La Trata de Seres Humanos supone una lacra social cada vez mayor. La ONU estima que la trata de personas mueve anualmente entre 5 y 7 billones de dólares, y unos 4 millones de personas se ven obligadas a desplazarse de un país a otro. Y, aunque la cifra de víctimas de trata con fines de explotación sexual ha ido disminuyendo en los últimos años, organismos como el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) avisan de que no nos dejemos engañar por las estadísticas: “las estadísticas bajan, pero no los casos, que permanecen ‘escondidos’”.
Según la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), la trata de personas con fines de explotación ha sido, durante mucho tiempo, una realidad oculta en la sociedad española, que avanza lentamente en la comprensión y concienciación del problema.
Pero, al igual que pasa con los diferentes sectores de nuestra sociedad, la explotación sexual ha evolucionado y ha cambiado sus hábitos y maneras de hacer. Por lo que, si esta realidad empezaba a destaparse, con la irrupción de Internet, muchos de los casos se han vuelto a esconder. La trata de personas con fines sexuales ha cambiado la calle por las viviendas y negocios particulares y ello, sumado a Internet, que "facilita el acceso a este tipo de delito", oculta los casos porque obstaculiza mucho la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado, según datos de CITCO.
España, en el punto de mira
Como revelan los últimos informes de APRAMP, a los que ha tenido acceso eltaquigrafo.com, según las Naciones Unidas, España está entre los principales países de destino de víctimas de trata con fines de explotación sexual. Según Verónica Mora, presidenta de APRAMP, España es considerada el “prostíbulo de Europa”.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la explotación sexual ocupa el 56% de un total estimado de dos millones y medio de personas sometidas a esclavitud. Sin embargo, la explotación sexual significa el 85% del volumen de negocio. España está en el punto de mira del comercio con fines de explotación sexual de mujeres, principalmente adultas, pero también menores de edad, y se sitúa como uno de los países con porcentajes más altos de hombres que pagan por sexo: el primero de Europa y el tercero del mundo.
Los datos del CITCO referentes a los últimos cinco años, ponen de manifiesto que, el año pasado, en España se registraron 128 víctimas de trata sexual, la inmensa mayoría (117) mujeres, seis niñas y cinco hombres. En 2017 fueron 155 las víctimas, frente a las 148 de 2016, las 133 de 2015 y las 153 del año inmediatamente anterior. No obstante, eran 9.315 las personas que estaban en riesgo y, en total, se abrieron 2.036 inspecciones administrativas en lugares en los que se ejerce la prostitución.
Sin embargo, la APRAMP asegura que, durante el año 2018, atendió a 1.303 mujeres, a las que ayudó a recuperar sus derechos y así, lograr la autonomía necesaria para emprender una vida fuera del control y abuso de sus explotadores.
“Si hay demanda, hay prostitución”
Una víctima de la trata, ahora miembro de APRAMP, recuerda, explicando su experiencia para EFE, que la trata es un delito que sigue existiendo por culpa de la demanda, "si hay demanda hay prostitución, y si hay prostitución hay trata".
En su escalofriante relato, Diana (nombre ficticio), explica como la captaron desde Brasil, como la engañaron y la obligaron a ejercer la prostitución para saldar una supuesta deuda con sus proxenetas. Se ha recorrido todos los prostíbulos de Portugal, Sevilla y Madrid hasta que conoció a la ONG y memorizó su número de atención 24h. Su estado de salud era tal —la obligaban a drogarse hasta que el cliente quisiese—, que perdió el miedo a salir muerta de su esclavitud. Por suerte, su final terminó mejor y APRAMP logró liberarla de su “prisión”.
Más mujeres que hombres
Alrededor de 40 millones de personas fueron víctimas de trata en todo el mundo en el año 2016, según la OIT. Aunque entre las víctimas también hay hombres, el 72% de ellas son mujeres y niñas, según datos del informe sobre trata de personas publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) en 2018.
