Hermanos Pires Òrrit: la familia presenta nuevas pruebas para reabrir el caso

Los hermanos Pires Òrrit desaparecieron el 5 de septiembre de 1988 en el Hospital Sant Joan de Déu de Manresa | El Taquígrafo
photo_camera Los hermanos Pires Òrrit desaparecieron el 5 de septiembre de 1988 en el Hospital Sant Joan de Déu de Manresa | El Taquígrafo
Treinta y tres años después de la desaparición de los dos menores, un hombre asegura que aquella noche fue testigo de lo que sucedió y pone rostro y apellidos al presunto autor de los hechos

Se trata de una de las desapariciones de menores más insólitas registradas en Catalunya. Isidre Pires Òrrit, de cinco años, y su hermano mayor, Dolors, de 17, desaparecieron el 5 de septiembre de 1988 en el Hospital Sant Joan de Déu de Manresa (Barcelona). La noche de la desaparición, Isidre Orrit estaba ingresado por una reacción adversa a la penicilina que le había causado unas llagas en la boca. Lo acompañaba su hermana, Dolors, la mayor de los 15 hermanos, que aquel día se quedó a dormir con el niño en el hospital. 

Los Òrrit pertenecían a una familia muy humilde de las cercanías de Manresa y habían perdido a su padre pocos meses atrás. Por eso, aunque probablemente asumiendo una responsabilidad que no se adecuaba a su edad, la menor se hizo cargo de los cuidados de su hermano pequeño.

Por la mañana no había ni rastro de los menores 

Cuando la enfermera del turno de mañana fue a visitar el estado del menor, la habitación estaba vacía. Ni rastro de los dos hermanos. Lo que al principio parecía una gamberrada de los niños, pronto se convirtió en un caso real de desaparecidos: los niños no habían regresado a su casa esa noche. Nadie sabía nada de ellos. Su madre, hermanos y el resto de familiares y amigos empezaron entonces la búsqueda de Isidre y Dolors. 

La investigación, lamentablemente, giraba en torno a nada: ningún trabajador del centro hospitalario pudo aportar información suficiente para tirar del hilo y el caso terminó archivándose, tras varios intentos fallidos de localizar nuevas pruebas. Los esfuerzos de la abogada y asesora de la familia, Icíar Iriondo, por reabrir el caso siempre han resultado ser en vano, pues el Juzgado de Instrucción de Manresa no parece tener intenciones de investigar, de nuevo, qué sucedió esa noche de finales del verano del 88. 

El testigo señala a un doctor

Ahora, 33 años después de la misteriosa desaparición de los dos niños, ha aparecido un testigo de los hechos. El hombre, que en aquel momento tenía solo 13 años, asegura que aquella noche, mientras acompañaba a su hermano pequeño, que permanecía ingresado en la misma planta que Isidre Pires, escuchó gritos y lloros. Era Dolors Pires. El que parece haber sido el único testigo de los hechos ha afirmado ante la familia de los desaparecidos que fue un médico quien se los llevó. O, al menos, iba vestido como tal. 

Según su testimonio, el presunto doctor obligó a Dolors a subirse a una silla de ruedas y le colocó a su hermano en su regazo. Después los trasladó al sótano del hospital donde había varias literas con cuerpos cubiertos con sábanas verdes. Según el relato del testigo, el médico tumbó a los Pires Orrit en una de las camas y los cubrió con una lona verde de piscina. Su descripción parece verosímil, pues en aquel entonces el centro hospitalario ofrecía baños en una piscina para los enfermos de tuberculosis. Además, el testigo ha reconocido en una fotografía al médico que presuntamente se llevó a los niños. Tanto ese doctor como el que trataba a Isidre Pires continúan en activo y trabajan en un centro privado. 

Sin cuerpos, no hay prescripción

Este 5 de septiembre, coincidiendo con el aniversario de la desaparición, la familia y los amigos de Isidre y Dolors se concentraron ante el Ayuntamiento de Súria (Barcelona) para pedir la reapertura del caso, aportando este nuevo relato. Maria Carme Òrrit Pires, hermana de los desaparecidos [con los apellidos al revés por temas burocráticos],  es quien lidera la búsqueda. La mujer lleva años investigando por su cuenta la desaparición de los menores y es ella quien, junto con la abogada de la familia, se ha encargado de que el caso no caiga en el olvido durante estas tres décadas.

El Juzgado, sin embargo, insiste en que los delitos prescribieron en 2018. Maria Carme Orrit lamenta, en este sentido, que no sabe de qué delitos se tratan pues “todavía no sabemos exactamente qué pasó esa noche y hasta que no se encuentren los cuerpos no se podrá determinar si se ha cometido algún delito y qué tipo de delito. Por lo tanto, no entendemos qué ha prescrito exactamente”, espetaba en una entrevista para Regió 7. 

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