El magistrado titular del juzgado de instrucción, número 3, de Badalona, a cargo de la investigación de la mafia de narcotraficantes desmantelada en esta ciudad el pasado 29 de noviembre ha solicitado el embargo de dos cuentas bancarias que la banda de criminales habría abierto en Andorra.
La organización de narcotraficantes tenía un volumen de negocio mensual de medio millón de euros y funcionaba como una «fábrica», con turnos de trabajo fijos y estrictos controles horarios. Podían ganar entre 13.000 y 15.000 euros diarios y, además de la red de narcotráfico, habían comprado un gran parque inmobiliario a través de testaferros para blanquear sus ganancias.
Según ha podido saber eltaquigrafo.com, el juez quiere averiguar ahora la cantidad de dinero sin declarar que acumularon en Andorra, teniendo en cuenta tanto las cifras que llegaban a obtener a final de mes, como las muchas propiedades que habían adquirido para blanquear el dinero que obtenían de la droga.
Solo el día de la operación policial, los agentes incautaron más de 1 millón de euros en efectivo, el cual tuvo que ser transportado en decenas de bolsas de basura.
Al puro estilo «Pablo Escobar»
Como si se tratara del mismísimo Pablo Escobar, los Mossos d’Esquadra sospechan que la banda criminal pudo haber escondido sacos y sacos de dinero obtenido por la droga en el suelo del patio de una finca de 30 mil metros cuadrados que el capo de la mafia tenía en Alella, municipio al norte de la provincia de Barcelona, cercano a Badalona.
Aunque los agentes a cargo de la investigación han excavado decenas de hoyos en el patio de la finca, no han encontrado nada.
Según ha podido saber este medio, se baraja la posibilidad de pedir a centros universitarios especializados en geología, la prestación de radares geolocalizadores para hallar dichos sacos. La policía catalana está convencida de que, en dicha finca, se esconden miles de euros, al haber seguido telefónicamente las conversaciones del capo de la mafia durante 7 meses.
Blanqueo de capitales
La estrategia para el blanqueo consistía en adquirir inmuebles en efectivo a un precio favorable, con una doble finalidad: por un lado, mediante testaferros de confianza, la organización compraba viviendas que eran utilizadas como puntos de venta de droga en la zona de influencia del barrio de Sant Roc (Badalona).
Por otro lado, con voluntad de inversión, se buscaban propiedades de ‹alto standing›, llegando hasta Valencia o Mallorca, pasando por una finca de varias hectáreas en Alella, admite el jefe de la División de Investigación Criminal, Toni Rodríguez.
Los Mossos estiman que en los últimos cinco años los ‹narcos› habrían blanqueado hasta tres millones de euros en el mercado inmobiliario, con inversiones o poderes notariales para simular transacciones a testaferros.
Funcionaban como una «fábrica»
La red, desmantelada en un macrooperativo liderado por los Mossos d’Esquadra, tenía su epicentro en el barrio de Sant Roc, estaba formada mayoritariamente por españoles y facturaba entre 13.000 y 15.000 euros diarios gracias a su «altísima sofisticación y profesionalidad», y también por el hecho de funcionar las 24 horas del día.
Según detalló el responsable de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra había tres turnos de ocho horas cada día para atender a un público «masivo y heterogéneo». Los compradores acudían a Badalona por los «precios baratos» de las sustancias que, además, eran de «calidad elevada». La cocaína se almacenaba en un piso de Santa Coloma de Gramenet y su pureza podía llegar al 75%.
El líder del grupo ha admitido que lleva más de 40 años dedicándose al narcotráfico. El hombre mantenía «estrictas medidas de seguridad».
La investigación, que ha durado más de un año, ha permitido radiografiar la actividad de la estructura delincuencial en toda su dimensión, en cuanto al ámbito logístico y financiero, y al circuito de distribución «de gran envergadura y del más alto nivel dentro de la venta local», según apuntó Rodríguez.
Además, traficaban con armas
El hermano del líder y, a la vez, su hombre de máxima confianza, era quien se encargaba de recaudar los beneficios del principal punto de venta, situado en la calle Córdoba, de Badalona.
El alijo de droga, ubicado dentro de un edificio, estaba protegido por fuertes medidas de seguridad, como ojeadores en las calles circundantes, y un segundo control dentro del inmueble, con hombres armados.
Y, aunque la venta de armas no formase parte de su actividad principal, el clan también lideraba un circuito de compraventa a nivel local, para garantizar su protección respecto de otros clanes ajenos, y para llevar a cabo venganzas e imponer su disciplina. «Una pistola podía comprarse por 500 euros», ilustra Rodríguez.
Balance del operativo
Se llevaron a cabo 33 entradas y registros en Badalona, Sant Adrià de Besòs, Barcelona, Alella, Valencia, Riells i Viabrea, Matadepera, Sant Celoni y Baronia del Montseny; y se arrestó a 28 personas —11 de las cuales se encuentran en prisión preventiva—.
Durante los registros, los Mossos encontraron 1.413.800 euros en efectivo, joyas, dispositivos electrónicos y documentación diversa; se localizaron multiplicidad de armas, entre ellas, un revólver, una pistola, tres escopetas, una carabina, una pistola de aire comprimido, cuatro armas de imitación, y abundante cantidad de munición; y se descubrieron 59 kilos de cocaína y 121 plantas y 17 kilos de marihuana.
En relación con la actividad de blanqueo se han embargado 14 pisos, se han intervenido nueve vehículos y se han bloqueado dos cuentas corrientes. También se han tapiado siete pisos del barrio de Sant Roc de Badalona por parte de la brigada municipal del Ayuntamiento, que eran puntos de venta de droga, para evitar la reiteración delictiva.