Drivers, los esclavos del siglo XXI

Los exempleados de dos compañías de Barcelona denuncian las condiciones abusivas bajo las que se veían obligados a trabajar | Cabify
photo_camera Los exempleados de dos compañías de Barcelona denuncian las condiciones abusivas bajo las que se veían obligados a trabajar | Cabify
Las empresas de VTC se venden como un modelo de negocio rentable que emplea a miles de personas en España. Sin embargo, los conductores han destapado una realidad muy diferente basada en relaciones abusivas y condiciones laborales que rozan la esclavitud.

“Trabajábamos doce horas diarias como mínimo, en ocasiones, sin ningún descanso, lo cual era hasta peligroso”, nos explica al otro lado de la línea telefónica Jorge Oller, un exconductor de Vehículos de Turismo con Conductor (VTC). Estas son las jornadas extenuantes que cientos de drivers de Barcelona, trabajadores de las empresas Vector Ronda Teleport Barcelona y Forever Tours Dream, contratados mediante la empresa de trabajo temporal (ETT) JTT Hiring, tuvieron que soportar desde septiembre de 2018 hasta junio de 2019. Tal y como recoge la querella presentada por 12 exempleados ante el Juzgado de Instrucción número 22 de Barcelona que investiga esta causa, y que ha desestimado la apelación de las compañías, las condiciones laborales rozaban la esclavitud, sin vacaciones, permisos para ir al médico o descansos. Ahora, los denunciantes se han organizado y acusan a estas empresas y sus directivos de la posible comisión de delitos contra los derechos de los trabajadores, de coacciones e, incluso, de detención ilegal. 

“Los trabajadores de los VTC somos un colectivo muy precario. Tengo 73 años. A partir de los 60 años uno envía un currículum en este país y lo tiran directamente a la basura. Además, muchos de los trabajadores eran extranjeros, principalmente latinoamericanos y árabes, a los que les ha costado mucho conseguir sus papeles y están acobardados frente a la empresa, por lo que no se han atrevido a denunciar”, explica uno de los demandantes a eltaquigrafo.com. Él, como la mayoría de los que acaban trabajando para los gigantes de las VTC, pertenece a un sector vulnerable y las empresas lo saben. El grueso de sus empleados son personas que carecen de otras vías de sustento, que soportan cargas familiares, que han sido parados de larga duración por la edad que tenían cuando se quedaron en el paro o por ser extranjeros. 

Fragmento del Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona en el que se desestima el recurso de apelación presentado por las compañías querelladas | Cedida

Sueldos ajustados Vs. ganancias millonarias

Según la versión de los querellantes, la empresa, a través de sus mandos, los presionaba constantemente para que su productividad se incrementara, exigiéndoles que realizaran un creciente número de servicios. Para conseguirlo se les exigía que estuvieran circulando permanentemente por el Área Metropolitana de Barcelona, como si fueran taxistas. Esto supone una vulneración de las normas de precontratación de los VTC, que deben permanecer en una base, y es una competencia desleal con respecto al sector del taxi. Pero, además, significa que los drivers tenían que estar circulando un mínimo de 60 horas semanales bajo amenaza de despido. Con estas medidas, la empresa se aseguraba de que el tiempo de espera de los usuarios era similar al que podría ofrecer un taxi, incrementando el número de servicios diarios y, por consiguiente, de ingresos. Lo que no sabían los clientes, era que los conductores llevaban conduciendo, en ocasiones, toda la noche, con el riesgo que eso supone para la seguridad vial. 

El aumento de las ganancias no se veía reflejado en la nómina de los drivers. Al final de mes, el salario que cobraban era el establecido por contrato, el correspondiente a 8 horas diarias: 1258,34 euros brutos, 1152 euros netos. Además, explican, la compañía modificaba a su antojo las tarifas sin ningún motivo aparente. “Para un idéntico trayecto el coste podía llegar a duplicarse, sin que se detectaran circunstancias diferentes en la densidad del tráfico o la demanda de servicios”, recoge la querella. 

Coaccionados y retenidos

Las vejaciones que tenían que soportar llegaron a tal extremo que, cuando estalló la encarnizada guerra entre el sector del taxi y los VTC, los directivos obligaron a los trabajadores, mediante coacciones, a manifestarse en defensa de la misma empresa que los explotaba. En concreto, el día 21 de enero de 2019, la compañía les exigió a sus entonces empleados que se manifestaran en la Plaça de Sant Jaume, uniformados y portando pancartas con textos reivindicativos que dirigentes de la empresa habían escrito e impreso en diversos idiomas. Los conductores no tuvieron otra opción que obedecer, dado que la asistencia se controlaba mediante un control de firmas bajo amenaza de sufrir mermas en sus ingresos o incluso el despido. 

Hartos de los abusos y del trato de desigualdad por parte de los empleadores, los trabajadores decidieron reunirse para discutir su situación laboral en el seno de las instalaciones de la empresa. La compañía no solo prohibió esta concentración sino que, además, los castigó cerrando con un candado la puerta de la sala, a fin de conseguir que los trabajadores no pudiesen salir de la misma. No fue hasta la llegada de los Mossos d’Esquadra, más de dos horas después, cuando fueron liberados. 

Ahora, que ha estallado la burbuja de un imperio construído sobre la subyugación, la extenuación, el sometimiento y la vejación de los trabajadores, rescatemos uno de los lemas de la compañía más famosa de VTC en España: “Tus decisiones te mueven. Elige cómo”. 

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