photo_camera Un mes antes del crimen, Helena recibió dos cartas anónimas. Luego la hallaron muerta en un patio interior lejos de su domicilio habitual / Archivo
El jersey que vestía Helena Jubany, así como las cartas anónimas que recibió antes de morir serán cotejadas de nuevo, ahora en busca de nuevos resultados de ADN
La investigación por el crimen de Helena Jubany ha vuelto a dar un giro radical. Cuando las esperanzas de la familia empezaban a decaer -- especialmente después de que los distintos análisis de ADN practicados por la Policía arrojasen un resultado negativo tanto en comparación con Santi Laiglesia, como con Xavi Jiménez, los dos únicos investigados en la actualidad --; ahora el Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell ha ordenado nuevas periciales biológicas.
Concretamente, en relación con los restos de ADN hallado en el jersey que Jubany vestía la noche que fue arrojada al vacío, así como con en el papel en el que fueron escritos los dos anónimos que Helena recibió semanas antes de ser asesinada.
Nueva pericial en el Instituto Forense de Santiago de Compostela
De este modo, el juez autoriza, a petición de la familia de la víctima, que sea el Instituto de Ciencias Forenses de Santiago de Compostela quien realice un segundo informe pericial utilizando “técnicas más avanzadas sobre las muestras obtenidas del jersey de la víctima”. Con la repetición, más exhaustiva, de esta prueba se espera poder secuenciar los marcadores del cromosoma Y del ADN localizado en el jersey y poder así confirmar o descartar que los perfiles hallados son de alguno de los dos investigados.
Aunque hasta el momento todas las pruebas realizadas por la Policía Nacional han resultado negativas, la familia espera que las técnicas del Instituto de Santiago de Compostela arrojen mayor claridad a los resultados. En este sentido, la acusación particular, liderada por el letrado Benet Salellas, aportó a la causa un informe de una catedrática de Genética de la Universidad de Barcelona que indicaba que ninguno de los dos sospechosos "puede ser descartado".De los 25 marcadores analizados del cromosoma Y, el perfil genético de Santi Laiglesia coincide en todos los marcadores excepto uno; y el de Xavi Jiménez coincide en 18 de los 25 analizados.
Buscaran restos de ADN en las cartas manuscritas
Paralelamente, el juez ha ordenado, por primera vez, que los agentes de la Policía Nacional analicen el papel en el que fueron escritos los dos anónimos que recibió Helena Jubany semanas antes de ser asesinada, el 2 de diciembre de 2001. Con esta pericial se pretende encontrar perfiles genéticos concretos en los mensajes anónimos que le enviaron a la víctima poco antes de morir.
En este sentido, uno de los anónimos, que quedó acreditado que lo escribió Xavi Jiménez, iba acompañado de una horchata adulterada con un medicamento sedante. La misma sustancia que la autopsia detectó en cantidades muy elevadas en el cuerpo de Helena Jubany, tras ser arrojada desde una azotea de Sabadell.
El crimen sin resolver
Con todo, cabe recordar, la joven bibliotecaria, de 27 años, fue asesinada el 2 de diciembre de 2001 en Sabadell (Barcelona). Encontraron su cadáver tirado en un patio interior. Estaba desnuda y con el cuello lleno de quemaduras.
A partir de entonces, se inició una investigación policial para esclarecer las circunstancias de la muerte. Después de realizar las pruebas caligráficas (las que se han repetido ahora) y de conocer que la víctima fue hallada en el patio interior del bloque donde vivía de una de las sospechosas, Montserrat Careta (pareja de Santi); ésta y Ana Echaguivel, dos compañeras del Unión Excursionista de Sabadell, quedaron detenidas por su presunta vinculación con el crimen.
Las dos ingresaron en cárcel de manera provisional. Careta se suicidó en prisión. Echaguivel salió en libertad en 2005 por falta de pruebas. El caso quedó archivado entonces hasta que se reabrió por primera vez en 2020.
La imputación de Xavi Jiménez ‘in extremis’
De hecho, la imputación de Xavi Jiménez – horas antes de que prescribiera el caso – se formalizó después de que el informático forense Bruno Pérez Junca, contratado por la familia Jubany, descubriera, del disco duro de la fallecida, que Jiménez envió varios correos electrónicos a la joven con mensajes clavados a los manuscritos anónimos que recibió antes de su muerte.
Esta coincidencia entre el contenido de los correos electrónicos y el de los anónimos motivó la apertura de unas nuevas diligencias para comprobar si el investigado había tenido algo que ver. La pericial caligráfica concluyó que su letra coincidía con la de las cartas que recibió la joven Helena.
Montcada i Reixac (Barcelona) 1995. Periodista especializada en crónica policial y de sucesos, diplomada en la especialidad de Crimen Organizado Transnacional y Seguridad por la UNED y con un Máster en periodismo multimedia y transmedia por la UAB.