La Dirección de Prisiones de la Generalitat de Catalunya ha trasladado a dos de las reclusas que lideran la revuelta interna contra el doble confinamiento como consecuencia de la crisis del coronavirus de la cárcel de Wad-Ras al módulo de mujeres de Brians 1. El traslado se efectuó este pasado miércoles a altas horas de la noche. Un hecho inusual y que en el argot carcelario se conoce como “traslado fantasma”.
La otra de las internas sancionada y que también lidera las aireadas reivindicaciones de la población reclusa de Wad-Ras ha sido encerrada en una celda de aislamiento. Tal y como viene adelantando eltaquigrafo.com, la situación en la prisión de mujeres de Barcelona la situación sigue siendo de enorme tensión.
Decálogo de restricciones
No en vano, la Dirección de prisiones ha difundido un decálogo de restricciones para tener a la población reclusa bajo control, justificándolo como una medida adoptada a raíz de la crisis del COVID-19. Como ya adelantó este medio, todas las comunicaciones, tanto las de vis a vis familiar e íntimo, como las que se realizan a través de una pantalla de cristal, han quedado suspendidas provisionalmente. Solo están permitidas, si así se justifica, las comunicaciones con abogados, profesionales y funcionarios de justicia.
Además, también se han visto suspendidas todas las salidas, así como las concesiones de permisos. En cuanto a los internos en tercer grado, aquellos que solo regresan a prisión para dormir, podrán estar confinados en sus domicilios siempre que estén en condiciones de cumplir con este requisito y así lo determine la prisión. Los paquetes también quedarán requisados y los reclusos no podrán recibir nada, excepto transferencias.
Tampoco se podrán realizar actividades con entidades colaboradoras y voluntarios y la actividad deportiva que se quiera desarrollar en el interior de los centros se deberá realizar, exclusivamente en espacios abiertos, evitando siempre ejercicios que conlleven el contacto físico. Se cierran las áreas polideportivas y las salas de entreno de las unidades residenciales. Asimismo, la atención religiosa queda postpuesta hasta que se normalice la situación sanitaria de emergencia.
Medidas compensatorias
En el caso de la dirección de Wad-Ras, viendo la gravedad de la situación y constatando la voluntad inequívoca de las reclusas de llegar hasta las últimas consecuencias en la defensa de sus derechos, han tratado de calmar los ánimos con dos sorprendentes medidas: por un lado, pondrán un televisor en cada una de las celdas y, por otro, les han ofrecido un paquete extra de 10 llamadas telefónicas semanales para cada una de las internas, llamadas que se añaden a las 10 que, por ley, les corresponden.
El paquete de 10 llamadas extra también se ha implantado en el resto de prisiones. Aun así, fuentes sindicales consultadas han calificado de «bomba de relojería» el clima que (similar a Wad-Ras) se está viviendo en las cárceles españolas como consecuencia del coronavirus.