Catalunya ha vivido este viernes un nuevo dispositivo policial en el marco de la lucha contra el tráfico de marihuana. Más de 300 agentes de distintas unidades del cuerpo se han movilizado hasta distintos puntos del Área Metropolitana de Barcelona, Girona y Barcelona capital para desmantelar una organización criminal dedicada al cultivo de esta droga.
Según ha informado la policía catalana, el dispositivo se ha saldado con 23 entradas y registros, 20 detenciones y una decena de plantaciones desmanteladas. Como se puede ver en las imágenes difundidas por redes sociales, la Brigada Móvil de los Mossos ha efectuado varias entradas en zonas alejadas de los núcleos urbanos, aunque según han confirmado fuentes del cuerpo a esta redacción, uno de los puntos investigados se encontraba en el Paseo Sant Joan de la capital catalana.
Estas mismas fuentes son las que han confirmado a eltaquigrafo.com que la investigación sigue bajo secreto de sumario, por lo que la información que se conoce del caso sigue siendo muy reducida.
Los Mossos no bajan la guardia
Los Mossos d’Esquadra ya detuvieron el pasado martes a diez personas en otro dispositivo llevado a cabo este martes en el Camp de Tarragona para desarticular un grupo dedicado al cultivo y tráfico de marihuana. Y es que según alertaba el cuerpo hace escasas semanas, actualmente el tráfico de marihuana en España, y en especial en Catalunya, se encuentra en lo que han bautizado como una fase “parasitaria”.
Entendiendo que el negocio ilícito de esta tipología de narcotráfico empezaba a corromper ciertos estamentos de la estructura socioeconómica de nuestro país. Es decir, que las mafias de la marihuana se empezaban a aprovechar de actividades legales para camuflar sus beneficios, estableciendo vínculos con los cuerpos policiales y el sector económico del territorio donde operan.
Como comentaba el exjefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, "Catalunya ha pasado del consumo de proximidad al crimen organizado. Estas organizaciones dedicadas a la actividad delictiva están eligiendo Catalunya para aposentarse y dirigir sus negocios desde aquí y esto implica posibles narcoasaltos, mucha violencia, tráfico de armas, posibles homicidios, incluso podría conllevar un aumento del tráfico y la explotación de personas y, sin duda una amenaza para la economía real, una amenaza para la calidad democrática de Catalunya".