La llegada paulatina de delincuentes a nuestro país, en especial por todo el litoral, es una realidad que se conoce, se investiga y se persigue. Pero es inevitable. Mafias y organizaciones criminales de todo el mundo llegan a España atraídas por su situación geográfica, el clima, la elevada presencia de turistas, la laxitud de ciertas leyes en comparación con otros países y el desarrollo económico. Aquí se instalan y, aunque a veces se creen rumores alrededor de su presencia, suelen aposentarse pasando totalmente desapercibidos por lo que a sus actividades criminales respecta. Sus hijos van al colegio y ellos toman café, pasean, juegan al pádel y hacen la compra. Su aspecto es el de un empresario, a veces ni siquiera eso, pero poco se conoce sobre lo que realmente traman tras los muros de sus chalés.
Madrid, Catalunya, la Costa del Sol y las Baleares se han convertido en los destinos favoritos de mafias y organizaciones criminales de todo el mundo. Ambos conceptos, aunque suelen utilizarse indistintamente para referirse a grandes grupos dedicados al crimen organizado tienen diferentes matices. Ambos, en todo caso, con sus distintos códigos de honor, sus conexiones y jerarquías están presentes en nuestro país. En Catalunya, concretamente la mafia italiana, georgiana y china, así como las organizaciones criminales de la extinta Yugoslavia son las que han adquirido más peso, peligrosidad y que despiertan más preocupación a nivel policial. Eltaquigrafo.com ha podido hablar de todo ello con el Inspector Carlos Gil, Jefe en funciones de la sección de crimen organizado de la Policía Nacional en Barcelona.
Gil puso de relieve la situación geográfica de nuestro país y la laxitud en ciertas leyes, sobre todo en relación con el tráfico de marihuana, a la hora de hablar de atractivos para estos delincuentes. El efecto llamada actúa como una onda expansiva y desde los cuerpos policiales, asegura, se trabaja muy duro para que estas organizaciones, en especial las mafias, “no traspasen los límites para subvertir el orden estatal, infiltrándose en el día a día cotidiano de la sociedad y las instituciones”.
La Mafia italiana
El término “mafia” proviene, precisamente, de las organizaciones criminales italianas que, desde hace más de un siglo se instalaron en el messogiorno italiana (en la zona sur-meridional de la península) implantando un “nuevo orden social”. Actualmente existen cuatro grandes mafias italianas: La Cosa Nostra siciliana, la Camorra de Campania, muy presente en Nápoles, la ‘Ndrangheta de Calabria y la Sacra Corona Unita originaria de la región de Puglia. Si bien todas ellas han extendido sus influencias por todo el planeta, hay dos que preocupan especialmente a los cuerpos policiales.
Según la información que posee se la Policía Nacional, y así lo ha asegurado el Jefe en funciones de la sección de crimen organizado en Barcelona, en Catalunya se ha detectado la presencia activa de la Camorra y la ‘Ndrangheta, actualmente considerada la mafia con más poder del mundo. En términos generales, ambas se dedican al tráfico de estupefacientes, principalmente marihuana, y al blanqueo de capitales con la adquisición de restaurantes y locales de ocio nocturno.
La Camorra
La presencia de la Camorra en Barcelona y el litoral catalán ya se detectó a principios de los años 90, puntualiza el inspector. De hecho, Carlos Gil matiza que cuando él entró al cuerpo, en el año 1993, lo que por entonces equivaldría a la actual sección de crimen organizado ya investigaba los movimientos de esta mafia italiana, muy activa y presente en Barcelona tras los Juegos Olímpicos del 92.
En la actualidad, además de las actividades habituales de estos delincuentes, si hay algo que preocupa a los agentes es el robo de relojes de lujo. A diferencia de lo que muchos creen, esta tipología delictiva la introdujeron los jóvenes de la Camorra hace años y ahora otras organizaciones criminales lo están imitando. Sus influencias a nivel mundial les permitían y permiten introducir esta mercancía en el mercado negro sin grandes esfuerzos.
La ‘Ndrangheta
Esta mafia, originaria de la región de Calabria, se considera la más poderosa y rica del mundo. También se ha detectado su presencia activa en Catalunya, en especial por la costa. Y, además del tráfico de marihuana, actividad que se ha extendido como la pólvora por toda la región catalana, convirtiéndose en un auténtico huerto para el cultivo de esta sustancia, también trafican con hachís y cocaína. Además, se les atribuyen otros delitos como el contrabando de tabaco y armas; así como varios episodios de extorsión, pero de extorsión muy violenta.
