Según imágenes del interior del local, los hechos sucedieron en un pequeño habitáculo en uno de los extremos de la zona VIP. Según ha podido saber este medio, se trata de una pequeña habitación-trastero, con un baño para los clientes de la zona privé
Este viernes se cumple una semana desde que Dani Alves se presentó ante la comisaría de los Mossos d’Esquadra de les Corts, donde quedó detenido como sospechoso de un presunto delito de agresión sexual en la discoteca Sutton de Barcelona.
Sin embargo, las agentes de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) hacia semanas que reconstruían el puzle de los hechos, recabando indicios para presentarlos ante la juez de Instrucción 15 de Barcelona. Indicios que, junto con la declaración de la víctima, fueron la llave para encerrar al jugador en prisión preventiva y sin fianza.
Un pequeños habitáculo con un baño
Los hechos sucedieron en un habitáculo pequeño de la zona privé de Sutton. Un espacio que, como ha podido saber esta redacción, parece más un camerino o un trastero, pero que dispone de un pequeño baño unisex para los clientes VIP de la discoteca. Se encuentra en un extremo de la zona de reservados, un espacio anexo a la cabina del DJ, a ojos del resto de clientes, pero suficientemente alejados de ellos.
Dos cámaras de seguridad vigilan esta zona: una a un extremo, la otra en el otro. De este modo, apuntan fuentes cercanas a la investigación, se pudo grabar toda la secuencia desde que la víctima entra a la zona VIP, hasta que es conducida hasta el baño donde es brutalmente agredida.
“Hola, soy Dani y juego a petanca”
Según la información que se ha ido filtrando a distintos medios de comunicación, Dani Alves, acompañado de un amigo, accedió a al discoteca sobre las 2:30h de la madrugada del 30 al 31 de diciembre. Directamente fue a la zona VIP, donde le habían reservado unas mesas. Una hora después, la víctima y sus amigas obtuvieron pases para acceder a los reservados y Alves, según el relato de la víctima y de los testigos, las fichó.
En dos ocasiones, según La Vanguardia, el futbolista mandó al camarero a invitar a cava a la víctima y sus acompañantes. En un principio las jóvenes rechazaron la oferta de ir con ellos, pero ante la insistencia del trabajador del local terminaron aceptando. Una vez se juntaron en el reservado y el futbolista les mintió diciendo que era “jugador de petanca”, mientras se iba acercando cada vez más a las jóvenes.
Manoseó a una amiga de la víctima
Tal y como explicó en sede judicial una amiga de la víctima, antes de que se produjese la agresión, el futbolista manoseó a esta otra joven, cogiéndole su mano para acercársela a un pena. Acción que hizo hasta en dos ocasiones. “Lo hizo dos veces, la segunda con mucha fuerza y violencia y la volví a retirar”, añadió. De este modo, esa misma noche el jugador no solo violó presuntamente a la denunciante, sino que también manoseó y se propasó con otra de las chicas.
A continuación, se acercó más a la víctima y empezó a decirle algo en portugués. Palabras que la joven no pudo diferenciar, pero que ya le generaron una situación de incomodidad. Además, las grabaciones de las cámaras del reservado coinciden con el testimonio de la mujer. También demuestran que Dani Alves la convenció para acompañarlo a “otra sala VIP”, que resultó ser el pequeño habitáculo con el baño.
“Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo”
A continuación, y durante más de 15 minutos, ninguno de los dos aparece en las imágenes de seguridad de Sutton. Dentro de aquel camerino-trastero con baño, Alves presuntamente insultó, golpeó y violó a la joven víctima hasta que eyaculó y se marchó.
“Insistí en que parase y en que me tenía que ir, pero me subió el vestido y me hizo sentarme encima de él”, relató la víctima a los Mossos d’Esquadra y a la jueza. Ante su resistencia, la tiró al suelo y la obligó a realizarle una felación, a lo que se negó, y empezó a abofetearla. Luego la puso contra el lavabo y la penetró vaginalmente: “Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo”, avanzó La Vanguardia. “Noté que se relajaba y vi una mancha en el suelo. Sabía que había terminado”.
La discoteca actuó de forma encomiable
Al salir del baño, Alves se reencontró con el grupo en los sofás donde habían estado, y fue a la barra a por una nueva copa, apunta El Periódico. Seguidamente, el jugador y sus amigos cogieron sus cosas y se marcharon. A continuación, llegó la víctima que cuando se unió a sus amigas rompió a llorar desconsoladamente.
Las amigas alertaron de la posible agresión a los trabajadores de la discoteca. El personal de seguridad actuó de forma encomiable, activando de inmediato el protocolo de protección a la víctima y tratando de localizar al presunto agresor, aunque sin éxito. Según La Vanguardia, Dani Alves llegó a pasar por el lado de la víctima, que ya lloraba ante el jefe de la discoteca, y se marchó sin más.
El relato intacto de la joven víctima
Al llegar la policía, uno de los agentes que se dirigió a la joven llevaba colgada de la pechera una cámara unipersonal que accionó, al parecer, de forma inconsciente o involuntaria. Sea como fuere, en ella se registraron las primeras declaraciones de la víctima, grabadas la misma madrugada del 31 de diciembre, que describían una sucesión de los hechos que la víctima mantuvo dos días después, al formalizar la denuncia, y el 20 de enero, en sede judicial.
Seguidamente fue trasladada hasta el Hospital Clínic de Barcelona, donde fue atendida. El informe médico demuestra lesiones compatibles con un forcejeo y la joven entregó de forma inmediata el vestido que llevaba para que pudiese ser analizado, con la finalidad de hallar en él restos biológicos compatibles con el ADN de Dani Alves.
Las pruebas contra Alves
Las agentes de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) de los Mossos d’Esquadra se pudieron rápidamente manos a la obra, recuperando huellas dactilares del baño, revisando las cámaras de seguridad del local y analizando con los restos de semen que se hallaron en el espacio donde supuestamente se produjo la agresión. Todo ello, ligado con el discurso de la víctima, convencieron a la juez para dictar prisión preventiva.
Además, las tres versiones ofrecidas por Dani Alves, que fue cambiando el relato a medida que iba conociendo más pruebas contra él, terminaron de acorralar al exazulgrana.
Según avanzó TV3, el jugador ofreció tres versiones distintas de los hechos ocurridos la noche del 30 al 31 de diciembre en la VIP de la discoteca Sutton de Barcelona. Primero dijo que no conocía a la chica a la que presuntamente agredió sexualmente, luego comentó que estuvieron pasando un rato juntos en el reservado del local y, finalmente, que fue ella quien se le tiró encima cuando coincidieron en el baño, mientras él estaba en el interior haciendo sus necesidades y le practicó una felación consentida. Y que si no había dicho nada hasta entonces era para “protegerla”.
El recurso de la mano de Cristóbal Martell
Tras su ingreso en prisión, la familia del futbolista inició la búsqueda de un nuevo abogado. Finalmente, llegaron a un acuerdo con Cristóbal Martell, socio-fundador de Martell Abogados, uno de los despachos penalistas más potentes y con más prestigio de todo el Estado.
Su intención, insisten, es demostrar la inocencia del jugador. A pesar de la declaración de la víctima y de las pruebas incriminatorias que la Unidad Central de Agresiones Sexual (UCAS) de los Mossos ha recopilado en su contra (restos biológicos, huellas dactilares, cámaras de seguridad de la discoteca Sutton…); su nueva defensa considera tener argumentos para evitar la prisión preventiva. Tienen tiempo hasta el próximo 31 de enero para presentar dicho recurso.