Leila no se quería suicidar, pero no quería vivir sin Alana. Ambas se lanzaron juntas al vacío. Una de ellas murió en el acto, la otra sigue en estado crítico en el Hospital Taulí de Sabadell (Barcelona)
Pasaban pocos minutos de las 15.00 horas de la tarde cuando Leila y Alana, las hermanas gemelas de Sallent (Barcelona), dejaron dos notas de suicidio a sus padres. En papel cuadriculado, una a lápiz y la otra con un bolígrafo rojo, escribieron sus motivos antes de lanzarse al vacío desde un tercer piso.
En un primer momento se habló de acoso escolar, también de problemas familiares. Sin embargo, nada de ello queda plasmado en las misivas que las dos menores de 12 años dejaron como último mensaje. Más bien, todo lo contrario. Las niñas agradecieron a su padres todo su cariño, pero no había vuelta atrás. La decisión estaba tomada.
Alana quería cambiarse de sexo
Así pues, según las informaciones más recientes contrastadas por fuentes policiales, uno de los factores que pudo desencadenar la reacción de las pequeñas es que una de ellas sufría disforia de género, un trastorno por el que la persona no asume su sexo biológico y desarrolla un rechazo hacia su propio cuerpo; en este caso, la pequeña Alana se había cortado el pelo y había pedido en el instituto cambiar su nombre por el de Iván. Los padres han declarado que no sabían nada de esto.
Leila no quería vivir sin su hermana
Así lo expone la menor en su carta. Se sentía incomprendida. Su incomodidad con su cuerpo y con su sexo la llevaron a tomar esta decisión. Así se lo hizo saber a su hermana gemela que tan solo de imaginarse una vida sin ella se hacía insoportable. Leila no se quería suicidar, pero no quería vivir sin Alana. Ambas se lanzaron juntas al vacío. Una de ellas – Leila – murió en el acto, Alana sigue en estado crítico en el Hospital Taulí de Sabadell (Barcelona).
Los Mossos siguen investigando su sufrían acoso
Sin embargo, los Mossos mantienen todas las líneas de investigación abiertas y están revisando con especial atención el contenido de estas dos cartas. Algunos familiares insisten en que las niñas habían sufrido episodios de bullying por su acento y origen argentino, otros testigos aseguran que la disforia de Alana había ocasionado varias burlas. Así, aunque el Departamento de Educación aseguró poco después de conocerse el caso que no había casos de acoso registrados, lo cierto es que los investigadores todavía no lo descartan.
De hecho, este jueves, el Departamento ya ha matizado sus declaraciones y ha admitido a EFE que trabaja “con un escenario multifactorial, con condicionantes sociales y familiares” y que ha activado a técnicos de la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) para abordar este asunto “a fondo”. Además, se ha conocido esta tarde que su familia vivía en un piso okupado y que se encontraban en situación de extrema vulnerabilidad.
Ambas recibían atención psicológica
Quien también mantiene todos las hipótesis abiertas es el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Manresa, que investiga los motivos de la posible muerte por suicidio de Leila y Alana. En este momento, el juzgado está pendiente del atestado policial y de los informes médicos para seguir con la investigación.
Una de las gemelas había sido derivada a los servicios de salud mental (CESMIJ), además de ser atendidas las dos por una psicóloga del centro y una orientadora del consistorio por su situación familiar.
Todo ello formaba parte del circuito de Servicios Sociales de su municipio, debido al programa de “Primera Acollida” de la Generalitat que obliga a que las familias que se instalan en Catalunya venidas del extranjero pasen por servicios sociales para ser informadas de los posibles recursos que hay en cada localidad y para ofrecer los cursos básicos de lengua catalana, que son obligatorios de cursar para luego poder acceder a la regularización administrativa por la vía del arraigo.
El Síndic también investiga el caso
Paralelamente, el Síndic de Greuges ha abierto una actuación de oficio sobre este caso y se dirigirá al Departamento de Educación y al Ayuntamiento de Sallent para solicitar información. Quiere saberse si el instituto tenía conocimiento de alguna situación de posible acoso hacia las dos hermanas o si se había detectado malestar emocional, y qué actuaciones se habían emprendido. También se preguntará a los servicios sociales si conocían a la familia afectada y hacían un seguimiento, y, si es así, qué valoración hacen de su situación.
El Síndic considera muy preocupante la situación de la salud mental de niños y adolescentes, ya que los datos muestran un incremento del malestar emocional, especialmente desde la pandemia.