Como era sábado y estaban desbordados por la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia del coronavirus, el Hospital de Martorell (Barcelona) no llevó a cabo el preceptivo protocolo de verificación de la documentación, contratando de forma totalmente errónea al falso doctor, ahora en prisión.
Así lo reconocía, ante el juez de instrucción, número 5, de Martorell, un alto cargo de la dirección de dicho centro sanitario. A esto, añadió que dos días después de la contratación se recibió una comunicación del Colegio de Médicos, desde recursos humanos se alertó de la conducta errática del médico, e incluso se constató que el joven impostor actuaba «como si tuviese sus facultades un tanto desequilibradas».
Es a partir de ese momento, transcurridos tres días, cuando la dirección del Hospital toma consciencia de la situación creada por el «falso doctor» y da el aviso a los Mossos d'Esquadra para proceder a su detención. Es en el transcurso de estas 72 horas, que se produce el episodio de Antonio, el hombre de 83 años que falleció tras ser atendido por este «facultativo» y cuyo certificado de defunción también fue firmado por él.
Desde el centro de salud son conscientes de la situación, aunque se justifican argumentando el desbordamiento sufrido a raíz de la pandemia y la reducción de personal durante el fin de semana. El juez instructor, por el momento, no ha decretado ninguna medida cautelar contra el hospital, aunque la investigación sigue abierta.
La Audiencia de Barcelona ratifica la prisión
Esta información, a la que eltaquigrafo.com ha tenido acceso, llegó horas después de saberse que la Audiencia de Barcelona ha desestimado el recurso interpuesto por la defensa del acusado, ratificando, de este modo, la decisión del juez instructor, número 5, de Martorell, que mantuvo la condición de prisión provisional para el joven de 21 años detenido el pasado mes de abril, tras descubrir que se había hecho pasar por médico.
El pronunciamiento se basa en que sus presuntos delitos, prolongados en el tiempo, han supuesto y podrían suponer un riesgo para la Salud Pública —existiendo, de este modo, un alto riesgo de reiteración delictiva— y por su gravedad y las penas que conlleva, también un elevado riesgo de fuga. El joven estafador, no solo actuó como falso doctor, sino que, además, se dedicó a falsificar y vender todo tipo de titulaciones a través de webs de compraventa.
