A simple vista era maquinaria industrial. Sin embargo, era tan solo una tapadera. En su interior, estas máquinas, procedentes de Perú, estaban llenas de compartimentos ocultos donde esconder la droga, cocaína principalmente. Desde Sudamérica, estas “máquinas” viajaban por vía marítima hasta España y de aquí al resto de Europa.
El primer contacto de las autoridades con esta organización criminal se dio el pasado mes de abril cuando, gracias a la cooperación internacional, se supo de la existencia de un entramado que estaría traficando con cocaína desde Perú, escondiéndola en grandes máquinas industriales.
Inicio de la investigación
De este modo, un grupo de investigación conjunto, formado por agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera, junto con la colaboración de las autoridades peruanas, tuvo conocimiento de la llegada, al puerto de Algeciras (Cádiz), de un contenedor sospechoso de ocultar una importante cantidad de cocaína en el interior de maquinaria industrial.
Los investigadores comprobaron que dicho contenedor portaba cuatro máquinas roladoras de gran pesaje y, tras inspeccionarlas exhaustivamente, descubrieron que habían sido modificadas sutilmente por la zona de la base y soldadas nuevamente con una lámina de acero. No obstante, en ese momento prefirieron dejar el contenedor “libre” y seguirle el rastro hasta sus presuntos responsables o receptores.
Pocos días después, el contenedor salió de Algeciras a bordo de un buque hacia el puerto de Valencia, donde permaneció varios días sin realizar ningún movimiento.
Sorprendido ‘in fraganti’
Finalmente, a mediados del pasado mes de mayo, los agentes detectaron cómo el contenedor abandonaba Valencia a bordo de un camión para dirigirse hacia Barcelona, concretamente hasta una finca aparentemente abandonada situada en el municipio de Sabadell. Allí observaron a varios individuos, que se encargaron de introducir las máquinas en el interior de la finca y empezar a manipularlas.
Gracias a un dispositivo conjunto de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, los miembros de la organización fueron sorprendidos cuando comenzaron con el proceso de extracción de la cocaína. Por este motivo, los agentes detuvieron a las seis personas que se encontraban allí e incautaron 61 pastillas de cocaína -localizadas al desmontar las láminas de acero de la base de las máquinas- que arrojaron un peso aproximado de 66 kilos de estupefaciente.
Otros dos detenidos en septiembre
Sin embargo, la investigación prosiguió y los investigadores continuaron las pesquisas para identificar y localizar a las personas que se encontraban detrás de la importación de la mercancía y que habían hecho frente a los gastos y gestiones documentales de la misma. En este sentido, el pasado mes de septiembre los agentes detuvieron a otras dos personas relacionadas con los hechos investigados en Barcelona y El Ejido (Almería). Asimismo, realizaron tres registros en la Ciudad Condal y los municipios almerienses de El Ejido y Roquetas de Mar. Dando un resultado final de ocho detenidos.
Se trata de un ya conocido método de transporte
Este método de ocultación de cocaína en maquinaria industrial ha sido utilizado en otras ocasiones para intentar introducir droga en nuestro país. De hecho, este mismo año, se han realizado otras dos operaciones, sin vínculos con la presente, en las que el sistema de ocultación de la droga era similar.
En una de ellas, se aprehendieron en el puerto de Barcelona 620 kilos de cocaína que se encontraba oculta en un rotor de 12 toneladas y en la otra se descubrieron 464 kilos de cocaína ocultos en una máquina trituradora de once toneladas. En ambos casos fue necesaria la utilización de pesada maquinaria industrial para la extracción de la droga.