Los presos podrán comunicarse de nuevo con sus familiares y amigos

Galería de una cárcel | DEFENSOR DEL PUEBLO
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El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este martes las nuevas instrucciones en materia de prisiones ante la crisis del coronavirus. Instituciones Penitenciarias reanudará en breve las visitas de las familias a los presos, aunque solo en locutorios con mamparas.

Instituciones Penitenciarias iniciará próximamente —como se ha publicado ya en el BOE— el proceso de desescalada de las prisiones que se encuentran en provincias o regiones que ya han entrado en la fase 1 del Plan de desescalada del Gobierno. Esta recuperación paulatina de la vida cotidiana, también en las prisiones, permitirá reanudar las comunicaciones ordinarias de los reclusos con sus familiares y amigos en los locutorios de los centros. Por el momento, con mamparas o locutorios que separen físicamente al recluso de sus visitantes. 

Aunque se deberán aplicar ciertas medidas para preservar la salud pública y minimizar el riesgo al contagio, también se retomarán los permisos de salida, pero solo para aquellos presos que los tuvieran concedidos antes de la crisis, así como los traslados de reclusos entre prisiones. 

Las medidas se aplicarán de manera asimétrica y solo se pondrán en marcha cuando las provincias en las que están ubicadas dichas prisiones entren en la fase 1 del desconfinamiento. En el caso concreto de Catalunya, al tener competencias en la materia, de momento, los Servicios Penitenciarios de la Generalitat no se han pronunciado al respecto.

Los vis a vis quedan descartados 

Durante esta primera fase de la desescalada dentro de las prisiones también se retomarán algunos traslados de presos entre centros penitenciarios. En concreto, los ordenados por las autoridades judiciales, los aconsejados por razones médicas y aquellos que afecten a internos que han provocado «incidentes regimentales graves» y se considere conveniente un cambio de prisión por motivos de seguridad.

La Guardia Civil, responsable de realizar estas conducciones entre las prisiones que dependen del gobierno central, destinará un mayor número de vehículos para que en el interior de los mismos se mantenga la distancia de seguridad sanitaria entre los internos. Después de cada uso, los furgones serán desinfectados.

Lo que, de momento, sigue prohibido en esta primera fase, son las llamadas comunicaciones familiares, de convivencia e íntimas (conocidas como vis a vis), ya que en ellas existe contacto físico entre los reclusos y sus allegados.

Se incrementarán los talleres 

En las nuevas instrucciones publicadas en el BOE también se especifica que se retomarán las actividades educativas, formativas, terapéuticas, deportivas, culturales y religiosas en el interior de los centros penitenciarios. Aunque, de hecho, estos talleres nunca se han suspendido por completo, por lo que se irán incrementando paulatinamente en función de la situación en la que estas actividades se deban desarrollar y según las medidas que se puedan ir adoptando en cada caso. 

Las nuevas medidas fueron comunicadas por el director de Ejecución Penal, Javier Nistal, en una reunión celebrada este lunes con los representantes sindicales por videoconferencia en la que también participó el máximo responsable de Prisiones, Ángel Luis Ortiz. Nistal detalló que las visitas de los familiares a los presos se realizarán seis días a la semana, quedando el séptimo para realizar tareas de desinfección de los locutorios. 

COVID-19 en las prisiones

Las cifras del coronavirus dentro de las prisiones han sido excepcionalmente bajas, según las autoridades competentes, al contrario de lo que se temían en un principio, cuando preocupaba, y mucho, que el virus causara estragos en las cárceles. A día de ayer, se contabilizaban seis víctimas mortales, cuatro de ellas, funcionarios de prisiones, y dos reclusos. En cuanto a positivos, hay acumulados 258 trabajadores, de los que 146 han sido dados ya de alta, y 60 internos, de los que 14 están recuperados.

Asimismo, otros 396 funcionarios están en su casa cumpliendo la cuarentena por haber estado en contacto con algún afectado, mientras que 350 presos tienen que permanecer asilados en sus módulos, sin haber desarrollado síntomas, por idéntica razón.

Motines en Wad-Ras

Cerca de 200 reclusas de la prisión de Wad-Ras, en Barcelona, se plantaron al inicio de la cuarentena ante la decisión de la dirección del centro de prohibir todas las comunicaciones de las internas con el exterior, dada la crisis del coronavirus. Dicha medida incluye tanto los vis a vis familiares e íntimos, como las comunicaciones ordinarias que se realizan en cabinas donde la interna y la visita se encuentran separadas por una pantalla de cristal. 

Las internas, informadas en ese momento de la paralización de todo tipo de salida, exigieron, por otro lado, que la dirección del centro buscara medidas alternativas, como la utilización de pulseras telemáticas, al objeto de que aquellas internas que disfrutan de permisos o del tercer grado pudieran sobrellevar el confinamiento como consecuencia del coronavirus, en sus domicilios y junto a sus familiares. 

Fue entonces, cuando la Dirección de prisiones difundió un decálogo de restricciones para tener a la población reclusa bajo control, justificándolo como una medida adoptada a raíz de la crisis del COVID-19. Como ya adelantó este medio, todas las comunicaciones, tanto las de vis a vis familiar e íntimo, como las que se realizan a través de una pantalla de cristal, quedaron suspendidas provisionalmente. Solo han estado permitidas, si así se justificaba, las comunicaciones con abogados, profesionales y funcionarios de justicia.

Además, también se suspendieron todas las salidas, así como las concesiones de permisos. Tampoco se han realizado actividades con entidades colaboradoras y voluntarios, y se cerraron las áreas polideportivas y las salas de entreno de las unidades residenciales. Asimismo, la atención religiosa quedó pospuesta hasta nueva orden.

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