Esta semana, Eliana Guerrero, líder del grupo ‹Patrulla Ciudadana BCN›, fue multada junto con una compañera por los vigilantes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), en la estación de metro de Verdaguer. Al parecer, los agentes, avergonzados, no supieron determinar el porqué de la multa y aseguraron a fuentes de ‹Patrulla Ciudadana› que la orden venia «de arriba». Dichas fuentes trasladaron a eltaquigrafo.com,que los agentes tuvieron que improvisar y ni siquiera pudieron determinar qué sanción les imponían a las dos mujeres, quienes se encontraban patrullando en ese momento.
Tras más de una hora retenidas —las dos multadas, junto con otros dos compañeros—, los vigilantes de TMB determinaron que ambas podrían «haber desarrollado actividades que alteraran el orden en el suburbano». El grupo de patrulleros acababa de identificar, junto con agentes de los Mossos d’Esquadra de paisano, a un carterista multirreincidente, cuando fueron retenidas por los vigilantes, «visiblemente sorprendidos» por las órdenes que acababan de recibir.
«Prefieren que se siga robando»
La multa se interpone en un contexto de «emergencia» y con un creciente número de altercados en el metro de Barcelona. Son diarios los hurtos, los robos con violencia e incluso las agresiones en el suburbano barcelonés. Fuentes de la patrulla han asegurado a este medio que tienen conocimiento que medios y altos cargos de TMB «no quieren que exista ningún tipo de información ni ruido en relación con los problemas que se viven a diario en el metro y prefieren que se siga robando y no dar una mala imagen».
Es por ello, por lo que, a su parecer, han avisado a los vigilantes y les han ordenado que denunciaran a Eliana y a otra compañera. Incluso, aseguran las mismas fuentes, los vigilantes tuvieron que sacar el libro de sanciones para buscar en él que tipo de «actividad o acción» podía justificar su denuncia.
Reciente agresión a una patrullera
Como adelantó eltaquigrafo.com, esta agresión ocurrió hace un par de semanas, cuando la joven Koraima, patrullera ciudadana del metro de Barcelona —junto con el grupo coordinado por Eliana Guerrero— viajaba en la L2 del suburbano barcelonés y detectó la presencia de dos carteristas chilenos, un hombre y una mujer, a punto de perpetrar un hurto a una señora mayor.
Observó como la pareja de ladrones rodeaba a una mujer mayor que llevaba el bolso abierto y, antes de que pudieran perpetrar el robo, la joven aconsejó a la señora que cerrara el bolso «porque últimamente había mucho carterista por el metro».
La carterista, aun sin haber sido acusada de nada, se dio por aludida y empezó a chillar a la joven Koraima. Al bajarse en Paseo de Gracia, tan solo una parada después, la patrullera «fuera de servicio» y su cuñada avisaron al conductor de la presencia de reincidentes para que avisara por megafonía.
Tras los dicho, vieron como el carterista trataba de tomarles una fotografía, pero las puertas se cerraron y ambas reemprendieron su camino.
En su camino de transbordo entre una línea y la otra, Koraima y su cuñada fueron atacadas violentamente por la espalda. De repente, escucharon gritos y la joven recibió un fuerte puñetazo. Eran los carteristas, con la intención expresa de agredirlas. La joven ha tenido que pedir la baja laboral como consecuencia de las magulladuras que sufre por todo el cuerpo.
