La mafias de la marihuana eligen España por el sol y la fiesta

Plantaciones de marihuana   /   CNP
photo_camera Plantaciones de marihuana / CNP
La Policía Nacional lidera la lucha internacional contra el tráfico de marihuana gracias a la Operación Verde, puesta en marcha en 2019 y que cuenta con la participación de más de 2.000 agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico

La Península Ibérica, por su clima y ubicación, se ha consolidado como el motor productivo y distributivo de marihuana a nivel europeo. Los investigadores de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional lo comprobaron hará tan solo un año, cuando, tras varias operaciones internacionales en países como Reino Unido, Holanda, Francia, Serbia, Italia o Portugal, se observó que el origen de marihuana incautada se encontraba en nuestro territorio nacional.

“España se estaba convirtiendo en el huerto de la marihuana de Europa y por eso nos demandaban que hiciéramos algo potente”, explican fuentes policiales. Es por eso, que en febrero de 2019 se puso en marcha la ‘operación Verde’ para dar respuesta e investigar a las organizaciones internacionales (y nacionales) asentadas en nuestro país, dedicadas al lucrativo negocio del narcotráfico de marihuana.

Para ello, 2.000 agentes especializados trabajan ahora (en colaboración con la Interpol y la Europol) en el marco de este dispositivo, que se ha convertido, dado el crecimiento exponencial de las mafias que se dedican a ello, en un auténtico desafío para la lucha policial contra el tráfico de drogas: por el número creciente de grupos y el perfeccionamiento de sus técnicas de ocultación.

De agosto de 2019 a octubre de 2020:

Durante la segunda fase del Plan –desarrollada desde agosto del 2.019 hasta octubre del 2.020- han sido detenidas un total de 3.695 personas y han sido desmanteladas más de 800 plantaciones de cannabis en las diferentes operaciones realizadas por todo el país. Además, han sido intervenidas 496.047 plantas de marihuana y se han incautado 25.642 kilos de marihuana, 23.849 kilos de hachís, 3.140 kilos de cocaína, 85 kilos de heroína, 458 armas de fuego y más de 7.600.000 euros.

Y es que como se asegura desde el CNP, el cultivo de marihuana raramente no trae consigo una variedad de delitos conexos, tales como el narcotráfico de cocaína o heroína, tenencia ilícita de armas, blanqueo de capitales, defraudación de fluido eléctrico, pertenencia a organización criminal o los “vuelcos” (robos de droga entre narcotraficantes).

Este fenómeno ocurre, según las mismas fuentes policiales, cuando esta modalidad delictiva da el salto y pasa de estar liderada por pequeños cultivadores locales, a estar encabezada por grandes y potentes organizaciones criminales.

Sofisticación y perfeccionamiento del cultivo

Durante esta misma fase, los investigadores han podido detectar – como se asegura en un comunicado emitido por el cuerpo – un perfeccionamiento progresivo de las plantaciones indoor. Esta sofisticación de los métodos de cultivo y ocultación de las plantaciones, unido a la dificultad intrínseca de detección al tratarse de espacios cerrados, ha obligado a los policías a mejorar las técnicas específicas de investigación para poder detectarlas.

Lo más habitual sin embargo es que el cultivo al aire libre se haga en lugares alejados o discretos, como en claros de algún bosque, como se ha detectado decenas de veces. Por su lado, las plantaciones indoor, dotadas muchas de ellas de sistemas de regadío, calefacción e iluminación artificiales, se han encontrado en todo tipo de viviendas, garajes, zulos bajo tierra, naves industriales e incluso establecimientos públicos.

Además, se ha constatado que la profesionalización en el cultivo de marihuana – ya sea indoor o exterior - implica, en la mayoría de los casos, un aumento del rendimiento, lo que provoca, a su vez, un incremento notable de los beneficios ilícitos. Con el paso del tiempo, las plantaciones mejoran desde un punto de vista cuantitativo –más plantas por metro cuadrado o mayor número de cosechas - como del cualitativo –mejoras en la selección de las semillas y uso de sofisticados sistemas de fertilización o climatización que permiten una producción permanente de cosechas-.

De España al resto de Europa

El desmantelamiento de los puntos de plantación y producción de marihuana en nuestro país supone el corte del primer eslabón de la cadena de un fenómeno delictivo internacional. Parte de la marihuana elaborada en España tiene como destino terceros países, principalmente de la Unión Europea, lo que implica que pueden estar involucradas diferentes organizaciones criminales de varios países en todos los demás eslabones de la misma.

Tras la fase del cultivo, recogida y procesamiento de la marihuana, llega el empaquetado y almacenamiento para, finalmente, organizar transportes de la mercancía, utilizando principalmente el método de ocultamiento entre mercancía legal y transportarlo a diversos países como Francia, Italia o Reino Unido. En todo este proceso es habitual que participen distintas organizaciones criminales, cada una especializado o con las infraestructuras idóneas para realizar cada una de las tareas del proceso.

"La provincia española que registra mayor actividad sin duda es Málaga y toda la zona sur de España, en general, por su meteorología”, comenta un investigador de la Policía Nacional, aunque no queda una comunidad autónoma donde no se esté dando el problema en mayor o menor grado.

Fase parasitaria

En este sentido, fuentes de los Mossos d’Esquadra han evaluado la situación actual del tráfico de marihuana en España como una fase “parasitaria”. Entendiendo que el negocio ilícito de esta tipología de narcotráfico empieza a corromper ciertos estamentos de la estructura socioeconómica de nuestro país. Es decir, las mafias de la marihuana se aprovechan de actividades legales para camuflar sus beneficios, estableciendo vínculos con los cuerpos policiales y el sector económico del territorio donde operan.

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