Con todas las medidas de protección e higiene a punto, el departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya retoma los vis a vis de los presos con sus hijos. Se trata del primer paso para restablecer de forma progresiva todas las comunicaciones especiales (con cuatro familiares, con la pareja y los hijos hasta 10 años, y los vis a vis íntimos entre parejas). De momento, los centros penitenciarios catalanes permitirán que los reos se reencuentren con sus hijos menores de 10 años después de que, a mediados de julio, se suspendieran todo tipo de comunicaciones especiales ante el riesgo de rebote del coronavirus.
Según el impacto de esta nueva medida, que estará limitada en tiempo y número de visitantes, Justicia y Salud evaluarán cuando retomar el resto de las comunicaciones. El objetivo es evitar que el coronavirus su cuele en el interior de las cárceles y proteger la salud de internos y funcionarios.
Asociaciones de defensa de los derechos de los presos, como el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, celebran esta medida, pero insisten en la importancia de tener presente que los internos han padecido un doble confinamiento.
Restricciones ante el riesgo de rebrote
Desde el inicio de la pandemia, el contacto directo de los internos en prisiones catalanas con sus hijos, parejas o familiares ha sido posible durante poco más de un mes, del 13 de junio al 21 de julio. Luego, se suspendieron ante el riesgo de sufrir un rebrote en la prisión. En condiciones normales, los presos pueden recibir de dos a cinco visitas de la familia al mes, en función de si tienen o no hijos menores de 10 años.
Ahora, con la reactivación de los vis a vis con los hijos, los menores que vayan a ver a sus progenitores en prisión deberán llevar mascarilla obligatoriamente si son mayores de seis años, se harán controles de temperatura para regular el acceso e higiene de manos. Además, el tutor legal del menor deberá firmar un documento donde se afirma que el visitante no ha tenido síntomas en los días anteriores a la visita ni tampoco ha estado en contacto con ningún positivo confirmado.
Las visitas serán más breves de lo que era habitual para tener margen para limpiar los espacios, a fin de que otros internos puedan utilizar las instalaciones de encuentro.
Desde el locutorio
Los internos, por otro lado, siguen teniendo la oportunidad de ver a sus familiares en las comunicaciones ordinarias a través del locutorio, donde una pantalla de cristal separa al visitante del reo. Además, siguen con el sistema de las videollamadas y se han doblado las llamadas permitidas.
En este punto, como lamentaron fuentes del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos a preguntas de este medio, «la Generalitat no compró ni destinó suficientes teléfonos móviles para todas las prisiones catalanas y, mucho menos, para toda la demanda existente en las prisiones. Eso provocó que hacer una videollamada se convirtiera en un premio y no en un derecho, siendo los presos en aislamiento o en primer grado quienes lo han tenido más difícil para contactar con sus familiares en unos momentos de máxima incertidumbre».
La desescalada en las prisiones catalanas
Para llevar un control de cómo se ha gestionado y se está gestionando la pandemia en las prisiones catalanas, el Observatorio está realizando una serie de informes dinámicos de monitoreo con la intención de radiografiar la situación de las prisiones en cada una de las etapas de esta pandemia y, de este modo, llevar un control analítico de las medidas adoptadas por las administraciones.
Con este monitoreo (que se alargará, previsiblemente, hasta junio de 2021), los investigadores, expertos en derecho penal y penitenciario, pretenden recoger la información suficiente como para realizar un protocolo de actuación de aquellas medidas que han funcionado y aquellas otras que no, para presentarlo a las Administraciones en futuras emergencias similares.