Barcelona conmemora este sábado el segundo aniversario de los atentados terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017, perpetrados por un grupo de jóvenes radicalizados y con fuertes influencias del yihadismo.
Este año, sin embargo, la celebración ha coincidido con un momento de tensión en dos sentidos: en primer lugar, la apertura del sumario ha dejado en entredicho la posición del CNI con respecto al que se supone que fue su confidente hasta el día de su muerte, Abdelbaki Es Satty, imán de Ripoll (Girona) y presunto cerebro de los atentados; y, en segundo lugar, porque las víctimas, divididas, consideran ser los “grandes olvidados” del atentado.
Actos breves e íntimos
El segundo aniversario de los atentados se conmemora en Barcelona con actos cortos y, por expreso deseo de las familias de las víctimas, sin discursos políticos, después de que en los últimos meses se ha recrudecido la polémica entre partidos sobre el papel del imán de Ripoll.
De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ha pedido recientemente al Congreso que cree una comisión de investigación para esclarecer la relación de Abdelbaki Es Satty con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tras algunas informaciones que lo vinculaban al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Fuentes de la Moncloa han confirmado a Efe que el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, participará en el homenaje institucional organizado para las diez de la mañana por el Ayuntamiento y la Unidad de Atención y Valoración de Afectados por Terrorismo (UAVAT) en memoria de los 16 fallecidos y los 137 heridos en los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona).
La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet,
también irá a este acto, durante el cual, se depositará una flor blanca en el
Memorial de la Rambla y se guardará un minuto de silencio.
Acto paralelo
Pero el segundo aniversario de los atentados llega, además, con las asociaciones de víctimas divididas y participando por separado en distintos actos. Así, en paralelo, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) ha convocado un acto a las 11:30 horas en el inicio de las Ramblas, donde se leerá un corto manifiesto, se hará una ofrenda floral y se interpretará el Ave María de Schubert antes de guardar un minuto de silencio.
La ACVOT celebra su conmemoración aparte porque considera el homenaje impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona "más bien político" y se sienten "olvidados" por las instituciones catalanas.
No obstante, este acto contará con la presencia del exdelegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, con representantes de la dirección general de Ayuda a las Víctimas, el subdelegado del Gobierno en Barcelona, la concejal de distrito de Ciutat Vella, concejales y diputados del PP y Ciudadanos, así como mandos de la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Urbana.
Denegadas el 82% de las solicitudes
En mayo de 2018, el Ayuntamiento de Barcelona firmó un
acuerdo con la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por
Terrorismo (UAVAT) para atender y ofrecer apoyo e información jurídica a
todas las personas afectadas por los atentados terroristas de hace dos años.
Este convenio ha permitido atender a 210 personas, 117 de las
cuales han realizado trámites en el Ministerio del Interior con el
acompañamiento y el asesoramiento de la UAVAT, y se han presentado 208
solicitudes para asistencia psicológica y para ser reconocidos como víctimas de
terrorismo y daños materiales.
De estas 117 personas, 77 han recibido respuesta y solo 14
han sido reconocidas como víctimas de terrorismo por parte del Ministerio del
Interior: 13 personas heridas físicamente y una persona afectada
psicológicamente.
El ministerio del Interior ha denegado, así, la solicitud de las 63 personas restantes, todas ellas solicitantes como afectadas psicológicas, una cifra que representa el 82% de las solicitudes respondidas. La presidenta de la UAVAT, Sara Bosch, denuncia que se han endurecido los criterios para ser considerado víctima del terrorismo porque, en otros casos, como los atentados de ETA, los criterios no eran tan restrictivos como los de ahora.