España, por su clima y situación geográfica, se ha convertido en el refugio de decenas de fugitivos europeos e internacionales que encuentran en nuestra costa mediterránea un buen lugar donde cobijarse. Barcelona, Alicante y Málaga son los destinos favoritos para las personas huidas de la justicia para ocultarse. El trasiego de turistas, sobre todo desde la abolición de las fronteras entre estados miembros de la UE por el conocido ‘Espacio Schengen’, la calidad de vida y las vías y canales de comunicación con el resto del continente son tres de los principales motivos por los cuales, según Carlos Gil, Inspector Jefe del Grupo de Fugitivos del Cuerpo Nacional de Policía en Barcelona, estos prófugos de la justicia escogen nuestras tierras para esconderse.
Muchos de estos delincuentes, procedentes en su mayoría de países como Francia, Italia, Alemania, Países del Este o Países Bajos, llegan a España con el deseo de poder proseguir con sus actividades ilícitas, a la vez que pasar desapercibidos. Buscan el sol, la fiesta y el lujo, aprovechándose además, según afirma Carlos Gil, de un Código Penal mucho más flexible. “España, aunque muchos no lo crean, es un país muy garantista, con penas mucho más bajas por delitos como el narcotráfico o la libertad sexual que en países vecinos como Francia o Italia. Los “malotes” lo saben y se aprovechan también de ello. Piensan: ‘si me tienen que pillar, mejor que me pillen en España’”, asegura el inspector.
Varones, narcotraficantes y rodeados de lujos
Mayoritariamente, se trata de varones. Aunque también hay mujeres en las estadísticas, “son una minoría, pero sí que hay y con delitos importantes”, aclara Carlos Gil, “hace poco, precisamente, detuvimos a una de Argentina buscada por estafa y falsedad documental”.
Aunque los hay que huyen incluso por delitos medioambientales, los fugitivos que se refugian en España suelen estar relacionados, principalmente, con delitos relacionados con el narcotráfico. “Muchos son miembros de organizaciones criminales” que continúan dirigiendo sus negocios tomando España como bases de sus operaciones, explica el inspector. Pero los hay también que se esconden de una extradición inminente por delitos de homicidio o asesinato. Otro perfil habitual, “sobre todo entre los rusos”, es el de aquellos que han cometido delitos económicos como el blanqueo de capitales.
En contra de lo que se podría pensar a priori, los fugitivos prefieren moverse en entornos urbanos. “Encontramos a muchos en poblaciones costeras, en casa en primera línea de mar, a pie de playa. También los cogemos en hoteles de lujo o incluso en yates.” La inmensa mayoría, explica el responsable de la unidad, prefieren moverse en entornos urbanos para pasar más desapercibidos que en entornos rurales, pueblos pequeños en los que se conoce todo el mundo. Además, buscan mantener un status de vida elevado. Aunque también han detenido a fugitivos que sobrevivían agazapados en las montañas al más puro estilo El último superviviente, se trata de casos excepcionales.
La vanidad es, precisamente, la perdición de muchos de ellos. “A veces tienen la necesidad de mostrar el lujo en las redes sociales. Y si no son ellos, sus familias”. Un solo paso en falso, explica Gil, es suficiente para la resolución de un caso. “Nosotros solo necesitamos un día de suerte. Ellos necesitan suerte todos los días”.
Conexión directa con la red europea de fugitivos
Gil explica que con la abolición de las fronteras y la instauración del popular ‘espacio Schengen’, la ciudadanía europea, tanto los que iban de turismo como los que huían de la justicia, empezó a moverse con más asiduidad y España dio un salto cuantitativo en el número de extranjeros que recibía anualmente. Fue entonces, cuando en la Unión Europea, primero, y a nivel nacional, después, se creyó necesario reorganizarse y aposentar unas bases comunes y ágiles dirigidas a la detención de los fugitivos que campaban libremente por este ‘espacio Schengen’.
Con el paso de los años y debido al elevado número de fugitivos que llegaban a España, la Unidad Central del CNP, especializada en la persecución de fugitivos, creyó conveniente crear una red interna que trabajase, en exclusividad, dando caza a estos delincuentes. Por eso, en 2018, con el auge de las Órdenes Europeas de Detención, se decide a nivel nacional que los grupos policiales descentralizados dedicados a perseguir a estos prófugos se aúnen bajo la supervisión de la Unidad Central en tres Grupos localizados en Barcelona, Alicante y Málaga. Las tres regiones más atractivas para estos fugitivos internacionales. Coordinados directamente bajo las directrices del ENFAST, la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos, coordinada por la EUROPOL, o si son órdenes Internacionales de Detención por la Interpol, los grupos de fugitivos del CNP van recibiendo alertas directas sobre posibles delincuentes en territorio nacional.
Una referencia a nivel europeo y estatal
La llegada de fugitivos, asegura Carlos Gil, es constante, pero, visiblemente orgulloso, reconoce que desde 2018 el resultado de casos positivos ejecutados por su Grupo es muy elevado. “De los 266 fugitivos que llegaron a España en 2019, 63 fueron detenidos en Barcelona”, asegura el inspector al mando. El trabajo de este Grupo los ha posicionado, asegura, como una auténtica referencia para otros grupos especializados a nivel europeo.