Tras las informaciones publicadas ayer por este medio acerca de la fabricación de alimentación destinada a ganado en unas instalaciones en las que, aparentemente, no se cumple con la normativa sanitaria vigente, eltaquígrafo.com ha contactado con la gerencia de Copiral, la empresa responsable.
Desde la dirección niegan que en sus instalaciones ubicadas en Agramunt (Lleida) se haya producido ningún tipo de irregularidad al respecto. Niegan también que la Fiscalía de Medioambiente haya abierto diligencias para esclarecer las circunstancias en las que la empresa almacena los productos que utiliza para la fabricación de pienso para ganado.
Copiral afirma desconocer esta situación y alega que, en los veinte años que llevan funcionando, no han tenido ningún problema con respecto al cumplimiento de las medidas sanitarias. “Cumplimos todas las leyes y toda la normativa”, han respondido.
Investigados por la muerte de 300 animales
Aunque confirman que hace quince años se abrió una investigación a la empresa por un caso de botulismo que ocasionó la muerte de 300 animales de una granja que habían sido alimentados con sus productos, se defienden afirmando que la querella quedó archivada tras demostrarse que ellos no habían sido los culpables.
A pesar de que desde la compañía niegan que en la conservación y el tratamiento de los productos que sirven como materia prima para la elaboración de la alimentación animal se vulnere la normativa sanitaria, recordamos que, según los datos de los que dispone este medio, entre los que se incluyen numerosas imágenes, se puede apreciar que buena parte de la mercancía se encuentra en una situación deplorable.
Comida entre basura
En las imágenes se aprecia la zona de almacenamiento en la que los proveedores descargan la mercancía y que se encuentra al aire libre a merced de las inclemencias meteorológicas. Los palés de comida, con alimentos cuyos embalajes se encuentran humedecidos y rotos, se mezclan con depósitos para líquidos en los que se distinguen etiquetas que alertan de contenido peligroso o piezas de hierro oxidadas.
Recordamos que Copiral se dedica al reciclaje de alimentos que por haber sobrepasado su fecha de caducidad, defectos en su fabricación o problemas en el etiquetado, no pueden comercializarse. Estos productos, sin embargo, pueden utilizarse para la elaboración de piensos de animales destinados a consumo humano. Eso sí, siempre siguiendo unas estrictas normas sanitarias ya que al final de la cadena alimenticia, acabará en los platos de los consumidores.