo se cubrió del manto de los misiles, decenas de combatientes armados traspasaron la frontera sur, asesinando a decenas de ciudadanos israelíes. Todo ello a la vez que iban publicando todo tipo de cruentas imágenes en redes sociales a medida que avanzaban sobre el territorio.

Otros militantes secuestraron a otras varias decenas de israelíes, muchos de ellos todavía en paradero desconocido. Cerca de Gaza Hamas también arrasó con un concierto donde murieron, al menos, 260 personas mientras otras fueron secuestradas o siguen en paradero desconocido.

Las sirenas antimisiles alertaron a la población de madrugada

Mientras el caos sacudía Israel, a varios kilómetros al norte de Gaza, en la ciudad de Herzliya, justo encima de Tel Aviv, Pablo N., un joven valenciano de 21 años, estudiante de ingeniería y gestión empresarial, se despertó alertado por el estruendo de las sirenas antimisiles. De hecho, a las 6:30h de la mañana todo el país se despertó advertido por el mismo sonido.

Pablo y un compañero se despertaron sobrevenidos. Tan solo llevaban una semana en Israel. Decidieron llegar tres semanas antes del inicio de su Erasmus para hacer algo de turismo y culminar algunas gestiones académicas antes de empezar las clases. No esperaban vivir un episodio de estas características. No, al menos, tan pronto. Pablo explica a eltaquigrafo.com que estaba bien informado y que sabía que cuando las alarmas sonasen debía dirigirse al sótano/búnker de su bloque de pisos. El grueso de las viviendas de Israel dispone de una estancia como esta. “Ya sabíamos donde estaba y nos dirigimos directos al sótano”.

Con la segunda alarma tomaron conciencia de los hechos

Sin embargo, en esta primera ocasión, no llegaron ni a entrar. En seguida las alarmas cesaron y los vecinos de su bloque les dijeron que podían volver al piso. Pablo creyó que era algo “normal”. Sabía perfectamente donde había decidido finalizar sus estudios de grado y en ese momento no entró en pánico. De hecho, ajeno a lo que estaba sucediendo, pudo descansar una horita y su día transcurrió con aparente normalidad hasta que volvieron a sonar las sirenas. De nuevo, sobre las 20:30h, con el sonido de las sirenas de fondo, se dirigieron al sótano y estuvieron expectantes varios minutos hasta que el aviso cesó.

Fue entonces que su móvil se llenó de notificaciones y de mensajes de sus familiares preocupados desde España y tomó consciencia de lo que estaba sucediendo. Al principio reconoce que se sintió muy asustado, luego los vecinos más ancianos le tranquilizaron. “La realidad es que estamos lejos de los puntos más conflictivos y nuestra zona es muy tranquila. Algunos compañeros de Tel Aviv sí que oyeron algunos de los misiles que Hamas lanzó sobre Israel, pero desde Herzliya no escuchamos casi nada". 

Los vecinos más mayores lo tranquilizaron

Las primeras horas del domingo, reconoce, fueran duras. En especial, por la incertidumbre de lo que estaba sucediendo. Algunos de sus vecinas, las más mayores, les dijeron que no se preocuparan, que esta situación ya se había vivido en otras ocasiones. Sin embargo, le reconocieron que parecía algo más serio que en el pasado. Y así fue. Los jóvenes parecían más asustados. Para muchos también era la primera vez que vivían un ataque de tales características. 

Pocas horas después de la ofensiva palestina, Israel respondió con toda su artillería y el Primer Ministro, Benjamin Netanyuhu, declaró el estado de guerra contra Palestina. “Esto no es una operación, ni una escalada, sino una guerra”, sentenció el mandatario israelí a primera hora del sábado.

Pablo era partidario de quedarse y esperar

Pablo fue partidario de mantener la calma, aconsejado por sus vecinos, y quiso esperar a conocer el desarrollo de los acontecimientos. Con voz tranquila explica que estas dos últimas noches ha podido dormir bien, aunque el ambiente es bastante tenso y que entre los suyos sólo se habla de este tema. “Nos pusimos la Fórmula 1 para evadirnos un poco”, explica sereno el estudiante valenciano.

El joven estaba decidido a esperar a ver qué recomendaciones les daba la universidad EDEM, donde cursa sus estudios en Valencia, con la esperanza de que sólo fuese un susto. Tenía claro que quería quedarse hasta que la situación se normalizara. Nada que ver con sus otros compañeros españoles que deseaban ansiosos volver cuanto antes a casa.

Pablo y sus compañeros deben regresar a España cuanto antes

Sin embargo, este lunes su escuela de negocios ha tomado una decisión institucional y ha informado a sus alumnos de Erasmus en Israel que las clases, por ahora, se suspenden y que deben regresar a España. “Ya nos han dicho que estamos preparados por si hay que volar rápidamente hasta Madrid”, explica el joven.

De hecho, cuando esta redacción se ha puesto en contacto con él, ya estaba esperando recibir la confirmación de su vuelo, previsto para este lunes o el martes. Nos han dicho que el aeropuerto está colapsado y que nos avisarían de cuándo podríamos coger nuestro vuelo con la compañía Iberia”. Cuando eso sucediera, su idea era coger un taxi con su compañero de piso hasta el aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv. "Estamos bastante cerca del aeropuerto, a unos treinta, cuarenta minutos como mucho", relata aliviado el joven antes de proseguir con sus maletas. 

Con todo, fuentes cercanas a la familia del joven han explicado horas después a eltaquigrafo.com que Pablo ya estaba en el aeropuerto, esperando a embarcar. 

Comentarios