No tienen horario de actuación, ni zonas predeterminadas. Como en otras ciudades similares, Barcelona tiene zonas más “calientes” que otras, pero los nuevos delincuentes ya no se esconden en callejones oscuros del Raval y el Gótico. Cerca de la parada de metro Jaume I, en la transitada Via Laietana, un grupo de jóvenes turistas sale del suburbano, es viernes noche, en pleno mes de agosto, hora de cenar. Pero sus planes se tuercen cuando otro grupo de jóvenes se abalanza contra uno de los turistas para quitarle el reloj de oro.
Los compañeros de la víctima no se quedan de brazos cruzados
y empieza una batalla campal. Vuelan sillas, palos y patadas… uno de ellos acaba
con el brazo fracturado. Una noche más, ladrones y turistas protagonizan una
escena dantesca a ojos de otros muchos transeúntes. La situación es
preocupante, afirman fuentes de los Mossos d’Esquadra a eltaquigrafo.com, “pero
no es algo que pase solo aquí, la delincuencia es algo que evoluciona, no es
estática, y ciudades similares a Barcelona sufren, o ya han sufrido, un repunte
criminal similar”, explican. “Nuestro trabajo es minimizar los delitos e ir un
paso por delante”.
Nuevos problemas
Portavoces de la policía catalana han explicado a este medio
que la delincuencia se va moviendo y los principales problemas del pasado
verano, centrados en los robos violentos a domicilios y los narcopisos,
se han conseguido minimizar en un 17% en el primer caso, y perimetrar y
controlar en el segundo. “Con esto quiero decir, que la actividad policial no
para y que se trabaja a fondo para erradicar los problemas de cada momento.
Evidentemente, aun existen narcopisos, no podemos negarlo, pero la gran
crisis ya se ha superado y ahora, hay nuevos problemas”.
Estos nuevos problemas van asociados, directamente, a las nuevas formas de delincuencia, las que consideran mucho más violentas. Durante estos últimos meses, los Mossos, junto con otros cuerpos policiales, se han centrado en minimizar los robos violentos que se producen en la calle y las reyertas con arma blanca, que en varias ocasiones, este verano, terminan en homicidio.
La actividad policial no para
“Es cierto que los robos con violencia han aumentado un 30%
de manera gradual respecto el año pasado, pero las detenciones han sufrido un
crecimiento mucho mayor, del 80%, lo que demuestra que los cuerpos policiales
no nos quedamos de brazos cruzados. Insisto —añadía la portavoz— no quiero
restarle importancia a la situación, porque desde los Mossos d’Esquadra estamos
preocupados por lo que está ocurriendo en Barcelona, pero ya hemos puesto en
marcha varias acciones para combatirlo”.
Con dicho incremento del 30 % en lo que va de año y una media de 40 casos al día, es el principal problema en el centro de una ciudad que vive un verano negro. Solo en la calle, se han cometido 5.331 robos violentos. Es el delito que más “sensación de inseguridad” genera, admiten las mismas fuentes policiales. A pesar de eso, los Mossos no logran que los ladrones ingresen en prisión preventiva. De los más de 1.530 detenidos este año, han entrado en la cárcel como medida cautelar 165 (un 10,7%), según datos de la policía catalana.
Plan de choque
Ante esta situación de peleas multitudinarias, muchas de
ellas con arma blanca, de robos violentos en plena calle y a plena luz del día,
los Mossos presentaron a finales de julio, en una reunión de emergencia con el
consistorio barcelonés, un plan de choque para atacar todos los posibles orígenes
de esta delincuencia. “Se trata de un plan de acción y prevención que pretende
saturar de agentes ciertas zonas conflictivas, reforzar las investigaciones y que
se adapta y se ajusta a las necesidades de cada jornada, es un plan flexible
que se reajusta sino diariamente, semanalmente”.
Desde entonces, los Mossos han aumentado su presencia en la
ciudad, con el objetivo de “intensificar el control del espacio público”. “Más
visibilidad de la policía”, resumen, con la que esperan “reducir la percepción
de la degradación de la seguridad”.
El plan “Barcelona ciudad segura”, además de una intervención
policial, pretende trabajar de forma transversal con otras administraciones y
cuerpos policiales para combatir la criminalidad de manera conjunta, abordando
distintos factores a intervenir, como el social. Este plan, a tres meses vista
y que se trabaja desde el mes de julio, pretende ofrecer los primeros
resultados a finales del mes de septiembre.
