Una docena de grupos de investigadores de todo el mundo han comenzado a analizar las aguas residuales para intentar, de este modo, hacer un cálculo aproximado de la extensión del coronavirus en distintas regiones y llevar un control de éste cuando los casos remitan.
En Barcelona, Albert Bosch, catedrático de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, presidente de la Sociedad Española de Virología y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED) explicó en una entrevista con el portal Tecnoaqua, especializado en la gestión industrial del agua, que su equipo ha empezado un estudio sobre la presencia del virus SARS-CoV-2 en las aguas residuales de diferentes depuradoras del Área Metropolitana de Barcelona, con el objetivo de poner a punto la metodología de análisis y, a continuación, poder realizar estudios epidemiológicos sobre el grado de prevalencia de la COVID-19 en esta zona.
En dicha entrevista, el académico confirmó la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 en las aguas residuales. Aunque lo cierto es que se ha encontrado material genético del virus en estas aguas, lo cual, según Bosch, puede ser una buena herramienta para estudiar la epidemiología de la COVID-19, todavía no se puede determinar si el virus está presente en forma viable o infectiva en estas aguas. Bosch y su equipo de científicos creen que la capacidad infectiva del virus hallado será nula «debido a su estructura poco estable, por excretarse en las heces ya mayormente inactivo y por los datos aportados por estudios realizados con otros virus similares que se han podido estudiar más profundamente».
Controlar futuros brotes asintomáticos
Bosch, considerado uno de los mayores expertos en la relación del coronaviurs SARS-CoV-2 con el agua, señaló también que este hallazgo podría ser interesante, sobre todo para «controlar la presencia del coronavirus cuando los casos remitan y, en especial, cuando ya no se detecten casos sintomáticos, como estrategia frente a este virus». De esta forma, se podrá valorar si el virus sigue circulando entre la población, posiblemente asintomáticamente, añadió el académico de la RAED, institución que vela por la difusión del conocimiento, cuyos académicos están estudiando la pandemia del coronavirus desde distintos ámbitos.
Preguntado por un posible riesgo, el científico confesó que, de ninguna manera, este hallazgo representa un riesgo desde el punto de vista de la salud pública, por la ya comentada relativa baja estabilidad de la partícula vírica del coronavirus en el agua. En un mismo sentido, se han pronunciado la Organización Mundial de al Salud (OMS), la Agencia Estadounidense de Protección del Medioambiente (USEPA) y otros autores, en publicaciones científicas.
Asimismo, estas aguas tampoco implicarían una vía de transmisión del virus. Es más, Bosch insiste en lo interesante que es el estudio de las aguas residuales «al tratarse de una muy buena herramienta para realizar estudios epidemiológicos y, especialmente, cuando la pandemia remita, con el fin de determinar el grado de prevalencia de la COVID-19 y prever posibles futuros rebrotes de la enfermedad».
«La determinación de virus en aguas residuales, nos permite trazar la prevalencia de la infección del virus en cuestión en la población, independientemente de si las infecciones cursan de forma sintomática o asintomática. Pero tal como he expresado anteriormente, no se espera que el virus pueda sobrevivir en forma infecciosa en estas aguas, y menos, después de los procesos de tratamiento a las que se someten», ha afirmado el virólogo.
¿Y para eliminarlo?
«Los coronavirus, tal como se ha visto en estudios con el SARS-CoV-2 y otros virus de la misma familia que han sido hasta la fecha más estudiados, son muy sensibles a los procesos de desinfección, tales como el cloro (y derivados) o la radiación UV, soluciones alcohólicas e incluso jabón. Por tanto, existen muchos tratamientos eficientes para eliminarlo o inactivarlo», asegura el académico.
Insiste en que «detectar la presencia del virus en las aguas residuales, nos indica su circulación en la población y ello es una herramienta muy válida, sobre todo en periodos sin casos sintomáticos para adelantarnos a tomar medidas adecuadas antes de que se produzca una nueva ola de COVID-19». Y concluye asegurando que en estos momentos de lógica confusión y exceso de información, es importante transmitir a la población un mensaje de total tranquilidad respecto a la seguridad del agua, incluso en tiempos álgidos de la COVID-19. No existe ningún riesgo adicional y los ciudadanos deben estar tranquilos respecto al consumo de agua, por otra parte, tan vital en estos momentos en que la higiene es más importante que nunca.