El 22 de agosto de 2020, la vida de una mujer y sus cinco hijos se truncó en un abrir y cerrar de ojos, en pleno centro de Marbella (Málaga). Esa noche, dos vehículos policiales interceptaron el coche que conducía su marido, el empresario holandés, Jamal Bouaouiouich, y ocho hombres, ataviados con uniformes de la Policía Nacional, lo arrancaron del volante a porrazos y lo secuestraron.
Desde entonces y, desde que eltaquigrafo.com lo publicó en exclusiva, las informaciones acerca del posible paradero de Jamal han ido apareciendo a cuentagotas. Por parte de los secuestradores nada. Ni una llamada, ni una petición de rescate a la familia. Nada.
La familia ofrece una recompensa
Como la investigación policial avanza muy lentamente, la familia del secuestrado ha decidido, en un intento desesperado de recibir algún tipo de información que les oriente, ofrecer una recompensa a cualquiera que pueda facilitar datos contrastables sobre el paradero y el secuestro de Jamal.
En un comunicado de prensa de la familia, al que ha tenido acceso eltaquigrafo.com, la mujer de desaparecido asegura haber tomado esta decisión tras perder la confianza con los investigadores de la Policía Nacional. “El secuestro de Jamal no recibe el tratamiento prioritario que debería y que los secuestradores saldrán indemnes” lamentan en la nota.
“Se pudo haber evitado”
La gota que colmó el vaso llegó después de que el diario NIUS publicara hace escasos días que, en aquella época, el Juzgado de Instrucción 2 de Torremolinos estaba llevando a cabo una investigación contra un grupo de narcotraficantes franceses que estuvieron siguiendo y observando los movimientos de Jamal, hasta que fue finalmente secuestrado -tal y como se extrajo de las intervenciones telefónicas realizadas-. Este grupo de delincuentes, en el marco de la investigación antidroga, fueron detenidos e interrogadas. “Pero nadie les arrestó, ni interrogó por su a vínculo, más que aparente, con el secuestro de Jamal que las grabaciones dejaban bien claras. Grabaciones que, por otro lado, han desaparecido misteriosamente, disponiendo tan solo de las transcripciones” denuncia la familia en el comunicado difundido.
“Un error tras otro por parte de la policía y los juzgados; y una familia rota, desamparada desde el primer día”, añaden. Con todo, la familia está convencida de que si las autoridades hubiesen actuado como procede, tras las escuchas al grupo de narcos, se hubiese podido evitar el secuestro de Jamal B.
Un año y medio después…
Con todo, ha pasado ya un año y medio y la policía española no ha detenido a un solo sospechoso, lamenta la mujer de Jamal B. Con el caso bajo secreto de sumario y con la lentitud con la que trabajan los investigadores, asegura la familia, ellos se sientes “abandonados por parte de las autoridades”. Sus cinco hijos creen que Jamal está de viaje de negocios en el extranjero. Su mujer ni siquiera sabe si está vivo o muerte, como los investigadores, que sospechan un final trágico, pero no lo pueden confirmar. La cónyuge mandó una carta a esta redacción hace meses. Su desesperación sigue latente. En ella ya lamentaba la pasividad de la Policía y las suposiciones acerca de la dudosa reputación de Jamal que han difundido algunos medios de comunicación.