Parece que privacidad y tecnología nunca terminarán de avenirse. Sin embargo, asegura Bruno Pérez, informático forense, podrían ser buenos aliados, «siempre y cuando los datos privados que se obtienen a través de la tecnología se empleen de una forma adecuada y para fines éticamente incuestionables».
«El chip de la tarjeta SIM de nuestros teléfonos móviles funciona como una emisora de radio y se conecta, de forma automática, a la antena base de telefonía más cercana, aproximadamente, cada dos segundos. Por lo tanto, no hace falta estar llamando por teléfono ni estar conectado a Internet para que el chip de tu tarjeta SIM se conecte a la antena base y transmita, insisto, de forma automática, información sobre tu ubicación», explicaba el experto a este medio.
Por eso, es inimaginable la cantidad de información que las operadoras de telefonía móvil van acumulando sobre nuestros movimientos a lo largo del día y solamente a través de nuestra tarjeta SIM. Todos esos datos suelen ser clave para muchas investigaciones policiales, asegura el informático, «sin embargo, obtenerlos no siempre es tarea fácil».
Exigen más transparencia
Por supuesto, matiza Pérez, para que un cuerpo policial pueda obtener esos datos se necesita, en primer lugar, una orden judicial. «Pero las operadoras solo tienen la obligación de guardar los datos durante seis meses», por lo que si la investigación se demora o la burocracia pone trabas, puede darse que la operadora interesada haya desechado información de especial relevancia para resolver cualquier caso.
Es por ello, por lo que Bruno Pérez y el sector de expertos en ciberseguridad reclaman, por un lado, que las operadoras sean más transparentes y, por otro, que no existan tantas trabas para obtener dicha información, con la creación de canales y unidades policiales especializadas que analicen los datos recibidos por estas operadoras en cortos espacios de tiempo. Pérez propone, además, que la figura del forense informático se tenga en cuenta de la misma manera que se tiene presente a un anatómico forense. «Evidentemente, hay informáticos en plantilla, pero la concienciación sobre la importancia de su papel no siempre es compartida».
«Estos datos, en las manos adecuadas, podrían resolver muchos casos. Ya que estamos tan controlados por la tecnología, al menos, que sirva para algo», sentenciaba.