Dispositivos móviles de saturación
Esta estrategia es la que están llevando a cabo en el frente marítimo de Barcelona, sobre todo, en las zonas donde suele instalarse el “top manta”. Con la presencia de una patrulla fija en el Paseo Joan de Borbó y, desde hace dos semanas, las idas y venidas de la Brigada Móvil (BRIMO), se pretende ahogar la delincuencia de esa zona.
“Con nuestra presencia se evita, en la mayoría de los casos,
que se produzca una acción o actividad delictiva”, comentan las fuentes de la
policía catalana. Esta medida, dentro del marco de la prevención, pretende saturar
de agentes las zonas que, por el motivo que sea, necesitan una presencia
constante de policía.
Esta medida es flexible y la BRIMO de los Mossos d’Esquadra,
aunque lleva dos semanas paseándose por el frente marítimo, se ajusta día a día
a las necesidades que detectan los agentes de proximidad. De este modo, la
presencia de esta brigada también lleva días frecuentando todo el distrito de
Ciutat Vella por razones más que obvias: según los datos, sigue siendo el
distrito que acumula la mayoría de los delitos y puntos “calientes”.
Reforzar las investigaciones
Este plan también contempla un refuerzo para las
investigaciones policiales y de este modo “determinar con mayor calidad los
perfiles y los grupos criminales”.
“Más agentes de paisano que se paseen por las zonas de
conflicto y que ayuden a desmantelar e identificar más delincuentes multirreincidentes”.
En este sentido, precisamente este martes, agentes de paisano de los Mossos
d’Esquadra y la Polícía Nacional iniciaron una ofensiva contra los delincuentes
reincidentes del metro de Barcelona.
La portavoz de la policía catalana aseguraba que “se necesita
una reforma general en este sentido, que incluya una modificación de la ley
actual y mejoras en materia social”, ya que los multirreincidentes implican un
sobreesfuerzo policial a nivel de agentes a pie del cañón, y de presupuesto,
por la dificultad de identificarlos, cogerlos, imputarlos y que, finalmente,
reciban una sanción o pena.
Desde que, en verano del 2017, el Tribunal Supremo resolvió,
en una sentencia, que los hurtos no podían acumularse, resulta muy difícil que,
sobre los carteristas, recaigan penas que vayan más allá de las multas económicas.
En cuanto a los homicidios…
Dado el creciente número de homicidios acaecidos en la
capital catalana en los últimos meses, los Mossos no quieren crear alarma y
afirman que la mayoría de ellos tienen que ver con ajustes de cuentas y delitos
contra la salud pública, lo que va mucho más allá de un trabajo de prevención.
“Al menos 8 de los 12 casos, tienen que ver con el tráfico de drogas y no están
relacionados entre sí”.
La policía catalana niega un “contexto de excepcionalidad” en
la ciudad de Barcelona, donde consideran que hay cierta amplificación de lo que
ocurre en sus calles.
Aun así, admiten que sus actuaciones se someten a
evaluaciones continuas para mejorar sus procedimientos y ser cada vez más
efectivos.
Plan de acción “Poliédrico”
Además del plan de choque para minimizar las principales
preocupaciones de la policía catalana, ésta también ha puesto en marcha, desde
el pasado mes de marzo, otro plan de acción y prevención al que se refieren
como “Poliédrico”.
Este plan, multidisciplinar, pretende dar asistencia y prevención a todos los menores migrantes no acompañados (MENAS) para que no se vinculen con actividades delictivas. La intención es proteger a este colectivo que, por su vulnerabilidad más que evidente, puede tender a delinquir. Con todo, se estima que el 82% de los MENAS que viven en Barcelona no ha entrado en contacto con la actividad delictiva.
Este plan, además de dar asistencia y prevenir que estos
jóvenes se conviertan en delincuentes, también pretende fortalecer y recuperar
la convivencia y evitar el aumento de hechos delictivos por parte del 20% de
este colectivo.
Eso sí, este 20% es protagonista de muchas de las peleas
multitudinarias que se desencadenan y de los robos de relojes y cadenas de oro.
Además, según datos que se presentaron en la pasada Junta Local de Seguridad de
Barcelona, el análisis de su trabajo arroja un top 22 de
jóvenes que acumulan, de media, 15 detenciones o denuncias. Algunos de estos
suman más de 30 arrestos.