REPORTAJE

Nápoles huele a Camorra: la historia de Raffaella, la primera mujer que le plantó cara a la mafia

Raffaella a las puertas de su mercería Erredure, en Herculano (Nápoles, Italia). La primera mujer que denunció a la Camorra en 2004 / Míriam de Saint-Germain - ET
photo_camera Raffaella a las puertas de su mercería Erredure, en Herculano (Nápoles, Italia). La primera mujer que denunció a la Camorra en 2004 / Míriam de Saint-Germain - ET
La vida en Nápoles ha estado marcada por el sello indiscutible de La Camorra. No obstante, algunos han decidido plantarle cara a las garras de la mafia y oponerse a su 'modus vivendi'. Este es el caso de Raffaella, la heroína de Herculano

Viajar a Nápoles es retroceder en el tiempo. Poner los pies en la capital de la Campania supone aterrizar en una ciudad que se quedó anclada en la estampa de las urbes europeas de hace treinta o cuarenta años. Avenidas de adoquines desgastados y calzadas irregulares. Padres con bebés en brazos conduciendo motocicletas por los estrechos callejones del Spaccanapoli histórico. Cestas que cuelgan de los balcones a modo de sistema de mensajería. Música en los garajes. La vida se hace en la calle, sin horario. Todo vale.

El caos reina la vieja Napoli

La basura inunda la calzada y en las calles no hay ni ley, ni orden. Viajar a Nápoles implica interés por entenderla, ya que tanto su historia como su desorden, ergo también su magia, vienen marcadas por el sello de la mafia. Concretamente de La Camorra. Pocos se atreven a pronunciar su nombre en voz alta. Nadie sabe nada, pero la Camorra ha calado en cada esquina, en cada mirada sin rostro de la ciudad. Nápoles huele a Camorra. Y buena parte de la Campania, también.

La guerra entre clanes hace años que no se salda ninguna vida inocente. Los tiroteos a plena luz del día hace tiempo que cesaron, pero este silencio no implica que no existan. Más bien todo lo contrario. Los ojos de la ciudad gritan entre líneas que la vieja Camorra sigue siendo la dueña.

“C’a morra”, “con el grupo”

El origen de la palabra Camorra es bastante incierto y se presta a variopintas interpretaciones. La más aceptada es la que la relaciona con la antigua expresión napolitana “c’a morra”, literalmente: “con el grupo”; haciendo referencia a los grupos de maleantes callejeros que practicaban un popular juego conocido como la ‘morra’.  Con los años, esta mafia se apoderó del concepto.

La Camorra, según explica el Inspector Carlos Gil, jefe de la sección de Crimen Organizado de la Policía Nacional en Barcelona, es una organización criminal que sigue una estructura horizontal, desordenada y caótica, dividida en clanes con un capo al frente. Muy diferente a las otras mafias italianas, que siguen una estructura profundamente jerárquica y piramidal.

De este modo, hay clanes camorristas que crean alianzas para ser más fuertes y otros que mantienen una eterna rivalidad y luchan por el control del narcotráfico y el comercio en zonas concretas de Nápoles y de toda la región de la Campania. Oponerse a sus leyes puede suponer la muerte de sus enemigos.

‘Déjame meter el pico en tu negocio’

Entre sus actividades criminales, destacan otras fuentes policiales, se encuentra la extorsión a los pequeños y grandes comerciantes de la región de la Campania. Los “matones” de la Camorra obligan a estos mercantes a pagar lo que se conoce como “el pizzo”: un impuesto que exige la propia Camorra para evitar violentas represalias.

Muestra de un balazo en una de las sedes de Asistencia Fiscal de Nápoles  /  Míriam de Saint-Germain - ET
Muestra de un balazo en una de las sedes de Asistencia Fiscal de Nápoles / Míriam de Saint-Germain - ET

Una especie de canon para garantizar la seguridad y no recibir ataques, extorsiones y/o agresiones a manos de los propios “matones” del clan de la zona. Un impuesto para protegerse de ellos mismos. Negarse a ello conlleva que la Camorra pueda incendiar tu local, acribillarlo a balazos o, incluso, secuestrarte y pedir un rescate para pagar, con intereses, “los pizzos” pendientes.

