Fuentes próximas a la investigación que se sigue en los juzgados de Lleida contra el ex presidente de la Diputación, Joan Reñé, demuestran que, durante sus más de siete años de mandato al frente de este organismo municipal, se erigió como en una especie de caudillo que decidía según su conveniencia y en connivencia con distintas empresas constructoras, quién y cómo recibían los contratos públicos que licitaba la diputación o el ayuntamiento que presidia, el de Fondarella desde 1987.
Los constructores le llamaban “Sheriff” y habían constituido con él un contubernio perfectamente organizado para adjudicarse los contratos públicos de forma alterna, repartiéndose el pastel de la obra pública de una forma que no resultase acaparadora ni, por lo tanto, sospechosa. Todos en orden. Todos contentos.
Mordidas en efectivo
Los mossos d'esquadra investigan las ingentes entradas y salidas de dinero líquidos que Reñé y su segunda en la Diputación, la Jefa de Organización y Gestión, Marlen Minguell, efectuaron en distintas oficinas bancarias. Una de las que fueron más utilizadas por la trama fue la sucursal de la Caixa en la población leridana de Corbins.
Han sido cuatro años de investigación policial tutelada por el juez y coordinada por la fiscalía de Lérida. Durante este tiempo se han intervenido decenas de teléfonos y se ha sometido a intensos seguimientos a los principales sospechosos, estos son: René, Minguell, el ingeniero jefe de vías y obras, Enrique Regaño, o el delegado de carreteras en Lleida, Jordi Benet. La fiscalía y los mossos sospechan que Reñé ha podido cobrar mordidas por valor de más de 200.000 mil euros (el 8% de algunas obras).
El resto de imputados ha podido recibir también, dádivas, regalos o dinero en metálico por la elaboración de informes manipulados para beneficiar las ofertas que, según cual era la licitación, cada una de las empresas debía de presentar, siempre siguiendo un orden y sin entrar en conflicto unas con otras para no saltarse el pacto de actuación establecido entre ellas.
Pago en billetes de 500
El director de la sucursal de Corbins fue detenido en la misma operación en la que Joan Reñé, Marlen Minguell y el resto de los 20 imputados fueron arrestados. Los mossos reconocen decenas de movimientos netos de dinero en metálico, difícil de rastrear que, procedente de las constructoras, habrían ido a parar a manos de aquellos que tenían la posibilidad de otorgar las obras. Así, según los informes policiales a los que ha tenido acceso eltaquígrafo.com, el ex presidente de la Diputación constituyó una empresa junto a Minguell a cuyo nombre puso la titularidad de un piso en el que gastó más de 60.000 euros en obras de reforma, unos trabajos que pagó a los albañiles en billetes de 500 euros.
Reñé dimitió el pasado día 12 de octubre y en tono entre chulesco y retador, dijo que “quizás nos encontraremos en el juzgado más de uno (él por supuesto) de los que han estado antes que yo en la institución”.