Tan solo seis golpes secos de ariete separaban a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de las 34.000 plantas de marihuana que esta organización criminal almacenaba en una de sus “guarderías” repartidas por nuestro país. Tras caer la puerta abajo, los agentes de la judicial entraron apelotonados en el interior de un macro criadero de marihuana al por mayor, listo para cubrir las necesidades del mercado europeo. Poco se imaginaban que, en el interior de ese chalé con vistas al campo, se ocultaba la mercancía de unos de los grandes grupos exportadores de marihuana a nivel internacional.
Varias estancias escondían, entre extractores, luces de radiación y ventiladores, dos toneladas de marihuana. Cantidad que fue incautada por los agentes del CNP en la que ha sido, según fuentes de la investigación, una de las operaciones de mayor envergadura de los últimos años. Inmuebles enteros se habían habilitado únicamente al cuidado de la marihuana, grandes fincas habían sido transformadas para albergar cientos de miles de plantas, cuyos cogollos terminarían en pequeñas bolsas de plásticos destino Europa.
Los agentes tardaron horas en desmantelar, ordenar y recoger el gran almacén que esta organización, liderada por ciudadanos holandeses y apoyada por súbditos albaneses y españoles, había levantado en un inmueble, reconvertido en "narco-chalé", cuya ubicación no ha trascendido. La investigación, sin embargo, les sitúa en Barcelona, Ibiza y Tarragona.
Habían habilitado hasta 63 puntos de cultivo
Más de 300 agentes fueron requeridos para este dispositivo, que se saldó con la detención de 19 personas – 14 de ellas en España, el resto en Bélgica y los Países Bajos– y la desarticulación de una banda criminal europea, altamente especializada en el suministro internacional de marihuana.
De hecho, este entramado, que encontró en España un buen lugar desde donde situar uno de sus puntos neurálgicos, había habilitado, en nuestro país, hasta 63 puntos de cultivo y/o gestión del resto de acciones derivadas del narcotráfico (almacenamiento, distribución y venta). Todos estos puntos fueron desmantelados por los agentes de la Policía Nacional en un macro dispositivo en el que también participaron los cuerpos policiales de Bélgica y Países Bajos.
Tras las registros, los agentes constataron que este grupo de narcotraficantes escogía viviendas o naves de difícil acceso y alejadas de los de los núcleos de población para pasar desapercibidas y las dotaban de suministros ilegales de luz, habiendo defraudado más de 1.500.000 de euros en fluido eléctrico.
Detenciones simultáneas en los tres países
Mientras que los 300 agentes del Cuerpo Nacional de Policía – correspondientes a más de ocho partidas judiciales – entraban en los más de sesenta puntos que se vincularon con este grupo criminal, en Bélgica y los Países Bajos también se efectuaron, de forma paralela, otros registros en el contexto de esta misma información. Esta simultaneidad se pudo poner en marcha después de que, una vez avanzadas las pesquisas policiales, los agentes localizaran en Barcelona a uno de los principales responsables de la organización.
Lo interceptaron manteniendo diversas reuniones con su hombre de confianza, un ciudadano de origen albano. En una de estas reuniones los sospechosos condujeron a los agentes hasta varias de las viviendas en las que la organización ocultaba sus plantaciones. Tras comprobar que los cultivos estaban en marcha y que la infraestructura criminal funcionaba, los sospechosos pusieron rumbo a los Países Bajos – uno de los principales receptores de la droga. Los agentes constataron entonces las conexiones internacionales y decidieron llevar a cabo las detenciones simultáneas, así como los registros domiciliarios.
Tráfico de drogas y falsificación documental
Fue en estos registros donde se pudieron intervenir más de 34.000 plantas de marihuana, con un peso aproximado de dos toneladas, 467 kilogramos de cáñamo, un kilogramo y medio de speed, 20.000 euros en efectivo, 14 vehículos y un arma corta. Además, también hacían uso de pasaportes y documentos de identidad italianos, griegos y eslovenos, todos ellos falsificados, para dificultar su identificación.
Llama la atención que se encontraran pastillas de speed entre la droga incautada, pues como aseguró el comisario Antonio Martínez Duarte, Jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, “se ha detectado que las organizaciones que cultivan esta droga en España a veces la utilizan como moneda de cambio para obtener drogas sintéticas provenientes de Holanda o Alemania”.
Esta macrooperación, que se incluye dentro de la ‘operación Verde’, es una muestra más del problema creciente que suponen las mafias internacionales del tráfico de marihuana asentadas en nuestro país.