La Jonquera: la gran puerta de Europa

Salida de la autopista dirección La Jonquera  /  Archivo
photo_camera Salida de la autopista dirección La Jonquera / Archivo
El 80% de los detenidos en la frontera de La Jonquera tienen que ver con la inmigración ilegal y las rutas de inmigración clandestinas, en especial, la en el sur de España y las islas Canarias y tiene como destino final Francia

Por la Autopista del Mediterráneo, a escasas dos horas de la ciudad de Barcelona, se llaga sin mucha complicación a La Jonquera (Girona). Este municipio de 3.340 habitantes, anclado a los pies de la cordillera del Pirineo, marca uno de los límites entre España y el sur de Francia. Un paso fronterizo por el que cada día transitan cerca de 24.000 vehículos; más de 34.000 si tenemos en cuenta los camiones. Un trasiego habitual desde que en 1991 España se adhirió a la propuesta de la Unión Europeo de suprimir las fronteras terrestres entre los estados miembros, bajo el denominado ‘Espacio Schengen’.

Las carencias en seguridad del ‘Espacio Schengen’

Esta eliminación de las fronteras facilitó las comunicaciones, los negocios mercantiles y el turismo entre los Estados vecinos. También, la libertad de movimiento de delincuentes, inmigrantes irregulares y mercancías ilícitas, especialmente de sustancias estupefacientes.

Para cubrir los vacíos en materia de seguridad, provocados por la libre circulación de ciudadanos y mercancías, los pasos fronterizos, como el de La Jonquera, cuentan con potentes despliegues policiales, con presencia de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad presentes en cada territorio. En este caso, conviven Guardia Civil, Mossos d’Esquadra, Vigilancia Aduanera y Policía Nacional. En la cúspide de todos ellos, se encontraría el Centro de Cooperación Policial y Aduanero (CCPA). Un espacio situado a escasos kilómetros de la frontera, ya en territorio francés, que da apoyo operativo a los cuerpos policiales de ambos países limítrofes, con el objetivo de luchar contra la pequeña y mediana delincuencia en la zona fronteriza.

Controles temporales, selectivos y aleatorios

A la llegada a La Jonquera, nos espera José Carlos, el coordinador español del CCPA, un inspector del Cuerpo Nacional de Policía. José Carlos lleva siete años velando por la seguridad en este paso fronterizo, trabajando con la Police Nationale, la Gendarmería y la Guardia Aduanera francesa en el marco de la delincuencia itinerante y las rutas de inmigración clandestina que utilizan estas veredas para cruzar de país en país, bajo el amparo del ‘Espacio Schengen’.

“Aunque con la abolición de las fronteras no hay controles permanentes, la Policía Nacional tiene la obligatoriedad de controlar las entradas y salidas del territorio nacional. En estas zonas se siguen haciendo controles aunque deben cumplir con las normas de la UE y deben ser controles temporales, selectivos y aleatorios” explica el coordinador a esta redacción.

Para ello, para la realización de estos controles, el CNP dispone de una Unidad de extranjería y documentación y presencia rotativa de unidades especializadas como la UIP o la BRIC (Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina), con apoyo de Brigadas Móviles y guías caninos. Sin embargo, no son los únicos que están presentes en estos controles, pues en esta pequeña porción geográfica conviven los anteriormente citados cuerpos policiales, todos con el objetivo de velar por el control de entradas y salidas del territorio nacional.

1.669 detenciones en 2021

De este modo, y con la información que ellos mismos manejan y la que pueden recibir de otras unidades investigadoras -tanto nacionales como francesas-, se establecen controles para intentar evitar que delincuentes o inmigrantes irregulares crucen la frontera en cualquiera de los dos sentidos. A nivel estadístico, José Carlos asegura que el pasado año 1.669 personas quedaron detenidas en el marco de estos dispositivos transfronterizos.

El 80%, 1.297, lo fueron en relación con la inmigración ilegal y las rutas de inmigración clandestinas, concretamente, la que nace en el sur de España y las islas Canarias y tiene como destino final Francia. En su mayoría, son inmigrantes de origen magrebí que se trasladan en coches particulares, incluso autocares o en el interior de camiones. Cuando son interceptados se les abre generalmente un expediente de expulsión y quedan en libertad – a menos que tengan en vigor reclamaciones judiciales o tengan ya resuelto un procedimiento por extranjería anteriormente incoado-. En ocasiones, detenemos a las mismas personas que intentan en repetidas ocasiones cruzar la frontera destino a Francia”.

El resto de los detenidos tienen que ver, mayoritariamente, con el tráfico de estupefacientes, en especial, hachís y marihuana; y, por reclamaciones judiciales.

Las brigadas mixtas

El próximo proyecto de las autoridades españolas y francesas tiene como objetivo profundizar las conocidas “brigadas mixtas”, asegura José Carlos. Destacamentos policiales compuestos por agentes de la BRIC y la Policía de fronteras francesa: dos cuerpos policiales que deberán actuar como uno solo. “Lo que se pretende ahora es unificar este trabajo conjunto, primero empezando por el eje Figueres – Le Boulou, para luego extenderse por toda la cordillera pirinaica” explica el coordinador español del CCPA.

El trabajo de estas patrullas sería principalmente el de ejecutar controles (temporales, selectivos y aleatorios) en puntos estratégicos tanto de la frontera española, como francesa, para agilizar los procesos de readmisión y rechazo de entrada a los inmigrantes que se detecten, así como las detenciones que se puedan producir en el marco de la lucha contra la delincuencia itinerante en el paso fronterizo.

El CCPA

En la ruta orquestada por José Carlos, el último destino por visitar es el Centro de Cooperación Policial y Aduanero. Perdido entre los pies del Pirineo francés, en este espacio trabajan tanto representantes de los cuerpos policiales españoles, como franceses. En el mismo centro, en una misma sala operativa, las autoridades de ambos países dan apoyo operativo a las patrullas cercanas a las fronteras. Consultan bases de datos e información de detenidos. “Somos la respuesta rápida a las incidencias que suceden en la frontera o cerca de ella” asegura Joseé Carlos, consciente que el paso de delincuentes es habitual.

Hay dos coordinadores, el español – que es José Carlos – y el francés. Ambos dirigen el CCPA, participan en operaciones transfronterizas y se intercambian información que puede ser de interés en ambos sentidos. “Si en España detenemos a unos delincuentes franceses o viceversa, les mandamos la información para que lo tengan en cuenta y nos puedan aportar más información sobre los arrestados” ejemplifica José Carlos a eltaquigrafo.com. Con todo, estos centros están presentes en todas las fronteras del ‘Espacio Schengen’, hay 61 en toda Europa. Todos ellos velan por cubrir los vacíos en materia de seguridad ocasionados por la abolición de fronteras y luchar contra la pequeña y mediana delincuencia en zonas fronterizas.

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