La pandemia del coronavirus no ha impedido la conmemoración de los atentados con los que hace tres años el terror yihadista golpeaba por primera vez a Catalunya. Con pancartas y alzando la voz, víctimas y supervivientes de los atentados de Cambrils (Tarragona) y Barcelona, encabezados por el padre de Xavi, el menor de tres años arrollado por la furgoneta que conducía Youness Abouyaaqoub, han roto esta mañana el silencio impuesto en el acto institucional de recuerdo a las víctimas del 17-A. Con su clamor, exigiendo «la verdad de los hechos», han querido reflejar la necesidad de aclarar muchos de los puntos oscuros que todavía no se han resuelto.
Un minuto de silencio y una ofrenda floral en las Ramblas, en línea con el de hace un año pero, en esta ocasión, respetando las medidas de seguridad impuestas por la emergencia sanitaria del coronavirus, ha sido la propuesta institucional de recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Un acto sencillo y sobrio que apenas ha durado 10 minutos, y al que han asistido, entre otras autoridades, miembros del Gobierno y el presidente catalán, Quim Torra. Tras la celebración del homenaje, supervivientes, víctimas y familiares de los fallecidos han roto el silencio para pedir indemnizaciones justas y saber la verdad, entre ellas y en especial, la exacta relación, ya confirmada, entre el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty.
La iniciativa se gestó en las redes
Es por ello, por lo que el colectivo de víctimas y afectados directamente por los atentados han iniciado una campaña en redes sociales en «reclamo de la verdad»: «¿Por qué la Policía Nacional visitó al imán de Ripoll hasta tres veces antes de los atentados? [...] ¿Por qué España niega una comisión de investigación, cuando en todos los países de UE se ha llevado a cabo?», cuestiona Javier Martínez, padre de Xavi Martínez, el menor que perdió la vida en el atentado.
Él, junto con otros familiares del niño, ha puesto en marcha este verano la campaña «17-A: Queremos saber la verdad» para financiar el juicio en el que se personan como acusación particular ante la negativa estatal de crear una comisión de investigación que indague hasta qué punto el Estado tenía o no tenía conocimiento de la gestación de esta célula terrorista tan local, formada por jóvenes vecinos de Ripoll (Girona), muchos de ellos —la gran mayoría— nacidos en Catalunya. Jaume Alonso-Cuevillas es el abogado de la familia y ahora, paralelamente a su tarea legal, ha impulsado en las redes una iniciativa para que todo el mundo recuerde a Xavi Martínez en su foto de perfil.
El CNI y Es Satty
En cuanto a las relaciones establecidas entre el CNI y el imán Es Satty, la periodista y escritora, Anna Teixidor, autora de «Los Silencios del 17-A», ya manifestó a preguntas de este medio que «el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ya ha admitido su relación con Abdelbaki Es Satty»,por lo que su vínculo está más que confirmado. Pero, «¿de dónde sacó el dinero para enviar grandes cantidades a su familia, hacerles regalos semanas antes de morir y para viajar a Bélgica, incluso a Tetuán, el verano de 2017? ¿Quién fue la persona que dejó la furgoneta de Es Satty abandonada en Sant Carles de la Rápita (Tarragona)? ¿Tenían cómplices? ¿Hasta qué punto el CNI era consciente de todo ello?», se pregunta la periodista.
Y como ella, familiares de las víctimas, supervivientes y muchos otros que tuvieron la suerte de no vivirlo en persona, pero que lamentan profundamente los hechos y exigen la verdad, se preguntan exactamente lo mismo. Esas incógnitas se van apoderando del día a día de unas víctimas que jamás podrán pasar página si no sienten saber la verdad sobre lo sucedido. En la misma línea, antes del acto de esta mañana, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destacó que esta celebración es una forma de no olvidar a las víctimas. Además, pidió también al Gobierno «los máximos esfuerzos» para averiguar los contactos del CNI con el imán de Ripoll, ya que «lo necesitamos como sociedad democrática y, en particular, por las víctimas que han sufrido tanto».
Por desgracia, parece ser que aquéllos que podrían dar respuesta a los silencios que siguen latentes tras los atentados de Barcelona y Cambrils son los mismos que murieron el mismo día que decidieron romper con todo y combatir por y para su dios.