REPORTAJE

Un cadáver en un maletero y un prostíbulo encubierto: las claves de un caso lleno de interrogantes

Calle Riera de Sant Miquel, en el barrio de Gràcia de Barcelona / eltaquigrafo.com
photo_camera Calle Riera de Sant Miquel, en el barrio de Gràcia de Barcelona / eltaquigrafo.com

Para conocer más detalles de este misterioso caso, esta redacción se ha desplazado hasta el lugar donde, presuntamente, pasaron lo hechos para hablar con los vecinos de la calle Riera de Sant Miquel 64 de Barcelona

Escasos 400 metros separan el punto exacto donde los Mossos d’Esquadra pararon la furgoneta que transportaba un cadáver, en Vía Augusta 14, del lugar donde se realizó, horas después, un registro relacionado con el macabro hallazgo, en los bajos del número 64 de la calle Riera de Sant Miquel. A las 23:11 horas de la noche del pasado jueves 9 de marzo, un coche de la policía catalana empezó a seguir, por motivos que se desconocen, una furgoneta Fiat Scudo que les resultó sospechosa.

Un cadáver y un local sombrío

Para sorpresa de los agentes, en el interior del maletero se escondía el cadáver de un hombre, envuelto en una sábana y, junto a él, un cuchillo. Los dos integrantes del vehículo, dos hombres de nacionalidad española, quedaron detenidos en el momento.

A continuación, los investigadores deshicieron el recorrido realizado por el turismo hasta llegar a los bajos del número 64 de la calle Riera de Sant Miquel, donde presuntamente detuvieron a una mujer de origen latinoamericano. Una persiana llena de grafitis protege la entrada de lo que, años atrás fue un centro de estética, pero que, en la actualidad, se había convertido en un lugar algo más sombrío.

Un secreto a voces: el local era un prostíbulo

Dispuestos a conocer más detalles de este misterioso caso, que los Mossos siguen sin confirmar si se trata de un homicidio, esta redacción se desplazó hasta el presunto lugar de los hechos para hablar con los vecinos. Unos no quisieron hablar, quizá porque ni lo sabían o no lo querían saber. Y otros solo confirmaron lo que parece que era un secreto a voces: el número 64 de la calle Riera de Sant Miquel era un prostíbulo encubierto. Y si no lo era, lo que se cocía en el interior de ese local no terminaba de ser de fiar.

Estaba lleno de chicas, la mayoría latinoamericanas. Yo no tenía confirmado al 100% que se tratase de un prostíbulo, pero los rumores en el barrio eran constantes” asegura un vecino del bloque que comparte fachada con el local registrado. “Sí que es verdad que siempre había música, que hacían fiestas a menudo y había mucho movimiento de chicas entrando y saliendo, también de hombres”, dice el mismo vecino.

Desde hace una semana “ni un alma se ha pasado por el local”

“Yo no lo quise creer. Cuando me dijeron que en ese local se ejercía la prostitución no me lo creí. Pero la verdad que, observando los movimientos del local, algo raro sí que se cocía. A veces tenían la persiana abierta hasta altas horas de la madrugada y tengo dudas de que alguna de las chicas, incluso, llegase a vivir en el interior” dice una comerciante de la zona que, además, también vive por las inmediaciones de la calle Riera de Sant Miquel.

Sin embargo, desde hace una semana, la persiana metálica llena de grafitis no se ha vuelto a levantar. Desde que vino la Policía ni un alma se ha pasado por el local, que siempre estaba lleno de mujeres a todas horas”, relata otro comerciante de la misma calle. Él mismo explica que el viernes pasado se montó un gran dispositivo policial en la calle: “lo acordonaron todo, había no se cuántos coches de los Mossos d’Esquadra y se pasaron horas registrando los bajos del número 64”.

Con la presencia de la Científica de los Mossos

Tal y como adelantó este medio, el local estuvo custodiado toda la noche hasta que a las 12.00 horas del mediodía del viernes 10, se procedió a la entrada y registro. La prueba se alargó hasta las 16.00h y contó, como es habitual, con la presencia de agentes de la Policía Científica. “Llegaron varios policías con monos blancos y eso me llamó mucho la atención” dice una de las comerciantes.

Aun con todo, el caso sigue bajo secreto de sumario y, por lo tanto, no se conocen ni los avances de la investigación, ni lo que los agentes pudieran encontrar en el interior del local. De todos modos, las mismas voces vecinales aseguraron que el local no parecía estar muy limpio desde fuera y que dado el contexto del registro “seguro que han encontrado de todo y nada bueno...”, dice una señora mayor, vecina del bloque de justo enfrente.

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