Eduardo Pascual Arxé, expresidente de Eurobank, imputado por la quiebra irregular del banco y por la desaparición de más de 12 millones de euros (no ha sido aún juzgado al estar en rebeldía, contrariamente a lo expresado de forma errónea por este medio), se encuentra en paradero desconocido, aunque se sospecha que está en algún rincón de Benín o de Guinea Conakry.
Así, al menos lo ha expuesto por la vía oficial (y diplomática) el gobierno de Burkina Faso, país donde hace un año fue detenido el prófugo, Pascual Arxé, pero que se negó entonces a extraditarlo a la Audiencia Nacional por los defectos formales que contenía la petición española de extradición.
Y Pascual se las piró
Cuando el papeleo se arregló y la Audiencia tramitó la segunda petición de extradición (para entonces habían pasado algunos meses) Pascual había puesto pies en polvorosa. Según la documentación sumarial, que obra en poder de este medio, las autoridades gobernativas de Burkina Faso apuntan a que el prófugo se habría fugado a uno de esos dos países limítrofes: Benín o Guinea Conakry.
País pobre
Cursada la petición de amparo y ayuda policial y judicial, el gobierno de Burkina Faso ha comunicado oficialmente a la Audiencia Nacional que no puede proceder al traslado a un país foráneo (aunque limítrofe) de sus cuerpos policiales, ni a la eventual detención del prófugo porque no tienen dinero para tal efecto ni para los vuelos, ni para el hospedaje y manutención de los agentes.
Así, ante esta situación, el expresidente de Eurobank, por dos ocasiones, se ha burlado de la acción de la Audiencia Nacional y se encuentra oculto en un recóndito rincón del África negra. Con él han desparecido un mínimo de 12 millones de euros.