De acuerdo con este organismo dependiente de Naciones Unidas, la explotación sexual de mujeres y niñas es la forma de trata más extendida. Esta situación ha provocado que muchas asociaciones y organismos públicos (entre los que se encuentra el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España) definan el problema como una cuestión de «violencia contra las mujeres».
Se estima que cerca del 62% de las mujeres víctimas de trata fueron iniciadas cuando aún eran menores de edad. La ONU estima que, hoy en día, los niños y niñas representan un tercio de las víctimas detectadas por trata de personas y de cada 3 menores víctimas, 2 son niñas y 1 es niño.
En Barcelona…
En la ciudad de Barcelona, la mayor parte de personas atendidas el último año han sido mujeres, concretamente un 80%, seguidas de mujeres transexuales, que suponen el 14%. Esto confirma que la mayoría de las personas son mujeres y niñas, según el informe de la Unidad Municipal contra la Trata de Seres Humanos (UTEH, por sus siglas en catalán). Además, en la mayoría de los casos, las personas que son explotadas no tienen conocimiento de lo que es poseer derechos. Es por este motivo que, al llegar a su destino, creen que la situación de dependencia de un “amo” es lo normal.
Habitualmente, cuando se da un caso de trata, la persona violada de sus derechos humanos pasa por tres fases: la captación, la traslación y la explotación.
Falta de regulación en España
En nuestro país la trata de seres humanos está reconocida como delito en el Código Penal y abarca diferentes formas de instrumentalización de las víctimas: trabajos forzados, explotación sexual, realización de actividades delictivas, tráfico de órganos y celebración de matrimonios forzados. De entre estas modalidades, la explotación sexual es la más común a nivel global (el 59% de las víctimas de trata son sometidas a esta forma de explotación). La segunda causa de trata es el sometimiento a trabajos forzosos, que abarca el 34% de los casos, según la UNODC.
Y aun con una mención en el Código Penal español, las penas no persiguen la figura del proxeneta. Por eso, aprovechando que ayer fue el día Mundial contra la trata de personas, el Fiscal de Sala coordinador de la Unidad de Extranjería, Joaquín Sánchez-Covisa, ha considerado que la trata con fines de explotación sexual se reduciría "a niveles mínimos" si el proxenetismo "en cualquiera de sus manifestaciones" fuera objeto de tipificación penal, ya que actualmente existe un vacío legal en este sentido.
María Eugenia Gay Rossell, decana del Colegio de la Abogacía de Barcelona, asegura que “la abogacía seguirá trabajando para erradicar cualquier forma de violencia sobre mujeres, niños y niñas, y para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad a todos los niveles. Para ello, resulta apremiante la aprobación de una ley integral para la protección de las personas que han sido víctimas del tráfico de seres humanos, que persiga de manera contundente los delitos relacionados con estas despreciables conductas y que contemple una asistencia plenaria a las mismas a través de recursos formativos, sanitarios, terapéuticos y de asesoramiento jurídico”.
Hondureñas, venezolanas y colombianas, aumentan
Desde APRAMP se ha detectado un aumento importante de víctimas procedentes de Honduras, Venezuela y Colombia, si bien las nacionalidades son numerosas. En concreto, en 2018, las víctimas procedían de 72 países diferentes, frente a las 52 nacionalidades detectadas en 2017, mayoritariamente rumana, nigeriana, paraguaya y brasileña.
APRAMP alerta de que las mafias buscan cada vez "mujeres más vulnerables" para "convertirlas en una materia prima", por lo que las menores están siempre en el punto de mira. En este sentido, ha apuntado que, según una encuesta a más de 800 mujeres atendidas por la Unidad de Rescate en Madrid —que atiende a más de 280 mujeres diariamente— el 61% decía haber empezado a ser "esclava" en España siendo menor de edad, es decir, seis de cada 10.