¿Qué puede hacer un software espía? Pues prácticamente de todo. Según la sofisticación del sistema, un malware instalado en nuestro smartphone puede, como se refleja en la imagen obtenida por eltaquigrafo.com, acceder a todas nuestras carpetas de archivos, a los SMS, las llamadas, los contactos, la localización…, incluso puede activar nuestras cámaras, poner en funcionamiento nuestro micrófono y conocer nuestras contraseñas. Y todo ello, sin que nos demos ni cuenta.
Esta imagen, pues, es el pantallazo real de un sistema de espionaje para teléfonos móviles, como el que ha afectado a una parte de la cúpula independentista. Y, como se puede apreciar, se ofrece todo un abanico de servicios espía que atentan, por supuesto, contra la intimidad de la víctima, siempre que se instale de forma irregular, sin la orden de un juez.
Como comenta Bruno Pérez, informático forense, a este medio, iríamos muy desencaminados si creyésemos que este tipo de sistemas espía tan solo afectan a los grandes políticos de nuestro país. «Cada vez nos encontramos con que más gente utiliza softwares espías para controlar a sus parejas. Hay sistemas muy asequibles económicamente, hay empresas que los venden a particulares y la gente los compra sin saber que está incurriendo en un grave delito penal».
Es por eso que Pérez recomienda proteger bien los teléfonos móviles para evitar ser víctimas de estos sistemas de espionaje. «Por 300 euros, puedes obtener este tipo de malwares… todos estamos inmersos en un juego del que nadie nos ha explicado las reglas», por eso, insiste, es vital tomar consciencia y protegerse. «Y no solo deberían de protegerse los políticos (éstos, por supuesto), si no toda la población en general y, sobre todo, vigilar el uso de nuestros datos».
En el caso de Pegasus…
Tal como adelantaron El País y The Guardian, Pegasus es un sistema de espionaje, diseñado por la compañía israelí NSO Group, que permite —como el software de la imagen— escuchar conversaciones, leer mensajes, acceder al disco duro, hacer capturas de pantalla, revisar el historial de navegación y activar por control remoto la cámara y el micrófono de los dispositivos, una posibilidad, ésta última, que abre la puerta a escuchar el sonido ambiente de una habitación si hay un móvil infectado. El sistema facilita, incluso, pinchar mensajes y llamadas de voz cifradas, según los expertos canadienses.
Según explicó Bruno Pérez a este medio, infectar el teléfono es tan fácil como hacer una llamada perdida. En el caso del presidente del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, fue así, una llamada perdida, a través de WhatsApp. Sólo con descolgar, el programa espía se instala en el dispositivo, afirma el perito judicial informático. Aunque, reconoce, hay otros sistemas como el de SMS. Pérez asegura, por otro lado, que éste no es, ni mucho menos, el mejor programa que hay actualmente en el mercado, siendo, sin embargo, uno de los más caros: cada licencia cuesta 75.000 dólares (66.000€) por teléfono.
La cifra está muy lejos de los 300 euros que abona una pareja en proceso de divorcio para espiarse mutuamente, pero que da a entender que hay sistemas para todos los bolsillos, por lo que el ciudadano de a pie no queda al margen de toda esta infraestructura maliciosa y también puede ser victima del ciberveneno que desprenden estas culebras digitales.