"Glovo ha hipotecado la vida de sus repartidores"

una protesta de trabajadores de Glovo
photo_camera una protesta de trabajadores de Glovo
El portavoz de la Asociación ‘Riders Autónomos’ destapa las negligencias laborales de Glovo y pide una negociación urgente para garantizar los derechos laborales de todos los autónomos que trabajan para ella

Mario Di Palma es italiano y practica el budismo desde hace años. Esta práctica le ha llevado a ser una persona tranquila y pacífica, en contra de cualquier acto violento, pero eso no le hace menos reivindicativo y contundente. Como portavoz de la Asociación de ‘Riders Autónomos’ representa a nivel nacional a este colectivo, que vive en primera persona las consecuencias explotadoras del sistema económico neoliberal.

Es rider (repartidor) autónomo desde hace dos años, actualmente trabaja para varias empresas de ámbito internacional, él se gestiona sus horas, paga su cuota de autónomo y tiene ciertas garantías laborales cubiertas. Di Palma no trabaja para Glovo, ya no. Pocos meses después de entrar a colaborar con esta empresa, descubrió toda la trama explotadora que hay detrás y se marchó.

Ahora defiende los derechos de todos los riders, tanto los que trabajan para Glovo, como para otras empresas y aun conociendo las entrañas de esta multinacional, Di Palma insiste en negociar y encontrar una solución positiva para todos.

“En Glovo son unos explotadores, ya lo eran antes de crearla”

En una entrevista para eltaquigrafo.com, Di Palma explica que “siente mucha pena por las personas que, como los fundadores de Glovo, son personas explotadoras que anteponen el dinero a la vida humana”.

El portavoz, que asegura conocer a algunos de los fundadores de Glovo con anterioridad, lamenta “que ya eran personas explotadoras incluso antes de fundar esta empresa”. “En Glovo no se respeta la vida humana, no se respetan los horarios de trabajo, ni el descanso, además de ofrecer unos contratos pésimos”.

Di Palma explica que se aprovechan de la buena fe de la gente trabajadora que necesita un sueldo, por pequeño que sea, para alimentar a su familia.

“Llaman la atención porque crean puestos de trabajo”

El portavoz de la asociación recalca que cuesta destapar todo este entramado porque “en un país colapsado, con centenares de personas en paro, llama mucho la atención una empresa que ofrece tantos puestos de trabajo”, pero es tan solo una primera imagen, asegura, “no es la imagen real”.

Detrás de esta fachada, existe una situación de explotación laboral en toda regla. “Los trabajadores pagan unas cuotas elevadísimas por ser autónomos y esto debería darte ciertas garantías, entre otras, la desvinculación con la empresa para la que trabajas. Tu deberías organizarte los horarios, los pedidos y los encargos, porque los riders autónomos solemos trabajar para más de una empresa”, explica Di Palma.

“El problema – añade el portavoz – es que Glovo pide de manera indirecta una jornada laboral de 24h, sobre todo los fines de semana, y si no estás disponible en algún momento, te bajan la puntuación y pasas a ser un mal repartidor, con menos encargos y, por lo tanto, menos dinero”.

Toda esta trama viene dada, según Di Palma, por la obsesión de esta empresa para fabricar dinero constantemente e insiste en que si eres autónomo (que por algo pagan la cuota) “deberían ser los trabajadores quienes se gestionaran las horas de trabajo sin tener represalias”.

“Estas condiciones conllevan el subalquiler de las cuentas”

Es precisamente esta presión a la que están sometidos los trabajadores de Glovo que conlleva la práctica ilegal de subalquilar la cuenta y poder cubrir, así, todas las exigencias laborales de la multinacional.

“Los trabajadores no pueden con tantas horas, es imposible, por eso subalquilan sus cuentas, normalmente, a jóvenes inmigrantes sin papeles, para poder llegar a cumplir con lo que exige la empresa. Saben que es una práctica ilegal, pero así también ayudan a jóvenes desamparados”, explica Di Palma.

En este sentido, añade que “la mayoría de las veces, estos jóvenes que alquilan las cuentas suelen ir en bicicleta y no en moto, esta condición también afecta mucho a su trabajo, pues después de estar horas y horas repartiendo acaban muy cansados mental y físicamente”.

En estas condiciones, fue como falleció el joven nepalí, Pujan Koirala, arrollado el sábado pasado por un camión de la limpieza en Barcelona, mientras repartía comida a domicilio.

“La negligencia está presenta en todas las ramas de la empresa”

Di Palma tan solo estuvo seis meses trabajando para Glovo, pero pudo conocer de cerca la negligencia laboral que impregna toda la empresa. El portavoz explica a este medio que accedió a una entrevista de trabajo en el departamento administrativo de la empresa, únicamente para conocer qué condiciones ofertaban y si eran igual de pésimas que las de los riders.

Y así fue. El portavoz de la Asociación ‘Riders Autónomos’ asegura que las condiciones laborales para esta otra rama de la empresa eran igual de nefastas que para los repartidores. En este sentido, se pregunta dónde quedan las políticas laborales que se aprueban en el Congreso de los Diputados, pues afirma que el sueldo mínimo interprofesional en Glovo no está contemplado.

“Pedimos una negociación pacífica y real”

Aun así, Di Palma como representante nacional de muchos de los riders que trabajan para Glovo insiste en negociar con los responsables de la empresa y llegar, así, a garantías reales del cumplimiento de los derechos laborales de los repartidores.

“Hace tiempo que andábamos avisando de que un día pasaría una desgracia, y ha tenido que morir un joven para que la gente abra los ojos”, lamenta Di Palma.

Su objetivo es que estas negligencias salgan a la luz y que desde la política se investigue más de cerca a las empresas que pueden estar explotando a sus trabajadores. “Que dejen de rescatar bancos, y que empiecen a rescatar personas”, sentencia el portavoz.

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