Agentes de la policía científica de los Mossos d’Esquadra acudieron este miércoles, de nuevo, al solar donde unos operarios de limpieza hallaron a última hora de la tarde del martes el cadáver de una mujer en un alto estado de descomposición. Según los primeros indicios y a la espera de una identificación oficial, todo apunta a que se trata del cuerpo de Janet Jumillas.
Jumillas desapareció el pasado 13 de marzo en Cornellà, donde se había dirigido para realizar unas gestiones administrativas. La mujer, residente en Viladecans (Barcelona) y madre de dos hijos, no regresó jamás a su hogar. Desde entonces la policía catalana investiga las posibles causas de su desaparición.
Principal sospechoso
En este sentido, las pesquisas policiales condujeron a los agentes ante la figura de Aitor García, conocido de la víctima. García fue señalado de inmediato como principal sospechoso de la desaparición y presunta muerte de Jumillas por la cercanía de su vivienda con la administración a la que se dirigía la mujer la mañana de el pasado 13 de marzo y por las contradicciones en su discurso.
Por último, la sangre hallada en su casa dejó en evidencia la implicación de éste en la muerte de la desaparecida y ya entonces, todos los indicios apuntaban a un fatal desenlace para Janet Jumillas. Hace dos semanas que Aitor García se encuentra en prisión acusado de la muerte de la vecina de Viladecans.
El cadáver llevaba la misma ropa
Con todo, tras dos meses de investigaciones, escuchas, vigilancias y detenciones este martes dos operarios hallaron el cuerpo de una mujer hallado en El Prat con ciertas coincidencias con Janet Jumillas. Dicho cadáver llevaba la misma ropa que Jumillas el día que desapareció, cuando alertó a un sobrino que iría a hacer una gestión a la delegación de Hacienda de Cornellà, pero en realidad visitó a un amigo, Aitor García.
Este dato ha sido clave para Jorge Albertini, abogado de la familia de Janet, quien indicó, tras conocer esta información, que "hay un 99,9% de posibilidades de que el cadáver sea el de Janet". Aunque el cuerpo se encontró en un avanzado estado de descomposición, escondido con una manta y en medio de unos matorrales, sería mucha coincidencia, según al abogado, que se tratase de otra mujer.
Aun así, durante la mañana de este miércoles, la Unidad Central de Desaparecidos de la División de Investigación Criminal regresó al descampado de El Prat para terminar la inspección del descampado en el que apareció el cuerpo de la mujer y de este modo obtener el máximo de indicios posibles.
La autopsia ha hablado
Los forenses que durante toda la mañana de este miércoles practicaron la autopsia a Janet Jumillas, concluyeron que la mujer presentaba un profundo corte en el cuello y varios golpes en la cabeza. Pese a todo, no se ha podido determinar la causa exacta de la muerte, según ha avanzado a La Vanguardia.
Tampoco han podido los médicos del Instituto Legal de Medicina Forense de Catalunya confirmar la identidad de la vecina de Viladecans, de 39 años, y se tendrán que reconstruir las huellas dactilares o practicar pruebas de ADN para acabar de confirmar de que se trata de la mujer que presuntamente fue asesinada el pasado 13 de marzo, tras abandonar su domicilio.
Es por eso, por lo que la policía científica de Mossos tratará de realizar una identificación a partir de las huellas dactilares, pero tal y como estaba el cuerpo, quizás sea necesario recurrir al ADN. Esta última prueba tardaría más de una semana y retrasaría, por lo tanto, la identificación del cuerpo.
Contradicciones en el discurso del principal sospechoso
Los investigadores comprobaron cómo Aitor G. tiró, una semana después de la desaparición de la mujer, unas bolsas en la basura, que después recuperaron. En su interior había dos mochos de fregona ensangrentados, así como unos cristales de unas gafas que, tras rastrear su origen, comprobaron que habían sido comprados por Jumillas. También contenía un trozo de cuerda con cabellos de la víctima.
Además, en el registro del interior del domicilio del presunto autor, la policía catalana encontró restos de sangre en la pared y en el suelo y descubrió que el hombre había pintado la casa hacía poco, según el auto del juzgado de instrucción 4 de Cornellà, que decretó su ingreso en prisión. Todo ello hace "más que probable que fue en el interior de dicho domicilio donde el investigado acabó con la vida de Jumillas", sostiene el juez instructor.
Otro elemento en contra del presunto autor es su declaración como testigo, al inicio de la desaparición de Jumillas. Su relato ante la policía se contradice con las pruebas que hasta entonces tenían los agentes. "Existían contradicciones y falsedades" entre lo que declaró y los datos que se desprendían de las intervenciones telefónicas y de la geolocalización de la víctima, sostiene el juez.