Pizzo significa ‘pico’ y proviene de la expresión siciliana: "fari vagnari 'u pizzu", que significa ‘déjame meter el pico’. Aunque en este contexto, más bien significa: ‘déjame meter el pico en tu negocio’.

La omertá sigue dominando la vieja Nápoles

Con los años, los comerciantes se han ido enfrentando a la Camorra, denunciando ante la Polizia y los Carabinieri sus coacciones y extorsiones sanguinarias. El tejido comercial de los pueblos y ciudades de la Campania se ha unido y han creado asociaciones “anti pizzo”. Algunas con más éxito que otras.

Los comercios que se han mantenido firmes contra la mafia tienen una pegatina en la puerta que así lo indica. No obstante, estos adhesivos son difíciles de encontrar. Parece, pues, que el grueso de los locales comerciales, al menos en Napoli, siguen obedeciendo las órdenes silenciosas de la Camorra. La ciudad está más tranquila, pero todos sabemos lo que esconde ‘la omertà’”, dice una joven de El Salvador que lleva 15 años viviendo y trabajando en Nápoles.

Imagen de la pegatina que tienen algunos comercios para identificarse como locales que no han cedido a las imposiciones de La Camorra /  Lara Adell - ET
Imagen de la pegatina que tienen algunos comercios para identificarse como locales que no han cedido a las imposiciones de La Camorra / Lara Adell - ET

La primer mujer que plantó cara a la Camorra

Por suerte, no pasa lo mismo en Herculano. Esta ciudad a los pies del Monte Vesubio, a escasos kilómetros de Nápoles, hace años que plantó cara a la Camorra. Concretamente lo hizo Raffaella, la dueña de la mercería Erredure, situada en la vía principal de la población: la que une la estación del tren con el parque arqueológico de Ercolano Scavi.

La Camorra se presentó en su local en 2004. A preguntas de esta redacción, Raffaella lo recuerda como si fuese ayer:

“Unos hombres se presentaron en mi tienda una mañana de 2004 y preguntaron por la dueña. Yo ya me imaginé lo que pasaba. El miedo recorrió todo mi cuerpo y yo pensaba que me iba a morir allí mismo. Intenté mantenerme firme. Me preguntaron si quería saber el precio y les dije que no, que cuando saliesen por la puerta iba a ir directa a la policía a denunciarles. Y así lo hice. Fui la primera mujer, y la primera persona, que denunció una extorsión de la Camorra a la policía” recuerda Raffaella ante eltaquigrafo.com.

Primer encuentro de la redactora Míriam de Saint-Germain con Raffaella en las inmediaciones de la mercería Erredure  /  Lara Adell - ET
Primer encuentro de la redactora Míriam de Saint-Germain con Raffaella en las inmediaciones de la mercería Erredure / Lara Adell - ET

Herculano dijo basta

Su denuncia fue una bomba y la onda expansiva sacudió a otros comercios de Herculano que siguieron los pasos de Raffaella y denunciaron las extorsiones y amenazas ante la policía. La ciudad y su tejido comercial se hizo fuerte y vencieron a la mafia. “¿Cree que en Herculano sigue existiendo la Camorra?”, le preguntamos a las puertas de su comercio. “Aquí ya no”, respondió la mujer, visiblemente orgullosa de ello.

“¿Qué futuro le estamos dejando a nuestros nietos? Los jóvenes tienen que ver otras salidas y alejarse de la mafia”, explica Raffaella. “Sin embargo, cree que en Nápoles sigue estando presente?”. Penso que si”, respondió la mujer agachando la cabeza. No todas las ciudades han tenido la misma suerte. Tampoco aquellos que han osado plantarles cara a los camorristas.

No dejé que el miedo me dominara”

Raffaella recuerda que la irrupción de los “matones” camorristas fue una ofensa para ella. Como mujer, como madre, como abuela y como comerciante”. No permitió que el miedo la dominara. Se mostró firme, sin titubeos y eso la salvó. Esta redacción le preguntó finalmente el por qué: por qué decidió plantarse a pesar de las muchas represalias que podría haber sufrido. Raffaella nos miró, desde la fragilidad de sus huesos marcados por el paso de los años, y nos dio una lección vital: “en esta vida, más vale vivir un solo día como león, que cien como oveja”.

Sus ojos brillaban con orgullo en medio de una Campania marcada por el sello de la Camorra, seguramente una de las mafias más violentas de Italia y del mundo…

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