La exnovia del violador de Igualada vestía la chaqueta de la víctima

Tras su detención, el sospechoso ya ha ingresado en el módulo psiquiátrico de la prisión de Brians  /  EFE - Enric Fontcuberta
photo_camera Tras su detención, el sospechoso ya ha ingresado en el módulo psiquiátrico de la prisión de Brians / EFE - Enric Fontcuberta
Fuentes cercanas a la investigación de los Mossos han revelado a eltaquigrafo.com que uno de los indicios que conectó al detenido con la brutal agresión de Igualada tiene que ver con la chaqueta que el agresor hurtó a la víctima y regaló a su entonces pareja

Los investigadores de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) de los Mossos d’Esquadra han tardado seis meses en atar todos los cabos sueltos alrededor de la salvaje agresión sexual a una menor de 16 años, el pasado mes de noviembre en Igualada (Barcelona), y detener al presunto autor.

La nula relación entre la víctima y el agresor, un joven de 21 años, de nacionalidad boliviana – ya en prisión provisional - dificultó con creces esta ardua investigación, que ha estado plagada de dificultades. Las cámaras de seguridad de la discoteca cercana a donde sucedieron los hechos no funcionaban esa noche, no hubo testigos presenciales de los hechos y las terribles secuelas físicas y psicológicas de la víctima no permitieron avanzar con facilidad.

La pieza clave: la chaqueta de la víctima

Es por eso, que cualquier detalle ha sido clave para poder tirar del hilo: la ubicación del teléfono móvil de ambos, agresor y víctima, fue determinante. Sin embargo, según fuentes policiales, la pieza que ha unido todo el puzle ha sido una chaqueta. Concretamente, la que llevaba la víctima la noche de los hechos. El agresor, no sólo violó, agredió y maltrató a la menor con una brutalidad enfermiza, sino que además le hurtó el abrigo y se lo regaló a su pareja de entonces.

Así pues, la ubicación de los teléfonos móviles, la chaqueta y los antecedentes del detenido, confirmados por la propia madre del agresor, precipitaron su detención el pasado jueves 21 de abril. En este sentido, otro de los puntos clave fue, precisamente, conocer que la familia del sospechoso le había denunciado, acusándolo de abusar de su hermana pequeña de siete años.

Graves secuelas físicas y psicológicas

La madre del detenido lo echó de casa y éste se alquiló una habitación en el número 13 de la calle Sant Sebastià de Igualada. Vivienda que los investigadores de la UCAS registraron el pasado jueves durante cerca de 8 horas, en busca de más pruebas. Con todo, la madrugada del pasado 31 de octubre, la joven víctima de 16 años salió de una discoteca en Igualada y, mientras caminaba a oscuras dirección al tren, fue brutalmente atacada. El camionero que la encontró pensaba que estaba muerta.

La joven agredida pasó un mes hospitalizada, perdió un oído, sufrió un grave traumatismo craneoencefálico y varios desgarros internos. El detenido la agredió con una barra metálica y ha tenido que ser operada hasta en 5 ocasiones. Se trata, según fuentes policiales, de la violación más salvaje registrada hasta la fecha.

Tras meses investigando los hechos, los agentes estrecharon el cerco a este joven boliviano. Y cuando tuvieron todos los cabos prácticamente atados, decidieron interrogar a la madre y a la expareja. Ellas levantaron todas las dudas.

La noche de los hechos

La noche de la agresión, la menor de 16 años había quedado con un chico al que había conocido a través de las redes sociales. Su madre y la pareja de ésta la acercaron en coche hasta una hamburguesería en torno a las 18.00 horas.

Según confirmó el joven con el que se había citado, que se presentó en la comisaría para colaborar en la investigación en cuanto se enteró del ataque, mantuvieron relaciones sexuales consentidas. Después de haber sido investigado, los agentes lo descartaron como el presunto autor de los hechos. Después de la cita, la víctima de 16 años fue con sus amigas a una discoteca y se despidió de ellas sobre las 6 de la mañana. Luego, empezó la pesadilla.

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