El investigado llamó a los Mossos d’Esquadra informando de que su pareja (la víctima) había intentado matarlo, pero que él la había matado a ella antes. Alegó legítima defensa, pero la magistrado descarta su versión y lo envía a prisión provisional
El presunto feminicida de Nou Barris (Barcelona) ha pasado ya su primera noche entre rejas. El hombre, de 34 años y natural de Mauritania, pasó este martes a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer núm.1 de Barcelona, cuya magistrada decretó su ingreso inmediato en prisión provisional, comunicada y sin fianza.
Se le acusa de asesinar a su pareja, una noche de 29 años, a quien asestó nueve puñaladas. Según la autoridad judicial, dada la elevada pena de prisión a la que se expone, existe un elevado riesgo de fuga.
Nueve cuchilladas, siete de ellas “innecesarias”
Según el auto de ingreso a prisión, al que ha tenido acceso eltaquigtrafo.com, los hechos sucedieron la madrugada del domingo 30 de julio en el domicilio que ambos compartían en el distrito barcelonés de Nou Barris. Sobre la 1:35h, el detenido llamó a los Mossos d’Esquadra informando de que su pareja (la víctima) había intentado matarlo, pero que él la había matado a ella antes.
Cuando una patrulla llegó hasta el domicilio se constató que había una mujer gravemente herida, cuyo cuerpo, todavía en vida, presentaba nueve cuchilladas: dos de ellas (las que ocasionaron su muerte) en el pecho y otras siete en el cuello, los ojos y la espalda. Para la magistrada, las siete cuchilladas restantes fueron totalmente “innecesarias”, causando “un sufrimiento innecesario, inhumano, y que además no eran lesiones que por sí mismas le fueran a causar la muerte”.
De hecho, cuando llegaron los efectivos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) la joven todavía estaba viva. Sin embargo, los sanitarios, aunque intentaron estabilizarla, no pudieron hacer nada para evitar su fallecimiento al poco tiempo.
Se descarta legítima defensa
Tras el crimen, el detenido limpió el cuchillo y llamó a la policía confesando los hechos. Sin embargo, tanto los investigadores, como la magistrada, descartan su versión, en la que alegó legítima defensa, ya que el hombre “fue visto expresamente por un médico forense y no presenta ninguna señal de agresión, ni tan siquiera un arañazo”.
Elevado riesgo de fuga
Por ello, está investigado por un presunto delito de asesinato. En este sentido, la magistrada considera que, dada la elevada pena de prisión a la que se expone, existe un elevado riesgo de fuga.
“Si bien es cierto que el investigado lleva residiendo diez años en España, y que tiene arraigo, ello no impide que ante la alta pena que le puede corresponder utilice su condición de extranjero para salir del territorio nacional y colocarse en situación de paradero desconocido, siendo insuficientes las medidas alternativas a la prisión”, justifica la magistrada.