Las cámaras de seguridad grabaron como Roger L.S., después de matar a Jordi y de encañonar a otro socio que se escondió en el baño, salió tranquilamente por la puerta principal, despidiéndose de algunos compañeros que se encontraban en el bar
Poco a poco se van conociendo más detalles del tiroteo mortal que se produjo el sábado pasado en la sala de tiro de precisión del del Club de Tiro de Granollers y que se saldó con la vida de Jordi, el armero y responsable de la sala en cuestión.
Según ha podido saber eltaquigrafo.com de fuentes vinculadas con el Club, Roger L.S., el homicida, llevaba poco tiempo como socio. No tenía enemistad manifiesta con ningún compañero, aunque había mostrado comportamientos violentos en ocasiones puntuales, sin que llegasen a despertar ninguna alerta entre los responsables del Club.
“Desde el Club estamos barajando que pueda padecer algún trastorno o enfermedad mental, porque su actuación fue un sinsentido” afirman las mismas fuentes. Extremo que los Mossos todavía no se aventuran en confirman y aseguran que siguen investigando los hechos.
Jordi le recriminó su actitud al homicida
Los hechos sucedieron sobre las 19:30h del sábado, cuando Jordi, el armero, ya estaba barriendo la sala de precisión para cerrar el espacio. Roger L.S. se encontraba practicando con armas de calibre 22, cuando se dirigió a él para pedir más munición y nuevas armas, así como para cambiar las dianas. Jordi se negó, pues ya estaban recogiendo. El homicida, de todos modos, activó el botón para cambiar las dianas. “Se trata de un botón que activa una alarma para alertar a los socios que se procederá a cambiar las dianas y que, por lo tanto, deben dejar de disparar”.
Según se ve en las imágenes de seguridad, descritas por los socios a esta redacción, Jordi le recriminó su actitud y siguió barriendo. En ese momento, Roger le apuntó y le asestó cinco tiros por la espalda.
Se fue despidiéndose de los socios que estaban en el bar
“Los socios que se encontraban en el bar, en la planta de arriba, no se percataron de los hechos. Al ser un Club de Tiro, los disparos son habituales”. Sin embargo, con el cuerpo de Jordi desangrándose en el suelo de la planta baja y mientras el homicida buscaba unas armas en la garita del armero, un socio bajó del bar para recoger sus gafas.
El hombre se paró perplejo ante el cuerpo inerte de Jordi. En ese momento, antes de poder pedir ayuda, Roger L.S. le encañonó con una de sus armas y el socio se escondió corriendo en el baño de la planta baja antes de que pudiese dispararle a él también. Acto seguido, según apuntan las mismas fuentes, el homicida subió a la planta de arriba, se despidió con la mano de los compañeros que seguían en el bar y se marchó tan tranquilamente del local. Una vez fuera empezó a correr.
Cuando fueron a por él ya se había esfumado
El socio que bajó a por sus gafas subió de inmediato y alertó de los hechos al resto de los ahí presentes, que salieron tras el homicida. Sin embargo, su carrera fue en vano, pues Roger L.S. ya se había esfumado.
Fue entonces que el pistolero secuestro a la primera mujer para que lo llevase desde Canovelles a Barcelona. “Como se ve, por el recorrido que hizo, se trata de un crimen improvisado, sin premeditación, cargado de errores” apuntan fuentes policiales a eltaquigrafo.com.
Secuestro dos coches para ir hasta Murcia
A raíz de este primer coche secuestrado, la conductora alertó a los Mossos que organizaron un macro dispositivo por Barcelona y alrededores, incluso por la montaña de Collserola, con un amplio despliegue en el que participaron un helicóptero y unidades especializadas como los agentes de élite del Grupo Especial de Intervención (GEI), de orden público con la BRIMO y equipos de seguridad ciudadana.
Sin embargo, este dispositivo resultó infructuoso, ya que este joven homicida, un exmilitar de 19 años y nacionalidad española, ya había puesto rumbo a Murcia, secuestrando un segundo vehículo con dos jóvenes al volante, totalmente ajenas a los hechos.
Las jóvenes condujeron más de 600km
Al llegar a su destino y bajar del coche, las víctimas, que estuvieron conduciendo toda la noche durante más de 600 kilómetros, llamaron a la policía, lo que permitió a los agentes de la Policía Nacional detener al sospechoso poco después, cuando estaba a punto de coger un tren.
El joven quedó detenido en Murcia y sigue en los calabozos de la Policía Nacional, previsiblemente hasta este martes, cuando pasará a disposición judicial. Se prevé que el juez murciano se inhiba en favor de su homólogo de Granollers, correspondiente a la partida judicial donde sucedieron los hechos.