La Salle lo sabía y no hizo nada, simplemente apartaron al Hermano Jesús Linares de La Salle de Premià y lo trasladaron a La Salle Montcada, como si no hubiese pasado nada. Eran conscientes de que había al menos una denuncia. Los padres del escritor Alejandro Palomas, violado por Linares a mediados de los años 70, acudieron al centro de Premià para denunciar lo sucedido. El colegió pidió discreción y se permitió al docente que siguiese abusando de sus alumnos durante cincuenta años más. Aunque, según el relato de víctimas y testigos, el hermano fue apartado de la docencia de forma repentina en un par de ocasiones, con el tiempo, siempre regresaba a las aulas.
Un secreto a voces
Y es que, al parecer, que Linares era un abusador era “un secreto a voces”. Incluso, a principios de los setenta apareció una pintada –que decía “Linares Cerdo”– en un edificio cercano al colegio de Premià. Lo mismo sucedió en La Salle Montcada, institución que le acogió en 1986, a pesar de ser plenamente conocedores del pasado turbio del Hermano Linares. Los rumores se extendieron como la pólvora; y, lo que vino luego fue prácticamente inevitable… a las víctimas de Premià se le sumaron nuevas en Montcada. La institución había dado pie a ello…
Testimonios como los de Raquel, Sandra o Elena publicados por El Periódico ejemplifican el daño que Linares provocó también en Montcada i Reixac a una cifra, todavía, desconocida de estudiantes. Perjuicio que la institución eclesiástica hubiera podido evitar porque lo sabían y prefirieron ser cómplices con su silencio.
La denuncia de los exalumnos del 95-97
Es precisamente este dolor innecesario el que denuncian un grupo de exalumnos de La Salle Montcada, de la promoción de BUP de 1995-1997, en una misiva conjunta difundida por redes sociales. En el escrito, los ahora adultos exestudiantes acusan a la dirección del centro de haber puesto en riesgo su “integridad emocional y física” al ser conocedores de sus prácticas, por parte al menos de una alumna de la época, y haberlo mantenido en contacto con menores. Y es que los padres de una de las denunciantes montcadenses también alertó al centro de que Linares habría abusado de la joven durante el curso 1996-97. La dirección del colegio se limitó entonces a cambiarla de clase y a decir que todo había sido un malentendido.
El motivo de su carta, alegan, es "abrazar y acompañar el dolorosísimo testimonio de Alejandro Palomas", el escritor que desveló el pasado 26 de enero que fue violado en manos de Linares en La Salle Premià, un relato que animó a hasta siete víctimas más de ese mismo centro a contar los abusos sufridos.
Asimismo, reconocen sentirse "tristes, removidos y confundidos" y afirman que escriben la carta "tras el shock inicial por la magnitud de lo relatado en los últimos días”. Escribir esta misiva, según los exalumnos, ha sido fruto, tras los momentos iniciales, de "la reflexión y la toma de conciencia de que los comportamientos invasivos e intolerables que sufrimos siendo alumnos son tan solo la punta de un iceberg enorme y terrible".