La Mafia Georgiana
Muy diferente a la italiana, que suelen reconocerse por sus coches de lujo, sus trajes hechos a medida y su ostentosidad, Carlos Gil también alerta sobre la mafia georgiana en Catalunya. De un perfil mucho más bajo, muchos de ellos toxicómanos, son un grupo organizado de delincuentes muy nómadas: “aparecen, desaparecen y reaparecen”. Actualmente Catalunya se encuentra en un momento de poca actividad delictiva relacionada con esta organización, en especial, “gracias al trabajo policial que se hizo en las últimas redadas en el colegio Menéndez Pidal, en el barrio de Sant Genís dels Agudells (Barcelona), que daba cobijo a cientos de miembros de dicha mafia”.
Sin embargo, no hay que bajar la guarda, asegura Gil. Y en especial, después de constatar que, durante los últimos años de gran actividad, en 2019, varios de los líderes de esta organización trataron de infiltrarse en la sociedad civil comprando restaurantes, hoteles y otros comercios. Su área de actuación se encontraba en Barcelona y las grandes ciudades pobladas del área metropolina. Su principal actividad delictiva son los delitos contra el patrimonio: asaltando inmuebles y viviendas, normalmente libres de inquilinos durante el momento del asalto. A diferencia de los grupos organizados, que no mafias, de la extinta Yugoslavia (los albanokosovares y lo serbios), los georgianos no son precisamente violentos.
Llegados a este punto cabe tener en cuenta de que mientras que las leyes no escritas de las mafias (como la italiana, la georgiana o la china) son muy estrictas, partiendo de la conocida omertá o ley del silencio; las organizaciones criminales siguen unos patrones similares, pero sin intentar colarse en el día a día de las instituciones y la sociedad, como sucede con las que provienen de la extinta Yugoslavia y que también están muy presente en Catalunya.
La Mafia China
La mafia china es la tercera gran mafia detectada de forma activa en Catalunya. De hecho, uno de las últimos macrooperativos policiales de la Policía y los Mossos giró entorno a la desarticulación de un grupo perteneciente a esta mafia que se había coronado como uno de los líderes del tráfico de marihuana en Catalunya. Tradicionalmente, sin embargo, asegura Carlos Gil, “sus actividades delictivas habían girado entorno a las falsificaciones (delitos contra la actividad industrial), la trata de personas con fines de explotación sexual y el blanqueo, con la compra de muchos establecimientos comerciales (bazares), restaurantes, karaokes o establecimientos de belleza”.
Se trata de una mafia mucho más impenetrable y hermética que el resto. El sentimiento de pertenencia es una de sus características principales y no suele ser una mafia violenta o agresiva. “Lo son tan solo entre ellos”, puntualiza el inspector del CNP. Además, añade Gil, su forma de trabajar es muy diferente a la que adoptan las otras dos mafias descritas y presentes en Catalunya. “Los chinos son mucho más meticulosos, cuidadosos y trabajadores. Aunque su trabajo conlleve un delito, nos hemos percatado de que viven obsesionados con la producción”.
En este sentido, y en relación con el macrooperativo citado, donde se fulminó a dos clanes del Bang de Fujian, la Policía detuvo a personas que más tarde pudo comprobar que no pertenecían a la mafia, sino que eran víctimas de trata, en este caso, con fines de explotación laboral.
Desde Italia hasta la China, pasando por Georgia
Aunque Carlos Gil es consciente de que en Catalunya hay presencia de otras mafias y, por supuesto, de muchas otras organizaciones criminales tanto nativas como internacionales, sí que reconoce y remarca que estas tres son las que protagonizan o han protagonizado recientemente mayor actividad delictiva. Cada una siguiendo sus propios patrones, leyes y modus operandi la realidad es que las tres componen el grueso de mafias (que no, organizaciones criminales) más activas de Barcelona y el litoral catalán. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no son delincuentes estáticos y que su influencia se extiende por todo el territorio, sobre todo por Madrid y la Costa del Sol.
Lo que más preocupa al Jefe en funciones de la sección de crimen organizado del CNP en Catalunya es el esfuerzo y la inversión millonaria que todos ellos están realizando en relación con el cultivo y tráfico de marihuana. Si el hachís y la cocaína copaban en 2019 más del 50% del tráfico de sustancias estupefacientes que se registraba en España, actualmente Gil está convencido de que la marihuana se ha posicionado en cabeza.