El pasado 8 de junio, los Mossos llevaron a cabo una entrada y registro en una masía de Vilafant (Girona) descubriendo que aquella finca no sólo escondía 456 plantas de marihuana, sino que también un brutal arsenal de armas.
Los Mossos d’Esquadra han detenido en Vilafant (Girona) a una pareja, los dos de nacionalidad española y de etnia gitana, de 56 y 62 años, como presunto autores de los delitos de tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. Lo que se inició como una investigación por un presunto delito contra la salud pública – por el cultivo y tráfico de marihuana – acabó destapando un tremendo arsenal de armas que la pareja escondía en una masía de esta población del Alt Empordà.
Una vivienda secundaria reconvertida en invernadero de marihuana
La investigación arrancó el mes de mayo cuando agentes de la Unidad de Investigación de la comisaría de Figueres tuvieron conocimiento de la existencia de una plantación de marihuana dentro de una finca situada en un paraje de la carretera GIP 5129.
Esta propiedad, una parcela de 2.000 metros cuadrados, contaba con varios inmuebles: uno, el principal, era utilizado como domicilio, y el anexo es donde encontraron las 465 plantas de marihuana que fueron aprehendidas. La alerta saltó debido al consumo excesivo de electricidad de este segundo inmueble, cuya red eléctrica no pasaba por el contador de luz, defraudando, así, el fluido eléctrico. Extremo que permitió a la policía confirmar que se trataba de una plantación de marihuana.
Dispositivo con medidas extra de seguridad
La finca tenía instalados en la parte posterior de la vivienda anexa, y de forma rudimentaria, varios compresores de aires acondicionados en pleno funcionamiento, así como todas las ventanas tapiadas para ocultar lo que se cocía en el interior. Indicios que motivaron la entrada y registro del pasado día 8 de junio.
Así, los Mossos diseñaron un dispositivo para entrar en la finca, pero por el historial delictivo de las personas que la policía sabía que vivían allí – con múltiples antecedentes, incluso una orden de ingreso en prisión -- organizaron una entrada con todas las medidas de seguridad posibles. Por eso, se contó con la presencia de agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI), además de agentes de Seguridad Ciudadana, del Grupo de Subsuelo y de la Unidad Canina.
Armas y marihuana
De este modo, el pasado 8 de junio, se llevó a cabo la entrada y registro descubriendo que aquella finca no sólo escondía 456 plantas de marihuana, sino que también un brutal arsenal de armas. Los agentes intervinieron dos pistolas semiautomáticas, dos escopetas, un subfusil automático Stenmk 2, una escopeta de balines, una pistola de doble cañón antigua y un revólver.
La mayoría de las armas estaban ocultas dentro de una cama con canapé y en el interior de varios armarios, asegura a la policía en una nota de prensa. Asimismo, se localizó un sable, una espada, dos navajas y un puño americano acabado con una hoja de cuchillo. Además, en las diversas estancias se intervinieron hasta una totalidad de 370 cartuchos de diferente calibre.
Además, también pudieron desmantelar la plantación de marihuana, que contaba con todos los utensilios necesarios para su cultivo: interviniendo 84 focos con transformadores y lámparas, cuatro ventiladores, compresores, motores extractores y una báscula de precisión. Se calcula que el precio de la droga intervenida rondaría los 74.548 euros en el mercado negro, según la Oficina Central Nacional de Estupefacientes.
El detenido ya duerme en prisión
Según adelanta ElCaso.com, ella tiene varios antecedentes por delitos de amenazas y lesiones. Él, sin embargo, fue condenado por atropellar mortalmente a un hombre en 2010. Al hombre también le constaba una orden de búsqueda, detención e ingreso en la prisión. Después de ser entregados al juez de guardia de Figueres, se decretó la prisión provisional por él y la libertad con cargos para ella.