Esta modalidad de secuestro express y asalto ha proliferado más desde el pasado mes de junio en que prohibieron operar en el aeropuerto a los servicios de vehículos con conductor como Uber o Cabify
Una antigua modalidad de asalto ha revivido en el aeropuerto de la Ciudad de México debido a una decisión de gestión que, en principio, sólo pretendía favorecer a los taxistas pero que ha acabado generando una auténtica situación de caos organizativo en la que las bandas de crimen organizado han encontrado un nuevo nicho de negocio, sobre todo en aquellos turistas incautos y poco informados que llegan por primera vez a la ciudad.
Se trata de los secuestros express y asaltos que se producen a bordo de supuestos taxis fantasma, que en realidad no lo son.
El origen del riesgo
Para situar al lector diremos que por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México pasan más de 100.000 viajeros cada día, y que la movilidad de salido de la instalación hacia la ciudad o hacia cualquier otro punto, con ese volumen de personas, es todo un reto. El transporte público funciona bastante bien, pero totalmente insuficiente y, además, los turistas no acceden a él para llegar a sus hoteles.
En las dos terminales del aeropuerto se pueden encontrar varias empresas de taxi seguro que son totalmente confiables. Y hasta junio de 2022, también se podía solicitar un servicio de recogida de las empresas como Uber, Cabify o Didi. Sin embargo, a partir de ese momento se prohibió la actividad de recogida de esas empresas, en una clara maniobra del gobierno para favorecer el sector del taxi tradicional.
El problema es que nadie previó la falta de taxis disponibles que no son capaces de dar servicio a los viajeros que llegan a uno de los aeropuertos más grandes del mundo, con lo que se han hecho habituales en los últimos meses las colas de espera de hasta dos horas para poder acceder a un taxi que te saque del aeropuerto.
A la caza del turista incauto
En esta situación las bandas criminales han ideado un nuevo sistema para captar recién llegados a los que les molesta este tiempo de espera y creen encontrar una solución.
La operativa consiste en que, alrededor de las casetas de pago donde se compra el tique para el taxi, antes de salir a la terminal, se sitúan los vigilantes de las bandas también conocidos como “halcones”, para interceptar a aquellas personas que, claramente, por despiste pueden ser susceptibles de la oferta que les hacen.
Una vez localizada la posible víctima, se sitúan cerca de ella en la cola justo antes de comprar el viaje en el taxi. En el momento en que le dicen el precio oficial del taxi o le comunican que tiene más de una hora de espera, el halcón se dirige amablemente a la víctima y le explica que él tiene su taxi esperando en el parking, que le va a cobrar la mitad de lo que le piden en la parada oficial y que, además, no va a tener que esperar nada.
El turista que acepta, turista que está perdido.
Robo de objetos y visita a los cajeros
En cuanto los turistas se suben al taxi fantasma son amenazados con armas de fuego y se dan cuenta de su nueva situación. Automáticamente los ladrones les quitan los objetos de valor, especialmente joyas, relojes de alta gama y dinero en efectivo.
Además de eso, “pasean” a los secuestrados turistas por todos los cajeros posibles hasta que su límite de las tarjetas de crédito ya nos les deja sacar más, y finalmente, los dejan tirados en cualquier parte de la ciudad.
Asalto que acabó en doble feminicidio
Algunos responsables del sector del taxi autorizado que operan en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hacen mucho hincapié en que los viajeros que llegan accedan solamente a taxis seguros y autorizados, que cumplen con todas las medidas de seguridad, aunque resulte engorrosa la espera por falta de efectivos.
Las mismas fuentes refieren a eltaquigrafo.com que, en ocasiones, no sólo se han perdido bienes materiales, sino que también esos asaltos han acabado con la vida de turistas. Como el caso ocurrido hace un año aproximadamente, en que dos mujeres turistas que provenían de Houston (Texas) fueron captadas por uno de estos halcones.
En este caso, las chicas fueron trasladadas a un conocido centro de distribución de droga de la ciudad, donde fueron violadas por tres hombres y luego asesinadas.
Pudieron detener a los culpables al día siguiente de haber cometido el doble crimen porque el falso taxista aún llevaba en maletero de su coche las maletas de las víctimas, y la señal que emitía el dispositivo electrónico que había dentro de una de ellas, facilitó la localización de los delincuentes que ya estaban buscando nuevas víctimas.