La Guardia Civil ha alertado sobre el aumento de denuncias relacionadas con delitos sexuales contra menores cometidos a través Internet durante les meses de confinamiento. Los pedófilos abandonaron sus tenebrosos rincones de la 'web oscura' y asaltaron la web 2.0 en un momento en el que menores y adolescentes pasaban más horas frente la pantalla. Bernardo Moltó, portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, ha explicado a El Mundo que «el aumento de las videollamadas grupales en el confinamiento ha obligado a los principales sistemas de mensajería gratuita a implementar programas que faciliten las relaciones interpersonales». «Esto ha abierto una nueva ruta a los ciberdepredadores sexuales para engañar a los menores», agrega, para precisar que muchas víctimas desconocen las verdaderas intenciones de su interlocutor al tomarlo como «un juego inofensivo».
Según la Benemérita, hacia finales de abril, el tráfico de imágenes y vídeos pedófilos se había incrementado en más de un 500% en las redes sociales. Los últimos datos hechos públicos durante el confinamiento por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil constataban que la circulación de imágenes y vídeos de contenido pedófilo se disparó en las redes sociales (especialmente, Facebook e Instagram) desde el inicio del confinamiento.
Los vacíos legales
Parte de este contenido se conseguía mediante las múltiples aplicaciones de videollamada que se popularizaron durante este periodo. Estos individuos suelen ganarse la confianza de los menores, ocultando su identidad e intenciones reales, para conseguir imágenes íntimas y de contenido sexual, aprovechándose de que muchos de estos niños y niñas utilizan ciertas aplicaciones que no deberían. Una vez establecen contacto con una víctima, estos depredadores no dudan en emplear amenazas y coacciones. Una vez satisfacen sus deseos, fuentes policiales explican que estos delincuentes dan un paso más y suelen compartir el contenido obtenido en redes sociales o en la 'web oscura'.
Las autoridades reconocen en este sentido que, «como en Internet no existen fronteras ni una ley global», se topan con dificultades jurisdiccionales para atajar esta problemática. Por ejemplo, como cita El Mundo, la normativa española impide que los menores de 14 años puedan registrarse en ninguna aplicación; no obstante, las empresas que las crean, «basándose en legislación más permisiva del país donde se ubican», pueden llegar a permitir el registro de niños con edades más bajas.
Betrayed Infancy
Ante el incremento de este tipo de contenido circulando por la red, varias ONG y asociaciones han dado la voz de alarma para vetar este contenido y perseguir a quienes lo obtienen y, por supuesto, a quienes lo difunden. En este contexto, nace Betrayed Infancy(Infancia traicionada),un grupo compuesto por cinco mujeres que persiguen y denuncian el contenido relacionado con la pornografía infantil en las redes sociales.
En una entrevista con Público, este grupo constata «la gran desinformación social que existe y el peligro que supone la red por la poca seguridad que utilizan los padres para controlar el acceso de los menores a las redes sociales». Por ello, animan a no mirar a otro lado, «a informarse y tomar conciencia, pues el silencio nos hace cómplices y los niños no tienen capacidad organizativa para reivindicar sus derechos y su libertad como seres individuales».
Respuesta ineficaz
En este sentido, Selva Orejón, fundadora y directora ejecutiva de OnBranding, empresa dedicada a la gestión de la identidad, la reputación y la protección de personas y empresas en Internet, ha explicado a eltaquigrafo.com que la respuesta que dan las redes sociales ante este tipo de contenido suele ser insuficiente e ineficaz.
Orejón considera, como experta en ciberseguridad, que las redes sociales poseen de la tecnología necesaria para hacer un rastreo ágil y eficaz de ciertos insultos y discursos. «Tecnológicamente, es mucho más fácil de detectar y rastrear este tipo de delitos de lo que nos hacen creer. Con las herramientas de rastreo se puede detectar y poner remedio, siempre que esté publicado en una red pública», aclara.
De hecho, añade, esta misma tecnología —que no utilizan las plataformas sociales para detectar acoso, amenazas y contenido pornográfico inadecuado en la red— es la que emplean para rastrear y eliminar contenido que vulnera los derechos de autor e incluso para censurar imágenes que violan con las normas de la comunidad (ciertas armas y, en especial, los pezones femeninos).